Tenebrosos (Secuela de "Sombríos") © [No Editada]

EPÍLOGO - parte 2/2

LILIAN

Todo parecía mejor ahora, todos estábamos recuperándonos de una guerra que nos había tenido prisioneros por mucho tiempo, que nos mantenía ocultos a la espera de otro ataque terrible. Desde que todo terminó, no pude evitar preguntarme muchas veces que habría pasado si no hubiéramos destruido el relicario. Probablemente no habríamos podido vencerlos, lo bueno es que no pasó, lo encontramos y tuvimos las fuerzas suficientes para acabar con su reinado de maldad.

El amor puede ser el sentimiento más lindo, pero uno no correspondido y en la persona equivocada es capaz no solo de corromper a las almas más débiles sino que lastimar a las más fuertes; eso lo aprendí de ver el daño que se causaron Lydia y Samuel por Garfio, porque fue egoísta y terco y jamás quiso aceptar que el corazón de Lydia nunca le perteneció. Por suerte, él ya no estaba, ya no podía seguir causando dolor.

Todo iba mejor, curándose las heridas lentamente... Los aldeanos salieron de sus escondites y las risas volvieron a oírse vivas en el País de las Maravillas. Sé muy bien que Ian no podrá olvidar jamás todo lo que vivió, pero al menos estábamos para ayudarlo a superarlo, Greta estaba allí. Peter y Crystal estaban bien juntos, Hanzel también, a veces hablaba con Elías, aquel chico con el que había compartido la celda en el castillo, al menos ahora le había dicho su verdadero nombre. En cuanto Alicia, cada vez que hablaba con ella tomábamos té, terminé odiándolo. Mi madre estaba ahí conmigo y eso realmente era una de las mejores cosas.

La ceremonia de coronación de Blancanieves y Aquil había terminado. Estaba anocheciendo.

- ¿Todo está bien?

- Sí, claro -me contestó Ander, parecía estar intentando oír algo-. Solo que me resulta raro escuchar a los niños, creí por mucho tiempo que Lydia los había matado a todos...

- Pero ahora todo es distinto -le dije. Sonrió. Entrelazó sus dedos con los míos.

Vivíamos en un mundo donde los sentimientos tristes querían colarse por cada gramo de nuestro ser, como ondas alrededor nuestro, haciéndonos recordar desgarradores hechos del pasado, y sí, la vida no es fácil pero estaba en nosotros en cambiarlo. No debíamos olvidarlos, porque los acontecimientos tristes enseñan y hacen que valoremos la felicidad, debíamos superarlos no importe lo que cueste. Y eso hacíamos todos lentamente, porque no hay tiempo para el pasado cuando el futuro tiene grandes y mejores oportunidades...