-Pro Normal-
El amor es una palabra con demasiados significados, pero solo algunas veces este es correspondido o deseado.
Muchas veces confundimos el amor con la admiración, y eso puede conllevar a terribles consecuencias.
-¿Qué es lo que te sucede Taiga? - de manera preocupada pregunto el chico de cabello negro -
-Por fin se lo dije - respondió de manera nerviosa -
-... Y que te respondió - la intriga comenzó a crecer en Himuro, pero nunca llego una respuesta - No me digas que huiste después de desrielo.
-... - el silencio del pelirrojo fue más que suficiente para saber la respuesta -
-Idiota - con su puño golpeo uno de los brazos de su "hermano" - ¿Por qué te fuiste en un momento como ese?
-Estaba nervioso - un rubor comenzó a aparecer en sus mejillas - Ya sabes... no sé si le intereso.
-En verdad eres un idiota - agrego nuevamente - Si tus sentimientos no son correspondidos lucha por ganar su corazón.
-Desde cuando te volviste tan cursi? - otro golpe de parte del azabache no se hizo esperar - Duele!
-Me tengo que ir - informo tomando su abrigo - Nos vemos luego.
-Tatsuya, porque te vas tan pronto? - la pregunta dicha paralizo al nombrado -
-Tengo que ir con Atsushi - una sonrisa falsa se formo en sus labios - Nos vemos.
Himuro salió de aquel departamento, mientras tomaba el elevador suspiro pesadamente, no podía decirle a su hermano que su novio estaba enfermo de celos, si, a el mismo aquello le sorprendía, pero mientras no levantara sospechas sobre algún posible "romance "inventado en la cabeza de Murasakibara todo estaba perfecto, Alex le había dicho que lo dejara, ya que el chico de cabellos morados la había intentado aplastar cuando lo había abrazado.
Si bien le tuvo que rogar para que no levantara una demanda, ya que uno de sus brazos había terminado con una enorme magulladura, después de aquel día el carácter de Murasakibara cambio, cada vez que recibía una llamada era su novio el que respondía y le impedía salir. Esa noche se había escabullido y fue a visitar a su hermano el cual le preocupaba.
-Ojala todo fuera como antes - su rostro se volvió una mueca de tristeza - ¿Acaso ya no confía en mí?
Realmente los celos es lo peor que existe.
La mañana siguiente era nublada, ni un rallo de sol se filtraba por entre las nubes, Akashi se había levantado un poco más temprano de lo habitual, tenía que hablar con ese hombre el cual tenía el nombre de Akashi Masaomi.
Decidido salió de su habitación, tenía que pensar con que palabras le diría aquello, después de todo no era un juguete lo que le iba a pedir. En menos de lo que espero ya se encontraba frente aquella puerta de roble.
-toco tres veces, antes que una voz gruesa le permitiera el paso - Padre.
-¿Qué necesitas Seijuro? - su padre se encontraba revisando unos cuantos papeles por lo tanto no lo había volteado a ver -
-Necesito que le pida a uno de los hospitales que tenemos como socios un donante de medula ósea - las palabras del pelirrojo lograron que el hombre de cabello café dejara de lado sus documentos -
-Sabes que eso es ilegal - su mirada se centro en el rostro de su hijo y heredero - No me gustan las bromas.
-No es ninguna broma - su semblante se mantuvo serio - Nunca le he pedido nada, pero la vida de alguien a quien quiero y aprecio está a punto de extinguirse si no tiene ese trasplante.
-un suspiro salió de sus labios - Para que me pidas algo como eso, esa persona debe de ser demasiado apreciada por ti - con su cabeza Seijuro asintió - De acuerdo, haré lo que pueda.
-Se lo agradezco - y sin más se retiro de aquel lugar, su estricto padre había aprobado aquello -
La tarde llego de manera rápida, el sol seguía sin hacer su aparición tornando el ambiente deprimente, en el hospital tan conocido por los chicos de la generación de los milagros se encontraban los padres de Kuroko Tetsuya, ambos se encontraban conversando con su hijo el cual se notaba demasiado cansado como para mantener demasiado tiempo la plática, sin remedio la pareja había tenido que retirase, para que su hijo pudiese descansar.
En otra sección del hospital se encontraba Kise Ryota el cual se encontraba siendo analizado por distintos doctores, los cuales trataban de determinar si volvería a caminar, desde aquel día en el que Tetsuya había hablado con el rubio el dejo de deprimirse, el tenia suerte a comparación de su ex compañero el cual lamentablemente no le quedaba demasiado tiempo.
En el caso de Takao Kazunari el se encontraba preparando para su cirugía, después de todo esta seria realizada en un par de días, el no poder ver nada era algo aterrador y frustrante, el siempre amo el observar los paisajes, pero ahora que no podía ver, se sentía inútil, por una parte estaba Midorima el cual permanecía a su lado pero él sabía bien que era un estorbo para él.
Cuando sucesos inesperados suceden no sabemos cómo reaccionar, lo primero que hacemos es buscar el lado malo y al final lo bueno.
Akashi se encontraba en camino hacia el hospital, era tarde y la hora de visitas estaba por acabar, pero aun así quería verlo por lo menos una vez en ese día. El chofer le informo que habían llegado y se esperar un minuto más bajo del auto y entro al interior de la clínica.
Recordando el camino se dirigió a la habitación de su sexto hombre, a lo lejos pudo observar la puerta, apresurando un poco el paso llego antes a la entrada de aquel cuarto. Como era costumbre toco la puerta pero nadie respondió. Pensando lo peor decidió abrir la puerta.
La imagen de Kuroko dormido con la mascarilla de aire en su rostro y el goteo intravenoso, no era una imagen para deleitarse, tratando de no hacer ruido comenzó a acercarse, pero al hacerlo su rostro se volvió una mueca de asombro y de impotencia.
El lugar en el cual se encontraba incrustada la aguja la cual administraba el goteo intravenoso, se encontraba morado a tal grado que parecía negro.
Eso solo significaba una cosa, en ningún momento habían parado de administrarle aquello, haciendo que la herida no sanara.
Se lamentaba, odiaba esa imagen, pero no lo quería dejarlo solo, con una de sus manos acaricio su mejilla, "Fría" era de la manera en la que se encontraba, paso uno de sus dedos por sus labios, "ásperos" sin pensarlo se acerco a ellos y los unió junto a sus labios.
Con cuidado se separo de Kuroko, lo había besado sin su consentimiento, aun sabiendo eso no pudo evitar sonreír, el salvaría a Kuroko, no importaba que tuviera que vender su alma para lograrlo.
Continuara...