Narra Rubén:
Me dolía ver a Adam de la forma en la que lo estaba viendo tirado en la cama con toda la cara magullada. Sus labios estaban totalmente rotos, su nariz con un color rojo y morado y una pequeña herida en la ceja derecha ya cerrada y curada.
Abrí la puerta de golpe, Alberto dejo caer a Adam el cual cayó al suelo revotando su cabeza contra el suelo, le pegué un puñetazo en la cara, su labio comenzó a sangrar, mientras que el me dio otro a mi.
-Rubén no te acerques. -dijo Adam.
Mis ojos se llenaron de furia en el momento que oí la voz tan desquebrajada y tan sumamente débil de Adam, mis nudillos me dolían ya de los golpes que le estaba dejando en la cara a Alberto.
-Te dije que no te acercaras a mi hijo, maricón. -me dijo.
La policía entró y se llevó al padre de Adam, él se resistía pero al final se lograron llevárselo, yo en cambio me acerque a Adam, se veía tan débil y tan destrozado.
-Todo esta bien. -le dije con la respiración acelerada.
Una lágrima salio de mi ojo, la quite rápidamente, no pienso permitir que ese malnacido me haga llorar y mucho menos que haga mas daño a Adam el cual ya hizo.
Teníamos que volver junto a su madre, no podíamos estar aquí mucho más tiempo y lo más importante desaparecer de su vida.
Desde que volví aparecer en su vida ha ido de mal en peor, soy una mala persona que no puedo ni proteger al amor de mi vida.
Me sentía como una basura, tendría que haberle acompañado y no dejarle ir solo. El que tendría que estar en la cama tendría que ser yo, no él.
Me odio, me odio y me vuelvo a odiar. Aghs, ¿por qué? Porque justo cuando todo va bien tienen que fastidiarlo todo.
-Rubén. -me dijo Adam con una voz sumamente débil.
Me levanté de la silla y me acerqué a la cama, me senté lentamente.
-Dime pequeño. -le dije.
Estaba aguantado las lágrimas, no podía evitar llorar al ver a Adam tan lastimado como lo estaba.
-¿Estás bien? -me preguntó.
¿Qué acaba de pasar? Esta preguntado si estoy bien, antes que preguntar que ha ocurrido o que me ha pasado.
-Estoy perfectamente, lo importante es como te encuentras tú. -le respondí.
-Rubén, se que no estas bien, deja de hacerte el fuerte delante de mi por favor. -dijo con dificultad.Odiaba tanto que me conociera, las lágrimas salieron solas.
-Mal, me encuentro mal, te he hecho daño, todo por volver a aparecer en tu vida, soy un completo imbécil. -le dije entre sollozos.
Me cogió de la mano y tiro de ella, me abrazó fuertemente.
-Adam estas débil, lo mejor...
-Rubén, no me has hecho daño, me has hecho la persona más feliz del mundo, así que, quítate eso de la cabeza. -me interrumpió.
"Mataré a tu noviecito como te vea con él otra vez, no tendré un hijo maricón" las palabras de Alberto se clavaban en mi cabeza. Me aparte de Adam, me levanté de la cama y me quité las lágrimas.
-Nos volvemos a tu casa. -le dije frío.
Adam se levantó de la cama y se fue al baño a maquillarse la cara para tapar los moratones, yo en cambio hacia las mochilas.
Lo tenía claro y decidido, desaparecía de la vida de Adam. Me despedí de mi madre y nos pusimos camino a la estación, en el camino estaba distante de Adam y no quería tener ningún contacto con él.
Adam me agarró del brazo, me dio media vuelta y me miró.
-¿Qué te pasa?
-Nada.
Me di media vuelta y me volvió a coger el brazo.
-Rubén, ¿qué te pasa?
-Te he dicho que nada.
-¡Rubén! ¿Qué narices te pasa? -me alzó la voz.
-No me pasa nada, no se como decírtelo. -le dije frío.
Me tocó la cara y enseguida la aparté.
-Rubén, por favor, ¿Qué te pasa? -volvió a insistir.-Adam, deja de preguntarme algo que no me pasa.
-¡QUÉ COÑO TE PASA! -me gritó.
-¡BASTA! -le grite.
-Para. -me dijo.
-Vamos camina. -le dije seco.
-Hasta que no me digas lo que te pasa, no me muevo. -me contestó.
-Vamos. -le dije.
-No. -me dijo alzando la voz.
-¡Vamos! -dije molesto y gritando.
-¡NO! -me gritó.
Agarré a Adam del brazo y empecé a caminar.
-Rubén, me estás lastimado. -me dijo débilmente.
Ya se que lo estaba lastimado, pero no podía hacer otra cosa, no podía contarte que desaparecía de su vida otra vez.
Le solté y entramos dentro del autobús, di los billetes y nos sentamos en unos asientos desocupados, esta vez fui yo quien se colocó en la ventana.
Ya llevábamos una hora dentro del autobús, observé como Adam se mordía una mano mientras lloraba en silencio.
Desparecer es lo correcto, su padre le dejaría en paz y no le volvería a ponerle la mano encima. ¿Es lo correcto? Espero no equivocarme.
Estaba abriendo la puerta cuando un escalofrío invadió mi cuerpo, la misma sensación cuando vine a vivir aquí. Dejé las llaves en la mesita y cada uno de nosotros nos fuimos para nuestra habitación.
Cerré la puerta y me dejé deslizar por ella hasta llegar al suelo, una lágrima cayó de mis ojos mientras que daba pequeños cabezazos en la puerta.
Me tapé la boca y comencé a gritar, necesitaba sacar toda esa furia, ese miedo y toda esa rabia de dentro de mi.
Tocaron la puerta.
-Rubén. ¿Estás bien? -preguntó Adam con tono preocupado.
-Adam vete, déjame solo. -le dije.
-Rubén, abre la puerta.
-¡Déjame solo! -le grité.
Pude oír como Adam se había ido y había cerrado la puerta de su cuarto.
-Déjame solo. -dije entre sollozos.
No aguantaba más todo lo que me estaba pasando, otra vez a desparecer de la vida de Adam, otra vez a sonreír falsamente.
Espero que sea lo correcto.
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¡Buenas! ¿Cómo estáis? Un capítulo algo emocionante y triste a la vez.
#RubenDejaDePensarAsi.
Debo agradecer que este libro ya ha llegado a 1,65k sois increíbles.
Espero que os haya gustado.
Gif: Troye Sivan - Fools.
No olvides de puntuar y comentar.
Os quiere: Mralexx98.
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Incompatibles [Gay]
Novela JuvenilLa vida de Adam Navas no es nada sencilla, es poco popular en el instituto, tiene un novio agresivo y casi nunca tiene apoyo de su familia, pero un día aparece una persona. Le hace ver la vida de diferente manera y, lo más importante, le descubre un...