Capítulo 28 -Grave error

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Una vez acabó el entrenamiento, todas nos dirigíamos al vestuario cuando Lucas me llamó delante de todas. Me pidió por favor que antes de irme a cambiar, me quedara con él unos minutos. Esperó a que todas se alejasen lo más posible y comenzó hablando.

-¿Hay problemas con el grupo? -Preguntó-

Había entendido su pregunta, pero quizás su manera de formular la pregunta no fue la correcta.

-¿Problemas con el grupo? -Pregunté-

-Sí, ya sabes, he notado algunas miradas y gesto entre tú y algunas jugadoras, sobre todo con Belén. -Explicó-

Me encogí de hombros. No había que ser especialmente listo para darse cuenta de que la tensión del primer entrenamiento se podía haber cortado con un cuchillo.

Lucas pasó su brazo alrededor de mi cuello y se acercó más a mí, tras ello, comenzó a dar unos pasos alrededor del centro del campo.

-Me encargaré personalmente de hablar con ellas. -Exclamó- No quiero malos rollos en el equipo.

-No quiero que me defiendas. -Respondí-

Lucas soltó una carcajada.

-¿Consideras que eso sería defenderte?

Asentí con la cabeza, a lo que él negó.

-Hablaré con ellas, y tú hablarás con Belén, ha estado a punto de pegar una patada a una de ellas en varios momentos. -Rió-

Me deshice del brazo de Lucas y asentí poco convencida. Estaba cansada, y para nada tenía ganas de hablar con Lucas de ese o cualquier otro tema. Lo único que quería era ver a Marco y abrazar a Mario.

Caminé hacia el vestuario y, tras golpear dos veces la puerta, entré. Visualicé a Belén y caminé hasta ella bajo la atenta mirada de todas las chicas del vestuario.

-He estado a punto de meter su cabeza en el váter. -Susurró al sentarme a su lado-

Rodé los ojos. Belén la tenía tomada con esa chica.

-Olvídate de ella. -Respondí deshaciendo el nudo de mis botas-

-Estaban hablando de tí. -Dijo casi sin dejarme acabar-

-Belén, me da igual, olvídate del tema, pasa de todo. -Insistí-

Miradas entre el grupo de chicas y Belén cruzaban a toda prisa en el pequeño vestuario. Teníamos que salir de ahí cuanto antes.

-¿No me has escuchado? -Pregunté enfadada- Déjalas que hablen todo lo que quieran.

Conseguí apartar los ojos azules de mi amiga del grupo de chicas que se encontraban al otro lado, pero sólo sería por unos pocos segundos. Una carcajada que inundó toda la sala de la que parecía la líder del grupo fue suficiente para despertar la fiera interior de Belén.

-Una risa más y te juro que en el próximo entrenamiento te mando directa al hospital. -Amenazó Belén desde el otro lado-

Todas miraron a la rubia y esta se levantó del banco, yo hice lo mismo y la empujé con cuidado hacia la puerta. Se volvía demasiado agresiva cuando la provocaban de tal forma.

-Vamos fuera. -Ordené-

El grupo formado por cuatro chicas se acercó a nosotras en pocos segundos y me encontré frente a las cuatro en poco tiempo.

-Tendrás que competir conmigo si le quieres a él. -Exclamó una de ellas dirigiéndose a mí-

-¿Cómo? -Pregunté realmente confusa-

-Lucas, es suyo. -Respondió otra chica a su derecha-

Iba a responder, cuando Belén se me adelantó.

-¿Tuyo? -Preguntó señalando a la primera chica- ¿Acaso no te has dado cuenta de que Lucas a quien quiere es a María?

Abrí los ojos como platos y me giré para mirarla a la cara. Belén se tapó la boca al darse cuenta. Agarré mi bolsa y salí del vestuario enfadada. Visualicé a Marco apoyado en el capó del coche y me acerqué a él. La voz de Belén me perseguía rogándome dejar de andar. Tiré mi bolsa sobre el suelo y Marco me miró alarmado, abrió el coche y yo entré a su interior con rapidez. Mario se acercaba a nosotros por la parte izquierda.

-María, lo siento. -Escuché- ¡Me sentía obligada a decirlo!

Trataba de no mirar por la ventana, pero la voz de mi hermano me hizo girarme.

-¿Qué ha pasado? -Preguntó confuso-

Salí del coche de nuevo y mandé callar a Belén. Marco me miró extrañado y Mario agarró mi mano. Me solté de él y entré de nuevo al coche. Lo único que quería era que ni Mario ni Marco supieran el problema que había entre Lucas y yo. Los tres entraron al coche sin decir nada. Un mensaje de Mario, que se encontraba de copiloto llegó a mi móvil.

"Qué ha hecho?"

"Nada importante, no insistas" respondí.

El camino transcurrió en completo silencio. Belén miraba por la ventana mientras que yo mantenía mi mirada fija en la carretera. No iba a hacerla caso, pero, ¿por qué no había, ni siquiera, intentado hablar conmigo?

Una vez Marco aparcó, bajé la primera del coche y entré a mi casa tras despedirme de Mario con un saludo. ¿Por qué no tenía ganas ni de darle un beso de despedida? Me dirigí a mi habitación y me senté. Minutos después apareció Marco. Decidí cortarle antes de que comenzara a hablar.

-Me tengo que ir a duchar. -Dije tras levantarme-

Marco se sentó y dio un largo suspiro que escuché desde el pasillo. Él era el que menos se merecía vivir todo esto.

Una vez salí de la ducha, volví a mi habitación, donde Marco se encontraba en el mismo lugar, con un detalle a destacar. Mi móvil se encontraba en su mano.

-Te ha llamado cinco veces. -Exclamó-

Reaccioné con rapidez y elegí uno de los tres nombres que se me pasaron por la cabeza.

-¿Mario? -Pregunté-

Él negó con la cabeza, se levantó y, tras cerrar la puerta lo dijo.

-Mario no, Lucas.

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