Llegamos.
La casa de Matt era gigantesca. Hasta podría decir que estaba cerca de ser una mansión. La música se podía escuchar desde unas cuantas calles atrás. Emma y yo nos bajamos del auto y entramos a la casa. Había gente por doquier, algunos estaban bailando, otros bebiendo y se podían ver algunas parejas besándose. Se veía que la gente se divertía a más no poder.
—Bienvenidas chicas—nos dijo Matt con una cerveza en la mano, se veía a simple vista que estaba borracho.
—Hola Matt—dijo Emma suspirando.
—Disfruten la fiesta, recuerden que pueden ir a cualquier lado de la casa excepto a mi habitación—dijo y se fue.
Emma y yo estuvimos platicando un rato hasta que vimos a Craig. Emma también lo había invitado pero nos dijo que iba a llegar un poco más tarde.
—¡Hola!—nos dijo Craig gritando pues la música estaba muy alta.
—¡Hola!—gritó Emma.
—¡Voy a mi coche, olvidé mi celular, ahorita las alcanzo!
Como había dicho antes, la casa de Matt era inmensa. Fuimos al patio trasero, había una gran alberca con gente adentro y alrededor de ella, bailando y haciendo ruido.
Emma y yo comenzamos a bailar y en eso llegó Craig y nos siguió el ritmo. No solía beber en las fiestas, sólo si era de verdad una gran fiesta, como esta. Pasamos toda la noche juntos, bailando, bebiendo y en algún momento nos metimos a la alberca.
—¡Oigan, voy por algo de tomar!—les dije a mis amigos y me fui.
Notaba que no podía caminar, estaba tambaleándome mucho y tenía unas cuantas ganas de vomitar y por alguna razón me daba risa todo.
Iba entrando a la cocina cuando de repente choqué con alguien que al parecer iba saliendo, no pude notar quién era pues tenía la vista un poco borrosa. Al momento de chocar me tambaleé un poco y casi caigo pero logré mantener el equilibrio antes de que pasara una vergüenza. Entonces lo vi. Alec.
—Hola guapo—le dije. «¿Por qué le dije eso?»
—¿Acaso estás borracha?—me preguntó riéndose y agarrándome de la cintura para que no me fuera a caer.
—Sólo un poquito—dije riéndome.
—Vamos, te llevaré a tu casa.
—Nooo, tenemos el resto de la noche, ¿por qué irnos ahora si apenas está empezando lo bueno?
—Rossie...
—Andaa—le dije suplicándole.
—Vale.
—Ven, vamos a bailar.
Lo jalé del brazo sin estar consciente de lo que estaba haciendo, quería soltarlo e irme de nuevo con mis amigos pero no podía. Fuimos a la sala que era la habitación de la casa más cercana y comenzamos a bailar. Al principio bailábamos por separado pero luego me agarró de la cintura y yo a él de los brazos por lo que nuestros cuerpos quedaron más cerca de lo que deberían estar y sin darme cuenta, la distancia que había entre nuestros cuerpos era la misma que la que había entre nuestras caras. Podía oler su aliento, olía a una combinación entre menta y alcohol. La mía de seguro sólo olía a alcohol. Nos mirábamos a los ojos, pude escuchar que alguien atrás daba un grito pero antes de que pudiera voltear para ver qué sucedía alguien cayó sobre mí y me empujó hacia delante haciendo que mis labios cayeran sobre los de Alec. Entonces todo desapareció, la música, la gente, sólo estábamos él y yo. Él me seguía agarrando de la cintura y yo ahora lo agarraba del cuello, como abrazándolo. Pero entonces el momento se arruinó cuando las ganas de vomitar volvieron lo cual hizo que yo me separara de Alec y me fuera corriendo directamente al baño. Finalmente cuando salí me dieron unas tremendas ganas de dormir por lo que decidí ir con Emma para decirle que ya nos fuéramos pero sin darme cuenta caí en un rincón de la casa y me quedé completamente dormida.