16 & Embarazada 《Libro 01 》

» VEINTIOCHO

Una semana, una maldita y lenta semana ha pasado desde que Anne me llamó para decirme que Harry había tenido un accidente. Aún no ha despertado, ni siquiera ha dado señales de querer hacerlo. Los médicos han entrado ya en la opción del coma. Sí, me han dicho que lo más seguro es que mi novio esté entrando en un estado de coma. Siguen diciéndonos que nos prepararemos para lo peor. Pero lo que ellos no saben es que esto es lo peor. 

Mi rutina no es más que ir al Instituto, volver al hospital y luego a casa. Lloro a cada momento y no hay nada que pueda hacerme calmar el dolor punzante que siento cada vez que entro al hospital y no hay novedades, o cuando lo veo postrado en esa cama de hospital. Lo necesito, más de lo que pensé alguna vez necesitarlo. Necesito escuchar su risa, su mirada sobre mí, sus besos, sus brazos a mi alrededor, sus manos tocando a Emma. Quiero volver a ver sus ojos, esas hermosas esmeraldas que me vuelven loca. Quiero a mi Harry otra vez.

Escucho el timbre de salida sonar por todo el Instituto. Me levanto del asiento y meto todas mis cosas dentro del bolso sin importarme si algo se dobla o rompe. Lo único que quiero es poder llegar a verlo. Cuando salgo encuentro a Justin ahí, sin decir nada me toma del brazo y me estrecha entre los suyos. Siento sus labios en mi cabeza y el calor que desprende su cuerpo hace que me sienta realmente a gusto aunque sea por un momento. 

En el momento en que Sarah sale de su salón nos montamos dentro del auto de mi amigo y nos dirigimos de inmediato al Hospital. Mi amiga ha sido un gran apoyo en todo esto y no me ha dejado sola. Justin estaciona el auto frente al Hospital, con cada paso que doy hacia el interior siento aquel miedo crecer dentro de mí. Ese de que me digan que Harry ha despertado pero que no recuerda nada. ¿Qué pasará conmigo si no recuerda a su hija? Cuando llegamos al área donde está internado Harry veo a Anne acercarse a mí, tiene una gran sonrisa en su rostro y parece eufórica.

—¡Ashley, Harry ha despertado!

Y eso es lo último que logro a oír antes de que todo se vuelva oscuridad para mí.

Al abrir los ojos me doy cuenta de que hay una luz incandescente sobre mí. Esto hace que tenga que volver a cerrarlos por un momento para adecuarlos cuando vuelvo a abrirlos, estos se acomodan a la luz. Observo a mí alrededor y me doy cuenta de que estoy en una camilla, tengo una intravenosa en mi brazo y una bolsita de suero casi vacía conectada a ella. Veo a Justin sentado en un sofá al lado mío.

—¿Justin?—Pregunto extrañada. Su mirada inmediatamente se posa en mí—¿Qué fue lo que me pasó?

—¡Al fin despiertas! ¿Cómo te sientes pequeña?

—Harry—Susurro recordando a Anne—Justin ¿Cómo está Harry?

—Ashley nena cálmate. Él está bien, de verdad tranquila.

—¿De verdad?

—De verdad, en cuanto a ti, te has desmayado por el impacto de la noticia. Bueno eso y el hecho de que no te has alimentado correctamente, ni has dormido lo que tienes que dormir.

—Quiero verlo Justin. Tengo que verlo.

—Iré por la enfermera para que te revise y quite la intravenosa.

La enfermera se toma su tiempo, me revisa tanto a mí como a Emma. Se asegura de que todo esté en orden antes de quitarme la intravenosa. Cuando la tengo fuera salgo lo más rápido que puedo de la habitación. Como no sé muy bien en qué lugar del hospital estoy, me toma un poco más de tiempo llegar. Pero lo hago, me detengo frente a la puerta de la habitación de Harry. Mis manos sudan y mi estómago se revuelve. Mis nervios crecen y sé que con toda la carga emocional que tengo encima puedo vomitar en cualquier momento.

Pero lo hago, me armo de valor y abro la puerta. Al hacerlo veo a Harry, mi Harry tendido sobre aquella cama, la diferencia es que ahora tiene sus hermosos ojos abiertos. Me interno despacio y con miedo entro, cierro la puerta y es entonces cuando él me ve. Nos quedamos mirando el uno al otro sin decir nada. Hasta que él sonríe en mi dirección.

—Ashley, bebé.

—Harry...—Camino hacia él con las lágrimas ya rondando por mis mejillas antes de lanzarme a sus brazos. Él está bien, no ha perdido la memoria, me recuerda, recuerda que somos novios. Sollozo contra su pecho, mientras sus brazos me rodean lo que más pueden—Jamás, en tu vida vuelvas a asustarme así—Me separo de él para poder verle—No sabes todo lo que pasé.

—Lo lamento mi amor. No fue mi culpa si no de ese maldito infeliz. Pero dime ¿Cómo estás? ¿Cómo está Emma?

—Estábamos bastante preocupadas por papá. Emma no se ha movido en días solo levemente luego se queda quieta. Tenía mucho miedo. Me dijeron que podías entrar en un estado de coma o perder la memoria.

—Tranquila cielo, estoy aquí, estoy bien. Tengo que recuperarme un par de costillas pero nada más. No las dejaré solas, te amo, las amo.

—Y nosotras te amamos a ti papá.

Nos quedamos ahí, simplemente abrazados. Transmitiéndonos de manera tranquila todo lo que no nos decimos con palabras. El hecho de que esté bien, lo mucho que lo amo y lo feliz que estoy de que siga siendo mi Harry.