CAPÍTULO 3

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Nos encontrábamos a 4 de Junio, 9:30 de la mañana, clase de mates, y ya había pasado una semana desde la broma de Jesús. Yo, seguía sin hablarle.

Estaba haciendo los ejercicios que había mandado José Leandro, cuando de repente alguien puso una nota encima del libro, lo cual, me impedía seguir haciendo los deberes.

Levanté la cabeza para ver que estúpido había puesto ese papel en el libro y... Quien iba a ser.

-¿Qué haces? No puedo ver los ejercicios-digo molesta.

-Por favor Laura, lee la nota, perdóname en serio. Estoy muy arrepentido-insiste Jesús.

-Olvídame, ¿si?-rechisto.

En ese momento José Leandro mandó callar a Jesús, y le mandó de vuelta a su sitio.

Me quedé con la intriga, así que cogí la nota, y la leí a escondidas, ponía lo siguiente:
"Laura, te echo de menos, a ti y a nuestras conversaciones; perdóname, fui un completo idiota al ponerte ese bicho en la mesa, no quiero perderte, también echo de menos tus despedidas por whatsapp 'Hasta mañana Jesuuuuuus. Me voy a dormir, que -La Menda- tiene sueño, mañana a las 7:30 os paso a buscar. Te quiero muchísimo pequeño'... Esta tarde hablamos. TE ESPERO A LAS 16:00 EN LA PISTA DE TENIS"

Al leerla heché una sonrisa tonta, Jesús me vio, se dio cuenta, y me guiñó un ojo.
Pero Denis también se dio cuenta, así que me preguntó.

-Eh eh eh-grita-Esa sonrisita me la conozco, solamente la pones cuando piensas en Jesús.

-Si tía. Me ha mandado una nota Jesús, voy a quedar con el, supongo que lo vamos a arreglar-susurro.

-Muy bien Laura. Me alegro muchísimo-asegura.

-¡Esa parejita de la izquierda! Que se calle u os separo-interviene el profesor.

Nos callamos, y seguimos con los ejercicios.

Sonaba el timbre de las 14:30 ¡POR FIN! Me fui con Ángela a casa, como todos los días.

Le conté todo. Estuvimos hablando de camino a casa de este tema.

Llegó la hora de separarnos, ella se fue de recto y yo me fui para la izquierda.

Entre a casa, y me estaban esperando para comer.
Mi madre se dio cuenta de que ya no quedaba con Jesús, ni hablaba, ni iba a su casa ni nada.

Después de comer recogí la mesa, y me subí corriendo a mi cuarto para hacer los deberes ya que no iba a estar en toda la tarde.
Mi madre subió detrás mío. Y me pregunto por Jesús.

-Hija... Ya no vas a buscar a Jesús, ni hablas de él, ni hablas con él... ¿Qué os pasa?-me pregunta

-¡Nada mamá!-miento.

-Laura no me mientas...Esta mañana he vuelto a quedar para tomar café con Eva... Me ha dicho que Jesús apenas come, está todo el día triste, y escuchó 'sin querer' una conversación con Daniel... Decía que te echaba de menos-dice cual cotilla.

-Mamá tranquila, esta tarde hemos quedado para hablar. Vamos a solucionar todo-le digo para que se vaya ya.

-Me alegro hija. Es un buen chico...-insiste.

-Ya lo sé mamá, ya lo sé-concluyo.

Desde siempre y para siempre {jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora