Los mensajes de Meredith.

11 2 0
                                    

Jack.

Un mes antes.

Y me levanté temprano a las cinco y treinta. Mi frente estaba llena de sudor, había soñado eso de nuevo. Mi portátil estaba en la mesa de noche, volteé a la derecha y en la ventana se veía mi nada, si, ''mi nada'' así le llamo a lo que se ve desde aquí. Una montaña, el cielo más arriba, abajo sólo pasto. Mi padre dijo cuando compramos la casa que era malo que no pudiese ver la ciudad, que sólo veía la nada.

Encendí la lámpara y el portátil, nuevo correo de Meredith.

Sonreí a la pantalla en la media oscuridad de mi habitación.

Mientras las letras pasaban por mis ojos, deseaba poder abrazarla y protegerla de todo. Pero ella sabía hacerlo por sí sola. No sabía nada de mí y me confiaba su vida, está loca y no me importa.

Y como soy torpe, lo único que puedo enviarle son frases. Estoy seguro que todos piensan cosas de mí, los he oído diciendo que no soy muy social y susurrando cosas. Pero no los odio, siempre les sonrió. Tal vez lo único que pasa es que no sé qué decir la mayoría del tiempo. Y sí, había conocido chicas y dado algunos besos, pero realmente no era lo mío.

Antes de cerrar la pestaña del buscador observé un punto verde en su nombre. ESTÁ conectada. Jamás había pasado. Respiré rápido y el sudor volvió. Mis manos se movían con el mouse por el espacio dónde podía escribir. Ella lo hizo primero.

— ¿Hola?

—Hola...

—Hola Jack...wow.

Mi boca estaba abierta, tragué saliva. Alguien analice: Tengo tres amigos. Uno de ellos un idiota en el que no confío. Otro, un idiota en el que confío a veces. Y la última era ella, una loca adorable con la que no he hablado nunca, ¿Qué carajos le digo?

— ¿Cómo estás, Meredith?

—Bien J ¿Qué tal tú?

¡Un emoticón feliz! Vamos bien.

—Bien, ¿Por qué estas conectada a las cinco y cuarenta?

—No puedo dormir.

Uhm, yo tampoco.

— ¿y no estarás en problemas?

—Siempre lo estoy ;) Jaja.

Sonreí a la pantalla de nuevo.

— ¿Qué haces, Jack?

—No mucho...tuve pesadillas.

— ¿sobre qué?

—Morir.

—Adorable...

—Como tú. J

—Jajaja, cómo digas... Hey...Jack.

— ¿Sí?

—Quiero conocerte. Esta es la primera vez que hablamos.

—Lo sé, lo siento. Las personas me mantienen ocupado.

—Perdonado. Sin embargo, estoy convencida de que eres increíble.

—Gracias...ah, me harás sonrojar.

—Qué princesa.

Me reí y tapé mi boca, mis padres o Sandy me escucharían.

— ¿Jack? ¿Te enojaste?

—No, tonta, estaba riéndome.

—Uff...moriría porque estuvieras aquí, me harías bien. Sería más fuerte.

—Tu eres suficientemente fuerte, Meredith. Si estuviese allí te diría que te fueras a dormir mientras te doy golpes en la cabezota.

Mi corazón latía con fuerza y respiraba por mi boca hasta secar mí garganta. ¿Meredith, estoy enamorado de ti? Nunca será posible.

—Ven, por favor.

—No puedo. Además, ya me has visto por ahí.

— ¿Quién eres?

Sandy entró pasando una de sus manos por su ojo y bostezando.

—Debo irme.

— ¿Qué? No.

—Soy Jack.

Cerré el portátil con fuerza haciendo a Sandy terminar de despertar.

— ¿Qué pasa hermanita? –dije.

—Hacías mucho ruido...

—Tranquila, solo trabajaba.

Meredith no es rebelde. Por: Peypef.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora