CAPÍTULO 1

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Aquí las historias siempre acaban bien...
Hay unos pequeños problemas de por medio, pero acaban bien. Aquí no.
Esta historia es diferente... es MI HISTORIA.

Yo era una niña dispuesta a comerse el mundo... era alta, guapa, ojos verdes, inteligente, morena, y tenía novio, ¿Su nombre? Jesús.

Jesús era alto, con un cuerpazo, ojos marrones, pelo oscuro, inteligente, y con una voz divina. Me sacaba un año. Él y su hermano gemelo, Daniel. Eran idénticos, pero había algo que diferenciaba a mi Jesús de Daniel.

Éramos la pareja perfecta.
La envidia de mis amigas, de sus amigos, del barrio, y de las Gemeliers.

Jesús y Daniel (junto a su hermano Juan Carlos y sus padres Eva y Juan Carlos) eran mis vecinos, nos conociamos desde que me mude aquí a Mairena del Aljarafe, Sevilla.
Yo y mi hermana Nora, fuimos las hijas que Eva nunca tuvo.
Cuando nos mudamos a Mairena, yo tenía apenas 10 meses; nos mudamos por motivos de trabajo.

Mi padre, trabajaba en el Banesto y le trasladaron aquí.
Mi madre también trabajaba en un banco, (Caja Madrid) y pidió el traslado para no perderlo. Se lo concedieron.

Yo al tener 10 meses, no era casi ni persona, así que el cambio no me afectó. Soy prácticamente sevillana.

A mi hermana, Nora, le costó demasiado... Tenía 4 añitos y era pequeña, pero ya tenía amiguitos. Mis padres le aseguraron que haría nuevos amigos y que volveríamos al pueblo. Digamos que le convencieron.
Alejandro, mi hermano, fue el que peor lo pasó. Tenía 9 años, tenía sus amigos, alguna que otra novieta, era delantero del equipo de fútbol del pueblo... Hizo toda clase de cosas para no marchar, pero no consiguió nada.

Aunque yo no conozca casi mi pueblo, estoy empadronada ahí. Al igual que mis hermanos.

Pero no nos podemos quejar. No nos ha ido nada mal aquí en Mairena. Y aún menos con los vecinos.

Desde siempre y para siempre {jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora