Era la mañana siguiente, había despertado con un horrible dolor de cabeza porque no había podido dormir bien esa noche. Craig y Emma se fueron a eso de las 12 de la noche, pero aún así, hice videollamada con Emma. No podía entender cómo se había quedado hablando sin parar hasta las 2 de la mañana. Otra razón por la cual no pude dormir fue porque no había podido dejar de pensar en lo que me había dicho Alec, ¿hablaba en serio? Me levanté de la cama e hice mi rutina de siempre. Me di una ducha rápida, me vestí con unos jeans ajustados y una blusa blanca. Bajé a desayunar y volví a subir para terminar de arreglarme. Craig y Emma pasaron por mí y nos fuimos al instituto.
—Craig, ¿cómo sigue tu ojo?—le pregunté, pues la noche anterior pude notar que se le estaba empezando a formar un moretón gigantesco.
—No muy bien, ¿alguna de ustedes sabe cómo disimular el golpe?—preguntó.
—Cuando lleguemos te pondré un poco de maquillaje—dijo finalmente Emma.
Llegamos, íbamos caminando hacia la entrada cuando de repente vimos a Dean.
—¡Emma!—gritó Dean mientras corría rápidamente hacia ella.
—Aléjate de mí—le decía Emma.
Craig aún no había visto a Dean ya que estaba sacando sus cosas del coche, por lo que le di una excusa para que nos fuéramos y no fuera a causar otro problema como el del día anterior. Le había dicho que fuera a sacar mis libros a mi casillero en lo que terminaba de guardar unas cosas que había dejado en el auto. Aceptó y se fue. Tras haberme asegurado de que se había ido, volteé rápidamente y logré ver que Dean estaba jalando del brazo a Emma.
—¡Aléjate de ella idiota!—le dije rápidamente.
—Tú no te metas Rossie—me dijo furioso.—Esto es con Emma.
Empezó a jalar a Emma de los hombros mientras ella trataba de zafarse dándole patadas y golpes que al parecer no afectaban en nada a Dean. Me metí en la pelea tratando de defender a mi amiga, jalé de los brazos a Dean y en un intento fallido, me dio un golpe en la cara y caí desprendida al suelo. Entonces llegó Alec. Agarró de la camiseta a Dean y le dio un gran puñetazo en la mandíbula, parecía desorientado, se agarraba la mandíbula mientras caminaba como si estuviera borracho.
—Lo vas a pagar duro—dijo Dean dirigiéndose a Alec. Y se fue.
Emma se arrodilló rápidamente.
—¡Rossie! ¿¡Estás bien!?—me preguntó angustiada.
—Estoy bien—contesté. Pero no lo estaba, sentía rota la nariz. Me la toqué para ver si todo estaba en orden. Veía un poco borroso pero de eso en fuera, estaba bien. Entonces lo vi, estaba parado frente a mí, me extendió la mano para ayudarme y antes de que pudiera decir algo, me dio un abrazo.
—¿Estás bien?—preguntó.
—Sí. Sólo me duele un poco la nariz—contesté.
—Habrá que llevarte con la enfermera—dijo Emma.
Me llevaron a la enfermería, escuché que el timbre había sonado, estaba apunto de irme a clase pero la enfermera me detuvo.
—No puedes irte aún—dijo la enfermera.—Necesito que me digas antes cómo fue que te diste el golpe.
No quería decirle. No tenía porqué enterarse.
—Choqué con un poste—dije.
—Muy bien—Calló unos segundos.—Ahora, quiero la verdad—dijo.—Soy enfermera, no sabes cuántas veces he escuchado esa historia.
Tenía razón, era muy usual que alguien dijera eso. «Piensa Rossie, piensa», dije en mi cabeza.
—Mi amiga y yo estábamos jugando y me dio un golpe con el puño por accidente—dije tratando de sonar lo más normal posible.
—Mm. Está bien—dijo anotando algo en su libreta. Puedes irte.