CAPITULO 10

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Ambos nos dirigimos al velorio de mi amiga, todo el trayecto estaba callada y él solo me abrazaba con fuerza. Estaba ahí, sin saber que hacer, sin saber que decir, y mucho menos sin saber que pensar, mi mente aún no entendía que era lo que estaba pasando, solo sabía dos cosas: la primera mi amiga estaba muerta, lo peor era que ella se había quitado la vida; la segunda era que me encontraba con León en este momento, estaba con la persona que menos esperaba que estaría conmigo en un momento como este.

Nunca espere que él, León, estuviera acá conmigo, nunca hablamos mucho y bueno ahora tenerlo a mi lado abrazándome; estaba pegada a su pecho, podía oler su aroma, era un aroma agradable y rico, me encanta su olor; era lo más bonito que me podría estar pasando en este momento tan difícil para mí.

-Llegamos- me mira fijamente y me abraza aún con más fuerza que antes

-Lo sé, quiero que entres conmigo- y ahora soy yo la que lo abrazó

-Claro que sí, estaré contigo- ambos caminamos donde estaban el resto de mis compañeros, todos ellos tenían una mirada muy triste, sus ojos estaban llorosos, las chicas no podían tranquilizarse, lloraban desconsoladamente, aún peor sus padres estaban terriblemente rotos, su madre no se podía mantener de pie, era muy doloroso ver todo esto.

Y justo delante mío se encontraba ella, mi amiga de años, la chica con quien compartí tantos momentos hermosos, momentos inolvidables, momentos de risas, de lágrimas. Y en ese momento me sentí culpable, sentí que no valía nada, me sentí la peor persona del mundo ¿por qué? porque no pude estar con ella en sus últimos momentos, aún recuerdo cuando yo le prometí que estaría con ella cuando fuera al hospital, una promesa que no cumplí, le mentí y peor aún yo fui la que me mentí más.

León en ese momento me contiene con sus manos, ya que casi me caigo. Mi cuerpo esta débil, yo estoy mal, no se lo que tengo que hacer, que debo hacer. Siento que la que debería estar ahí, en ese baúl negro debo ser yo y no ella. No esa chica coqueta, risueña, loca, esa chica que por muchos años me alegro mi vida, esa chica que hizo que mis días grises se vuelvan los más hermosos posibles.

-¿Por qué? ¿Porque ella?- grito lo más fuerte posible y caigo al suelo, León me contiene y me abraza con fuerza. Yo lo único que hago es llorar y llorar.

-Quiero verle- digo

-Si, vamos- me mira León y me ayuda a levantarme, ambos nos dirigimos a donde esta ella.

-Tengo que hacerlo sola- León me mira y me suelta. Yo me dirijo lentamente, y la veo a ella, ella esta ahí, con esa cara dulce y hermosa que la caracterizaba.

Y en ese momento me siento aún más culpable, yo tuve la culpa, si yo hubiera estado con ella en el hospital, nada de esto estaría pasando, nadie estaría sufriendo como lo hacen en este momento, y ella estaría aquí con vida, ella volvería hacer la misma de antes, ella simplemente estaría acá conmigo.

-Vamos, ya tenemos que irnos

-Yo... yo... yo no quiero irme

-Es hora de irnos Leonie, todos ya se fueron- me abraza - Debes de descansar

Me quedo callada y solo comienzo a caminar, el me sostiene y apoyo mi cabeza a su pecho.


...


-Estarás bien- Me mira fijamente y me limpia las lágrimas que recorrían por mis mejillas

-Yo... yo... si estaré bien

-Ya no llores si, a Carol no le gustaría verte así, por favor hazlo por ella

-Emmm tienes razón- suspiro y lo abrazo con todas las fuerzas posibles - Gracias León

Me separo de él y entró a mi casa. No había nadie, mi mamá había salido de viaje por unos asuntos de negocios y la señora que me cuidaba cuando ella se iba, estaba enferma así que no podía venir.

Entre y me recosté en el sofá de la sala, me quede ahí mirando a la ventana.

Eran las 11:00 p.m cuando me levanté asustada, me había quedado dormida, había imaginado que todo lo que había pasado hoy era un sueño, pero no era así. Mis ojos estaban hinchados de tanto haber llorado, me levante y subí a mi habitación.

Estando ahí, escucho que mi celular suena, veo un mensaje de un numero desconocido que dice:

*Estas mejor Leonie, soy León

Yo comienzo a dudar, la verdad es que en este momento no deseo hablar con nadie, pero era él, León. Así, que le contesto:

L: Si, no te preocupes. Yo estoy bien

*Me alegro que así sea

L: Si, gracias por todo

*Denada, necesitabas a alguien en ese momento

L: Si, bueno hablamos mañana

*Descansa Leonie

Y esa fue nuestra conversación, entraron tantas preguntas a mi cabeza: la primera como supo mi numero de celular, nadie de la escuela lo tenía, ya que había cambiado de número, la segunda y ahora como podría superar yo, todo que esta pasando.


Holaaaa aquí un nuevo capitulo, espero que les guste. Voten, comenten porfa, es muy importante para mí saber si les esta gustando la historia o no?

Y este es mi primer capitulo dedicado :) Besos




MI PRIMER ENAMORADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora