Capítulo 1

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Dylan.

Estoy mojado y empapado en el pasillo del autobús aferrado a las barandillas superiores del mismo, tratando de no caer o tambalearme demasiado cada que el bus da un giro inesperado.

Cole esta sentado y cómodo en su asiento mirando por la ventana. Él se subió rápido al bus por eso pudo ganar un lugar en él. Mientras yo pagaba mi boleto ya no quedaba ningun asiento disponible.

Estábamos saliendo de la escuela cuando la lluvia se precipitó y decidió empaparnos mientras íbamos a la estación del bus.

Solo espero no cargar algun resfriado.

El autobús se detiene en la estación de llegada que esta a dos manzanas de nuestra casa, y nos bajamos corriendo por el pavimento entre las calles hasta llegar a la casa con el número 455.

La abro con mi llave y entramos bajo el techo confortable y seguro sin lluvia.

-- Uf. Buen día para llover -- dice Cole mientras deja su mochila a un lado del sillón y empieza a sacar sus libros y colocarlos en la mesita de café.

-- Tu crees? -- le digo con ironía dejando caer mi mochila a un lado de el y agachandome sobre los talones para sacarme los zapatos mojados y dejándolos a un lado.

Luego hago lo mismo que Cole y cuando acabo me voy a mi habitación a quitarme la ropa y poniéndola en una cesta del baño.

Salgo a la cocina y veo a Cole sentado en un taburete frente al mostrador de la cocina.

-- Que haces?-- le pregunto.

-- Buscando -- dice mientras sostiene una lista de números telefónicos en esos libros que contiene todo tipo de cosas. Se voltea hacia mi. -- Dime que no has leído este libro entero?

-- No veo que habría de leerle a ese libro--le digo.

-- Bueno. Los números -- dice mostrándome las hojas que están marcadas con una tinta amarilla. Me doy cuenta que son números telefónicos marcados.

-- Qué piensas hacer con eso? -- le digo mientras me sirvo un vaso de agua.

-- Llamar a los números que tengo aquí marcados -- dice orgulloso.

Me río.

-- Y eso para qué? .

-- Necesitamos algo de emoción .

***

No pensé que Cole haría esa locura de llamar números al azar solo porque sí. Así que me quedé a su lado mientras lo veía llamar a los números una y otra vez. Casi nadie contestaba o le decían que era alguna especie de tienda, y colgaba el teléfono. Como él mismo dijo, estaba buscando experiencias con personas, no con tiendas aburridas que te preguntan que deseas.

Hasta que alguien contestó.

-- hola? -- oí al otro lado de la línea.

-- Hola. -- contestó Cole con voz seductora. No me aguantaba la risa.

-- podría saber ¿quién rayos eres? -- dijo una voz de chica.

-- Te vi el otro día en el parque.

-- Te repito. ¿Quién eres? -- dijo ella molesta y empezando a sospechar.

-- Solo quiero conversar. ¿Acaso no estas fastidiada en tu casa encerrada?

-- Cómo... ¿como sabes eso?¿ Me estas espiando ?-- oí pasos al otro lado y cómo una ventana se abría.

-- Sí. Veo que recien estabas en tu cama, te pusiste de pie y acabas de abrir la ventana -- dice él apenas aguantando la risa.

-- Llamare a la policía desgraciado psicópata -- y cuelgan.

Él no se deja de reír a carcajadas y la verdad es que me preocupa que en verdad vaya a llamar a la policía y rastreen el numero de teléfono. Y entonces...

-- Sabes que en verdad podría hacer lo que dijo, ¿no? -- le reprendo.

-- Es divertido. -- dice él agarrándose el estómago.

***

Después de las llamadas telefónicas sacamos carne y verduras heladas del refri y las recalentamos en el horno. Mientras Cole espera que se calienten para sacarlos del microondas yo preparo jugo de naranja.

Ando de aquí para allá buscando la jarra, las naranjas, el azúcar, las cucharas y vasos. Mientras él mira fijamente el microondas como si hubiera una bella criatura dentro del mismo.

-- ¿Podría saber qué haces? -- le digo.

-- Dicen que si ves fijamente la luz de algo evitas llorar--me dice sin apartar la mirada.

-- ¿Y porqué ibas a llorar?

-- Porque Dena terminó conmigo hoy--dice.

Dena es la novia de Cole, bueno era.
Supongo que era noviazgo aunque en realidad solo se veían los sábados. Porque Dena estudiaba a dos horas de la ciudad donde vivíamos y no les daba tiempo de disfrutar de su amor.

-- ¿En serio?

Cole gira la cabeza hacia mí parpadeando y abriendo y cerrando los dedos. Parecía que estaba drogado.

-- No. Ella solo estaba jugando -- dice con obvio sarcasmo.

-- No es porque quiera ser una espinilla en tu zapato, pero el amor de lejos no es amor. -- le digo.

-- ¿Tu que sabes? ni siquiera has tenido una novia en tus 19 años de vida -- dice malhumorado.

Siento como me arden las mejillas.

-- Por algo será -- le digo.

Él sabe perfectamente bien que no soy de las personas que son buenas para una relación. Me fastidio rápido de las cosas y tengo terror de enamorarme de alguien, hacerme su pareja y luego no querer nada con ella. Incluso odio las cursilerias. Cole lo sabe, pero rara vez hablamos sobre ello.

Quizá por eso acabamos siendo amigos y compañeros de casa.

-- Te doy un consejo. Nunca, jamás, te enamores de lejos -- le digo.

Él asiente.

-- El único problema es que ella me llamó hace unos momentos y me dijo que quería volver conmigo que solo estaba teniendo un mal día. -- dice poniéndose de pie mientras el micro se detiene con un sonoro clic.-- Hace unos momentos me dijo que iría a una fiesta de la universidad.

-- ¿Y qué vas a hacer? -- le pregunto sabiendo ya la respuesta. Busco un plato y con una pinza saco la carne y las verduras del micro. Cole toma asiento delante de mi después de servirnos la cena.

-- Volver con ella.










Historia original de TributoRonaldo77.
Ron, ¡eres grande!

Dylan & KayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora