Fiesta de Matt

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Me puse rápido mi ropa–camiseta negra y unos jeans–y guardé mi celular y mi maquillaje en una pequeña bolsa. Bajé de mi habitación y fui a la cocina. Estaba sentada en una de las sillas cuando escuché el claxon del auto de Emma. Salí. Me acerqué a su auto y antes de subirme bajó la ventanilla.
—Hola guapa.
—Hola—contesté.
—Abrieron un nuevo Forever 21 justo en frente de la playa.
—¿Por qué no puedo llevar la ropa que te dije?
—Muchas personas te han visto muchas veces con esa ropa. Quiero que impresiones a todos.
—Vale—le dije.
Nos fuimos.
Emma aparcó su coche en frente de una heladería. Entramos a la tienda.
—Hola, ¿les ayudo en algo?—nos dijo una chica más o menos 5 años mayor que nosotras.
—Gracias, estamos bien—contesté.
Emma y yo vimos varias prendas y las agarramos para que pudiera probármelas. Al final nos decidimos por una blusa negra que me llegaba arriba del ombligo y una falda, igual negra, más o menos 5 dedos arriba de las rodillas.
Salimos de la tienda y fuimos por un helado. Yo había comprado uno de fresa y Emma uno de vainilla. Fuimos a la playa y nos sentamos en una roca bastante grande. No había literalmente nadie. Estuvimos ahí varias horas hablando y jugando. Dieron las 6. Como había dicho anteriormente, nosotras sí sabíamos como pasar el rato.
Finalmente después de un largo día de chicas nos sentamos en la arena. Estaba comenzando a anochecer, el cielo tornó a una mezcla de colores realmente bellos. Me había dado cuenta de que no habíamos hablado en más de 10 minutos. Al parecer cada quien estaba en sus propios pensamientos. Entonces, el silencio se rompió.
—¿Si crees que vaya a ser "la fiesta del año"?—me preguntó.
—Ni idea. Es la primera vez que Matt hace una fiesta, ¿no?
—Creo que sí. O al menos la primera a las que nos invita—me dijo con una sonrisa.
El viento hacía que el cabello de ambas se nos enredara y estorbara nuestra visión.
—Bueno, creo que tenemos que irnos—dijo levantándose.—Tenemos que empezar a prepararnos para al rato.
—Está bien—le contesté.
Me llevó a mi casa, estaba apunto de bajarme cuando me llamó.
—No olvides que vendré a las 10. Me arreglaría aquí contigo pero desgraciadamente no traigo mi ropa.
—A las 10 estaré lista.
—Vale, nos vemos al rato—me dijo y se fue.
Me dirigí hacia la casa, las luces estaban encendidas por lo que supe inmediatamente que mis padres ya habían llegado. Entré.
—Hola mamá—dije.
—Hola cariño. ¿Cómo estuvo tu día?
—Entretenido. Salí a caminar y luego fui a la playa con Emma.
—Qué bueno—me dijo con una sonrisa.
Saludé al resto de mi familia y subí a mi habitación. Me miré al espejo y noté que todo mi cabello estaba repleto de arena. Ya me había dado un baño hoy pero ni modo, no podía ir así de sucia a la fiesta. Agarré unas bocinas que me había comprado hace poco y me metí al baño. Conecté las bocinas por Bluetooth a mi celular y puse una canción de The Weeknd. Abrí la llave y en lo que se calentaba el agua me desvestí. Me metí a la ducha, por alguna extraña razón siempre que me bañaba era la hora en la que me ponía a reflexionar sobre la vida y todas esas cosas. Después de una larga sesión de pensamientos salí de la regadera y vi que el espejo que está arriba del lavabo estaba empañado.
Abrí la puerta del baño con la toalla envuelta en mi cuerpo y salí. Saqué las bocinas y las puse en mi tocador, la música seguía encendida.
Me quité la toalla y me puse la blusa y la falda con unos botines negros. Fui al baño por la secadora y comencé a secar mi cabello, me lo cepillé y salí del baño nuevamente. Me paré frente al espejo y empecé a maquillarme. Delineador, rímel, un labial entre rojo y rosa que quedaba perfecto y un poco de base.
No tardé más de 2 horas arreglándome completamente. Tardé más o menos 15 minutos decidiendo qué bolso llevar, al final me decidí por un bolso de mano negro con dorado.
Me observé una vez más en el espejo.
—Vaya, no volveré a dudar de Emma con respecto a la ropa que debo ponerme—me dije a mí misma.
Desconecté el Bluetooth, apagué las bocinas y las guardé en su lugar correspondiente. Metí mi ropa de hace rato en el cesto de ropa sucia, acomodé mi maquillaje, agarré mi bolso y salí.
Vi el reloj de mi celular, 9 en punto. No me gustaba mucho comer en las fiestas por lo que fui a la cocina y abrí el refrigerador para ver qué había. Sólo encontré un chocolate, seguramente era de Billy pero no importaba. Me lo comí.
Me senté en la pequeña mesa que había en la cocina mientras checaba notificaciones de Twitter. Finalmente llegó Emma, 9:50. Me despedí de mis padres y salí.
Me subí al coche de Emma y nos fuimos.

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