Capítulo 25 -Reencuentro ¿agradable?

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Mario me recibió con un largo beso mientras que Marco nos miraba con una sorisa.

-Felicidades, sabía que entrarías. -Dijo Marco mientras me abrazaba-

-Yo también. -Confesé entre risas-

Mientras Mario y Marco felicitaban a Belén, me acerqué al chico que acompañaba a mi hermano y Mario.

-Hola Herrera, ¿te acuerdas de mí? -Dijo entre risas-

-Cómo no, Lucas. -Dije mientras me acercaba a darle dos besos- ¿Todo bien? -Pregunté-

-Todo perfecto. -Dijo mientras acomodaba sus gafas Ray-ban-

Lucas era medio brasileño medio español, como su hermano, el padre de ambos español y su madre brasileña, como toda la familia de parte de madre. Era ese tipo de chico que volvía locas a todas. Solía llamarme por mi apellido desde el día en que lo dejamos, justo cuando me empecé a enamorar de Mario, aún así, nuestra amistad continuó, igual que la suya con Mario. Tenía dos años más que yo y uno más que Mario, se conocieron cuando Lucas repitió primero de la E.S.O. y Mario nos presentó un año después.

-Me alegro de volver a verte. -Dijo con una de sus enormes sonrisas-

-Yo a ti también. -Dije tras escuchar su frase-

Sentí el brazo de Mario posarse sobre mi hombro y escuché a Marco acercarse por mi izquierda.

-Aquí tienes al que ha hecho todo esto realidad. -Dijo Mario señalando a su amigo-

Tras escuchar eso, miré a Belén. Ella me miró y, lo más disimuladamente posible, soltó una carcajada.

-Ehhh... ¿Gracias? -Dije ante la atenta mirada de los chicos-

Lucas soltó una carcajada y Mario sonrió justo después de besar mi frente.

-Le hablé de ti a mi padre, le comenté que conocía a una chica que le interesaría estar en el equipo y le pasé tu número.

Escuchaba la risa de Belén mientras esta se retiraba poco a poco de mi lado. Ambas sabíamos lo que esto significaba. Mientras trataba de pensar mi respuesta, recordaba unos años atrás, cuando Lucas y yo comenzamos a salir.

-Gracias, Lucas -Repetí-

-De nada, Herrera. -Respondió con una sonrisa-

Sus gafas negras ocultaban sus ojos verdes que un día me hicieron perder el norte, junto con su polo Hollister azul y sus Vans a conjunto con sus pantalones blancos. Se veía que aún conservaba su elegancia y sus padres continuaban ganando el mismo dinero que antes.

-¿Qué tal por Alemania? -Pregunté curiosa-

-Bien, he vuelto hace unos meses, justo para ayudar a mi padre con el equipo. -Respondió-

Asentía mientras hablaba y veía cómo Belén volvía a acercarse móvil en mano a mi lado.

-¿Entró tu hermano en el filial del Bayern? -Pregunté mirando fijamente el cristal de sus gafas-

El rubio asintió orgulloso.

-Dentro de poco jugará con el primer equipo.

-Se lo merece. -Respondí-

Marco interrumpió el silencio que se había formado tras mi frase.

-Vamos a tomar algo al bar del polideportivo. -Dijo quitando el brazo de mi cuello- ¿Vais a cambiaros? -Preguntó mirandome-

Asentí a su pregunta.

-Os esperamos allí entonces. -Dijo Mario-

Mientras los chicos ponían rumbo al exterior de la zona de campos, Belén y yo caminamos hacia los vestuarios.

-Noticia de última hora: El irresistible Lucas Borges vuelve a España para recuperar a su amada Herrera, continuaremos informando.

-Belén, cállate.

-Fuentes cercanas informan que el chico intenta recuperarla tratando de cumplir el sueño número uno de su querida.

-Cállate si no quieres morir ahogada accidentamente en la ducha.

-Además, el objetivo del chico tiene un añadido, pues Lucas tendrá que arrebatarle la chica a su fiel amigo Mario. -Continuó conservando su voz de comentarista- ¡Comienzan las apuestas! ¿Caerá María en las garras del irresistible Lucas? ¿Se enfadará Mario al darse cuenta de las intenciones de su ami...

-¡Para ya! -Grité golpeando su brazo-

-¡Dios, estoy tan impaciente por saber qué va a pasar!

-¡No va a pasar nada! Ni Lucas intentará recuperarme ni yo volveré con él. Punto. -Dije intentando finalizar la conversación-

-Ya, claro. -Respondió Belén en voz baja-

* * * *

-¿Tienes colonia? -Preguntó Belén mientras peinaba su cabello-

Saqué mi colonia de mi bolsa y se la extendí a Belén.

-Gracias, Herrera.

-¿Puedes dejar de llamarme así? -Pregunté molesta-

-No te molesta cuando te lo llama Lucas.

-Sí me molesta. -Respondí-

-Pues a él no se lo dices.

-Se lo diría si me lo llamara cada dos segundos, como haces tú.

-Ya claro. -Dijo en voz baja-

-Ya claro. -La imité-

Tras acabar de arreglarnos, Belén y yo salimos del baño para ir a encontrarnos con los chicos.

-¿Puedo preguntarle para qué ha vuelto a España? -Preguntó Belén-

-Pregúntale lo que quieras. -Dije aburrida-

-¿Y puedo reírme si dice que volvió por ti?

-No va a decir eso.

-¿Pero si lo dice puedo reírme?

-Sí, Belén, puedes reírte si lo dice.

Ahora la rubia daba saltitos ilusionada. Era tan fácil hacerla feliz...

Al llegar a donde los chicos estaban, Mario extendió su brazo para que fuera hacia ellos. Dos sillas entre él y Lucas nos esperaban.

De repente, Belén comenzó a acelerar y se sentó en primer lugar al lado de Mario, dejando la silla al lado de Lucas vacía. A veces dudaba de si Belén era mi amiga o mi enemiga.

Saludé a los chicos en común y me senté en la única silla vacía. Abrí mi Coca-cola mientras que Belén vertía la suya en el vaso y comenzaba a beber de ella.

-Entonces, ¿contenta de tenerme de entrenador? -Preguntó Lucas sonriente-

La bebida salió disparada de la boca de Belén al escuchar las palabras de Lucas mientras que la mía se desvió del vaso en el mismo instante.

¿Cómo entrenador?

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