Narra Adam:
No había pegado ojo en toda la noche, las lágrimas y el dolor no me dejaban dormir. La misma pregunta se repetía en mi cabeza: ¿Qué había hecho para que Rubén estuviera así? Estuve pendiente de él toda la noche, pero lo único que recibía eran gritos por parte suya.
Tocaron mi puerta.
-¿Si? -dije con la voz rota.
Abrieron la puerta, era mi madre. Se me había olvidado mandarle un mensaje de que había visto a Alberto, se estaba acercando a mi cuando vio mi cara, pegó un pequeño grito y se llevó las manos a la cara.
-Cariño. -dijo con miedo. -¿Qué te ha pasado?
Se acercó a mi con miedo, se sentó en la cama y me tocó la cara, una mueca de dolor apareció en mi cara y alguna que otra lágrima salio de mis ojos.
-Tu padre. -dijo con voz desquebrajada.
Me tiré a sus brazos y comencé a llorar. Mi madre me acariciaba la espalda mientras que con la otra mano la pasaba por mi pelo.
-Adam, tranquilo todo estará bien. -me dijo.
Me separé de sus brazos y la miré fijamente.
-No, no lo está. -le dije entre sollozos.
Me miro confundida, era lógico, ella no sabia nada.
-Rubén... Rubén... me odia. -le dije con dificultad.
-El no te odia cariño, el te ama. -me dijo con una sonrisa en su boca.
-Mamá, desde que llegamos, se encerró en la habitación y no quiere hablar conmigo. -le dije mientras mis ojos derramaban lágrimas.
-Adam, hijo, el se está culpando de lo que ha pasado, no quiere hacerte mas daño. -me contestó.
-¿Culpando? ¿De qué? Si no ha hecho nada. -le dije.
-De que tu padre te pegara de nuevo. -me dijo directa.
-Pero... -paré de hablar, las lágrimas no me dejaban continuar.
-Dale tiempo mi vida, dale tiempo. -me dijo mientras me abrazaba.
Ahora que lo pienso, admiro a mi madre, es una mujer fuerte, ha luchado contra un hombre borracho que le pegaba diariamente, a huido de él, luchando porque su hijo saliera del coma y después montar de nuevo otra vida. Admiro a esta mujer, lo valiente y fuerte que es.
Me aparta de ella, me quita las lagrimas y me sonríe. En esas 3 cosas me transmitió confianza, amor y sobre todo fuerza, fuerza para intentar superar esto por si solo. La puerta sonó, me levanté de mi cama y fui a ver quien era.
Me dolía todo el cuerpo mientras bajaba las escaleras, cuando pisé el suelo de la planta baja eché un respiro de alivio, me acerqué a la puerta, la abrí y un chico pelirrojo se tiró a mis brazos.
-¡Adam! -gritó.
-¿Qué pasa? -dije asustado mientras le abrazaba.
Se apartó de mis brazos y me vio toda la cara magullada.
-¡Oh dios mio! -se echo las manos a la boca. -¡Quién te ha hecho esto!
Alessandro miró por encima de las escaleras, me di la vuelta y pude observar a Rubén mirándonos apoyado en la pared, miré su mirada la cual se llenó de lágrimas enseguida, se dio media vuelta y se fue hacia su habitación pegando un portazo.
-¿Qué está ocurriendo? -dijo extrañado.
Cerré la puerta, cogí la mano de Alessandro y lo llevé al salón, nos sentamos en el sofá, su cara seguía asustada y preocupada.
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Incompatibles [Gay]
Teen FictionLa vida de Adam Navas no es nada sencilla, es poco popular en el instituto, tiene un novio agresivo y casi nunca tiene apoyo de su familia, pero un día aparece una persona. Le hace ver la vida de diferente manera y, lo más importante, le descubre un...