Capítulo 17

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-Pro Normal-

Hay noticias que no son bien recibidas.

El enterarse de algunas cosas no deseadas conlleva a consecuencias desagradables. Hay ocasiones que las noticias son buenas, pero hay ocasiones en que son dañinas.

En uno de los consultorios de aquel hospital, recostado en una cama de una habitación, se encontraba aquel pelirrojo de baja estatura. Con molestia empezó a abrir sus ojos y lo primero que observo fue a un hombre de bata blanca, si mal no recordaba, ese era el doctor de Tetsuya... un fuerte latido de su corazón lo regreso a la realidad, con dolor llevo una de sus manos sobre su camisa, justamente sobre su corazón.

-Veo que despertó - una voz que dedujo que era del médico logro que se pusiera de pie inmediatamente, con pasos firmes camino hasta quedar frente a él - ¿Qué sucede?

-Kuroko Tetsuya... - de sus labios salió aquel nombre que alguna vez logro alegrar su corazón - El... - entonces las palabras dejaron de salir de su boca -

-Veo que te enteraste - una mirada triste fue dada - Si, el tal vez muera.

Su cuerpo comenzó a temblar, era la primera vez que se sentía de esa manera, ¿Por qué todo lo que amaba desaparecía?

-¡Tiene que ser mentira! Esto no le puede pasar! - los gritos de aquel pelirrojo de baja estatura estaban presentes en aquella habitación - ¡¿Porque nunca me lo dijo?! - exigió mirando con rabia a aquel hombre, su corazón dolía por aquellas palabras antes dichas por ese sujeto -

De la nada la ira lo consumió, y sin previo aviso las lágrimas ya corrían por sus mejillas.

-¿P-porque? - sus piernas flaquearon y sin más cayó al suelo -

-Fue su petición - el doctor ayudo a Akashi a ponerse de pie para sentarlo nuevamente en la cama- El no quería que nadie supiera su estado.

-¿Qué es lo que tiene? - por fin aquella pregunta fue hecha -

-Cáncer sanguíneo - respondió de manera monótona - O mejor conocido como leucemia.

-Pero eso tiene cura - agrego rápidamente, claro que conocía esa enfermedad -

-Creo que sabes que su cuerpo es frágil - con su cabeza afirmo - Bueno digamos que esa era la última enfermedad que debía contraer, porque si lo hacía... no se sabía si sobreviviría.

-un nudo se formo en su garganta - ¿C-cuanto tiempo le queda? - hacer esa pregunta había sido demasiado doloroso, después de todo ¿A quién le gusta preguntar cuánto tiempo vivirá la persona que ama? -

-A lo mucho... dos meses - su cuerpo volvió a temblar y su mi rada se volvió vacía - Pero... puede que se salve.

-¿Qué quiere decir? - un pequeño rallo de esperanza se presento, - Por favor dígamelo.

-Un trasplante - dijo mirando seriamente al pelirrojo el cual tenía sus ojos mirándolo atentamente- Tengo entendido que usted Akashi-san tiene relaciones con algunos hospitales.

-Si así es - respondió con rapidez -

-Se perfectamente que esto va contra las reglas del hospital... - de pronto aquel hombre de bata blanca hizo una reverencia ante Akashi - Por favor pida un trasplante de medula ósea en uno de los hospitales.

-aquello dejo perplejo al pelirrojo, el rallo de esperanza que tenia, comenzó a crecer, pero de pronto todo se volvió negro, aquel pedido era algo ilegal... -...

-Se que lo que le pido es demasiado - agrego el hombre - Pero el ver aquel niño que viste crecer morir lentamente... es algo demasiado frustrante.

-Haré lo que pueda - sin preámbulos las palabras salieron de la boca de Seijuro el cual tenía una mirada decidida - Le prometo que haré todo lo que esté en mis manos.

Y sin más se retiro de hospital, lo que acababa de prometer no era cualquier cosa, si alguien se enteraba de aquello, seguro que terminaría en la cárcel, después de todo el conseguir un trasplante sin estar en una lista de espera era ilegal, pero el ver a la personas que amas morir lentamente es algo que logra hacer que las reglas sean quebrantadas.

La mañana llego como cualquier otra, un pelirrojo de cejas extrañas caminaba por los pasillos del hospital.

-Buenas - hablo mientras entraba a la habitación de su sombra -

-Kagami-kun es malo - murmuro el peli-azul - No regreso con m malteada...

-y como si fuera un balde de agua helada que cae en tu cuerpo el pelirrojo hizo una mueca - Entonces a quien le doy esto? - en una de sus manos ya hacia aquel tan conocido contenedor de la tan vendita malteada -

-Ya sabía que Kagami-kun es una buena persona - una risa salió del nombrado -

-Vamos, el doctor me permitió llevarte a dar una vuelta - dejando la malteada cerca de la cama de Kuroko, tomo la silla de ruedas y la puso en la orilla de la cama, para después tomar al menor entre sus brazos y sentarlo en ella -

-Porque tendría que salir? Mi cuarto es cómodo - agrego mientras salía de la habitación -

-Porque te estás poniendo más pálido - un silencio se presento - Si te pones más pálido vas a ser un fantasma.

-Kagami-kun eso es cruel - colocando la pajilla en sus labios comenzó a tomar aquel liquido que tanto extrañaba -

La caminata por aquel lugar era tranquila, Kuroko se encontraba tranquilo después de todo las enfermeras le confirmaron que Akashi solo había sufrido un desmallo y que no había nada más grave.

Al salir de aquel lugar el cual s encontraba bajo los efectos del aire acondicionado, el clima cambio a uno más caloroso.

-Kagami-kun me derrito - unas cuantas gotas de sudor caían por la frente de Tetsuya -

-No tenemos ni cinco minutos afuera - respondió un poco sorprendió al ver como su compañero se encontraba jadeante, un sonrojo se apodero de sus mejillas al ver aquella escena - Kuroko - de manera relajada hablo -

-¿Qué sucede? - pregunto volteando a ver a su luz la cual la lo llevaba de regreso al interior del hospital -

-Me gustas - de la nada aquellas dos palabras fueran dichas - M e tengo que ir.

Una enfermera tomo el lugar de Kagami el cual se alejaba de la vista del pequeño chico de cabellos azules el cual se encontraba demasiado confundido.

El se sentía raro cuando estaba con Kagami.

Pero sentía lo mismo con Akashi.

-Que difícil - susurro ocultando su rostro con una almohada -

Las sombras también desaparecenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora