Capítulo diecisiete. Cumpleaños desastre.

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Querido Jack, nunca imaginé que extrañaría un poco ese lugar, en realidad, no lo extraño. Extraño a las personas de allí. O no, quizás extraño estar lejos de aquí.

Como sea, han pasado unos cinco días más o menos, cuando muchas cosas pasan en tu vida pierdes la noción del tiempo. No he vuelto a hablar con ninguno de mis padres, ambos trabajan y sólo tenemos conversaciones vagas. Hoy es mi cumpleaños. He despertado mirando el techo y luego el calendario encima de la mesa de noche con una foto de Evan Peters, sí, 2 de abril.

Me puse una cola en el cabello que era un desorden y fui a desayunar. El único cumpleaños bueno que tengo es cuando cumplí siete, me llevaron a ver una obra de Barbie y la magia de Pegaso y luego comí helado con Roxx. Se rompió el pantalón cuando corríamos y no es hasta ahora que me causa gracia. Desayuné cereal de colores con yogurt.

- ¡Cumpleañera!

Me sobresalté, mi padre me abrazaba por detrás.

- ¡Noooo! -rogué que no me cargara, pero lo hizo.

- Felicidades, pequeña. -sus ojos se cristalizaron- estás tan grande...

-Basta por favor. -lavé los platos y lo miré con una mueca.

-Está bien...-de pronto se animó- tu mamá está preparando una fiesta para ti.

Oh no, se acerca la tormenta. No puede ser, ¡no puede ser posible!

- ¿Debías decírmelo?

-Oh, cierto, no debía...era sorpresa.-se golpeó la frente- de todos modos, actúa sorprendida.

¡Sorprendida! Estoy más bien estupefacta.

No quiero ni imaginarme que está planeando, logré huir de papá y en mi habitación coloqué en el reproductor a todo volumen el aleatorio, ''Bad'' de Michael Jackson se reprodujo. Reí para mí mientras bailaba. ¡Que se detenga el mundo, estoy de cumpleaños! Y un poco de positividad no hace daño.

A las horas llegó mi madre con bolsas llenas de cosas color crema, respiré profundo.

- ¡Mira que linda estás hoy!

Miré mis pijamas de arcoíris con el ceño fruncido.

-Traje un montón de cosas para decorar. Seguro tu padre ya te dijo ¿a que sí? Es una boca floja. Pero no te preocupes, todo lo haré yo y Marta -la madre de Roxx-

- ¿De casualidad te importa que opine? -pregunté de mala gana.

-No. -respondió contenta.

Lancé un suspiro, no quería saber nada de lo que planeaba, mejor decidí pensar en cómo escaparía. A lo mejor deba usar cloroformo...no, mejor sólo me voy cuando nadie vea.

La tarde la desperdicie mientras twitteaba tonterías, aprendía una rutina de baile...eso no resultó tan bien, y leía libros de la estantería de papá.

Mientras me vestía con un top negro y falda blanca para mi supuesta fiesta sorpresa recordé cuanto extrañaba a Fredick. Era el primer cumpleaños en el que no me veía un maratón de películas de Kristen Stewart, su amor imposible, comía helado hasta morir y jugaba twister. Era el único permiso que tenía y lo pedía siempre en mi cumpleaños, ni si quiera el suyo. Si fuese él, también me iría, pero lo triste es que se ha perdido de mi vida.

En el auto mamá, Marta y papá hablaban de lo mucho que me gustaría, me animé un poco, Jack, ojalá algo me salga bien. Estacionamos sin darme cuenta, miré alrededor, era el instituto. ¡No!

Meredith no es rebelde. Por: Peypef.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora