Capítulo 9: "La segunda estrella"

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PETER

Ya todos estaban en la cabaña, Hanzel regañaba a Greta como si fuese su padre. Una melasa. Ian, Ian no sé, estaba... no tengo idea, hablaba un poco con Crystal y reían. Reían mucho. A decir verdad envidiaba que ellos pudiesen reír, yo estaba como un globo pinchado, el aire alguna vez había sido mi risa y alegría pero ahora se había ido. A cualquier niño que le hubiesen dicho que yo era Peter Pan habría estado muy desilucionado, yo no era el alegre y rebelde Peter Pan que Disney había pintado. Alicia estaba con Apolo, él le mostraba cartas, no se bien que es lo que eran esas tarjetas. Ander se había dormido en la puerta cerrada de la habitación donde Lilian estaba. Suspiré. Podía sentir a la soledad reírse y burlarse en mi cara... quizás por estar solo me sentía tan débil, tan triste... Estaba en un mundo distinto y sin nadie. En el país de las maravillas, en el país del nunca jamás, en la segunda estrella, no importaba el nombre...

LILIAN

-¡Su cadáver!- grité. Las voces que se escuchaban fuera de la puerta hicieron silencio, ¿habían escuchado mis palabras? Daba igual, si yo estaba loca ellos también.
Me senté en la cama, era de noche. Una vela era la única luz y la única compañía que tenía. Alguien llamó a la puerta. La abrió. Entró un joven alto y pelirrojo. Mi pecho hacía una presión espectacular cada vez que veía a uno de esos jóvenes, y lo que más me exasperaba era no recordarlos...
-Me envían a vigilarte, creen que vas a querer escaparte- dijo sentándose en un rincón del cuarto.
-No se equivocan, voy a irme- dije sin mirarlo-. Y nadie va a prohibírmelo.
-No pensaba hacerlo, me da igual si te vas- soltó con frialdad. -Que desagradable- protesté
-¿Yo?- sonrió amargamente-. Te estamos cuidando y simplemente vas a irte sin decir nada.
-No les pedí que me trajeran a este lugar- espeté.
-No me pidas que sea agradable entonces, porque estás siendo igual de desagradable que yo- me fulminó con la mirada. No le contesté más, no tenía que contestarle, tenía razón. Estaba siendo desagradable, por miedo quizás, pero desagradable al fin, y él no tenía la culpa, ni el resto.
Una chica entró, era alta, (1, 76) un poco más alta que el joven pelirrojo, me sentía un gnomo. Su cabello castaño claro caía con delicadeza sobre sus hombros, sus largas piernas y su mirada café tan cálida, todo me llevó a gritar en un alarido un nombre, no sabía si era el de ella pero daba igual, era un logro para mi recordar un nombre.
-¿Greta?- mis ojos estaban empañados. Sus ojos se abrieron como platos, no se esperaba que recordara ¿su nombre? Quizás...

ALICIA

-¿Y eso?- arqueé una ceja.
-Es una carta de viento- Apolo sonrió-. Funcionan como un freesbee. Se lanza y mientras está en el aire libera su poder y da un ataque, luego vuelve a tus manos.
-¡Quiero probar!- exclamé entusiasmada. Él rió.
-Está bien, pero acá dentro no- dijo sonriendo radiante. Me miró a los ojos y aparté la vista con una sonrisa, aún me daba nervios que mis ojos se encontraran con los suyos, mi corazón aún palpitaba con fuerza cuando lo veía y aún así no me quería apartar de su lado nunca.

HANZEL

-Haber, que Ian es un idiota, un imbécil, pero no dejaría que algo le pasara a Greta- dijo Crystal. Miré a Ian y lo fulminé con la mirada.
-El problema es Greta, es peligroso que se vaya así- contesté.
-Se que te doy desconfianza, pero no la lastimaría ni a ella ni a ninguno de ustedes- dijo Ian.
-¡Claro que desconfío! Llegué a este mundo porque te apareciste en mi casa con un cuchillo- protesté-. Intentaste matarnos varias veces.
-Y no te pido que confíes- contestó él-, es difícil confiar y más así, pero de cualquier manera, aunque estuviese ahora controlado por Lydia, ella no va a dejar que los lastime porque ,a ella, ustedes le sirven.
-Y esto ayuda menos- dije de mal humor.
-Bueno, ya pasó- empezó Crystal-, yo si confío en que Ian jamás lastimaría a ninguno de nosotros.
-Yo no, y no pasó- suspiré- ¿Y si matabas a Greta?
-Hanzel, no soy un psicópata tampoco.
-Ya no sé- repuse.
-Hanzel, basta. Greta no es tu hija y creo que sabe cuidarse igual o mejor que Lilian o incluso mejor de lo que yo me cuido- decía Crystal-. Además, Hanzel, no creo que tengas algún derecho de tratar así a Ian, su vida es mierda y la vuelve más mierda que lo trates así.
-¿Por qué tanta mierda?- dije ya con mis ojos ardiendo en furia-. Solo cuido a mi hermana- volví a ver donde se suponía que Ian estaba sentado, se había ido, no había nadie. Crystal se sentó frente a mi.
-Quizás solo le quedan semanas de vida, desde los trece, que fue cuando lo descubrió, estuvo inyectándose veneno, con él, da la ilusión a Lydia de que está haciendo lo que ella dice pero en realidad no- hizo una pausa-. Además, ese veneno no deja que Lydia pueda ordenarle nada hasta 24hs después.
-¿Y cuándo llegamos la primera vez a este mundo?
-También estaba Lydia, no podía no obedecerle, sino hubieran muerto los tres y su deber era protegerlos.
-¿Protegernos intentando apuñalarnos? No lo creo.
-Hizo que estés con vida ahora, supongo que no lo hizo tan mal- suspiró-. De cualquier manera yo no soy quien debe contarte su vida, quizás algún él les cuente, solo te pido que al menos finjas no odiarlo tanto y que finjas que no te dan celos.
-No me dan celos- repuse.
-Si, tu hermana siempre fye tu responsabilidad, eso te hicieron creer en tu familia, y te convertiste sin quererlo en su padre. Y te da celos saber que a Greta si le importa Ian, y más de lo que quisieras. Quizás ella se está enamorando de él y si eso pasa no vas a poder evitarlo...
-No quiero que él la lastime- carraspeé.
-Ian jamás la lastimaría, Hanzel.
Escondí mi rostro en mis manos. No sabía cuanto tiempo iba a aguantar así. Quizás me volvía loco y me suicidaba, quería volver a mi casa, no quería más peleas con una psicópata que es capaz de absorver tu alma, controlarte, y cortarte el cuello con un cuchillo de poco filo para que sufras más. Sufrir. Ya me había acostumbrado a eso. Cerré mis ojos, agotado. Crystal besó mi frente como un gesto maternal, y me dejé, era en la única que podía descansar como un bebé asustado, y el resto hacía lo mismo al parecer. Ella te abrazaba y besaba como una madre a su recién nacido, te consolaba y te hacía pensar que no todo era tan malo, que no debíamos tener miedo a Lydia, debíamos tenerle lástima. Y nadie se daría cuenta de lo fuerte que Crystal nos hacía sentir...

PETER

Fuí al comedor otra vez, me senté al lado de Hanzel en el suelo. Ian y Crystal no estaban.
-Me acuerdo de que cuando éramos chicos, jugábamos al escondite- dije.
-Siempre te encontraban- rió Hanzel-. Eras un desastre escondiéndote.
-Gracias, la sinceridad ante todo, ¿no?- dije.
-Ese es mi lema.
-¿Qué te pasa?
-¿Qué no?- suspiró- ¿Greta está enamorándose de Ian?
-¿Cómo voy a saberlo, idiota?- reí amargamente-. Supongo que si, uno no se va corriendo detrás de alguien que no quiere o que no le importa.
-Si. Es cierto que mis padres me criaron para que yo criara a Greta, quizás en serio me convertí en su padre sin quererlo y por eso me da tantos celos- suspiró.
-Además, ¿ya viste como Ian la mira?
-Eso no ayuda, Peter- dijo sonriendo, quizás algo divertido. Solté una carcajada.
-Se que no ayuda pero ¿no está bien que uno pueda enamorarse a pesar de todo? Ya parezco cursi pero a lo que voy es que no debería molestarte, digo, que Greta pueda enamorarse de alguien a pesar de que descubrió lo que descubrió de él, a pesar de que nos quieren matar, eso si es increíble. No debería molestarte, además Ian la quiere y mucho y me atrevería a decir que hasta la ama- suspiré.
-Así no suena tan mal.
-Greta jamás dejaría de quererte, fuíste y serás para siempre su hermano-papá.
Ver sonreír más calmado a Hanzel me alegró, sentir que alguien tenía más alegría pir algo que yo había dicho me hacía feliz.
-Es la esencia de tu alma, Peter. Cuando entiendas todo será más fácil, no estás solo nunca- se escuchó una suave voz en mi cabeza.

Tenebrosos (Secuela de "Sombríos") © [No Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora