Tenebrosos (Secuela de "Sombríos") © [No Editada]

Capítulo 23: "Tenebrosos" -FINAL

"El lobo siempre será malvado si solo escuchamos la versión de Caperucita Roja"- Anónimo.

"Él solo quería aire fresco del bosque, pero aquella mujer de rojo se le metió en las pupilas, en la boca, en el cuerpo, en las entrañas. El lobo se había enamorado" -Cristian Lemus.

"Y él siempre estuvo cuidándola, cuidándola de ella misma pero la luna llena nunca llegó" -Anónimo.

"Los hermanos se tomaron de la mano y entrelazaron sus dedos, suspiraron, tenían miedo pero sabían que era hora de acabar con la bruja y su juego de azúcar" -Anónimo.

"En la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta al amanecer, allí era donde él iba a quedarse. Todo costaba menos y pensando en cosas felices incluso se podía volar" -Anónimo.

"— Si no sabes dónde vas, poco importa el camino que tomes —dijo el gato Cheshire con su radiante y clásica sonrisa que brillaba en la oscuridad" 

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ALICIA

- ¿En qué se parecen un cuervo y un escritorio? -me dijo Apolo con una sonrisa afilada.

- ¿Qué? -repuse.

- Es un acertijo -Apolo seguía sonriendo, siempre sonreía. O al menos la mayor parte del tiempo. Eso me gustaba, no tenía una respuesta para el porqué pero era así. 

- ¿Tengo que contestarlo?

- No, pero me gustaría oír tu respuesta...

- En nada, no lo sé. ¿En qué se parecen?

- Ni idea. Mi madre me lo escribió en una carta una vez, siempre que intentaba pedirle la respuesta me decía que no había, que tenía yo que inventarle una... 

- ¡Querías robarme la idea! -exclamé, Apolo soltó una carcajada-. Lo peor es que ahora siento la necesidad de encontrarle una respuesta -Apolo seguía riéndose-. Ya sé: ¿En que son difíciles de abrazar?

- Mmmm... no. No creo que un escritorio sea difícil de abrazar... A menos que te tenga miedo y pueda correr, pero todavía no vi ninguno así.

LILIAN

Me desperté con un exagerado dolor de cabeza, todo daba vueltas a mi alrededor y sentía una presión sobre todo mi cuerpo como si una manada de animales salvajes me hubiera arrollado. Me dolía intentar moverme, con cada músculo intentando levantarme no podía evitar terribles ardores que se desparramaban como un escalofríos por mi espalda.  

- ¿Estás bien, Lilian? -Ander estaba acuclillado a mi lado.

- S-si... ¿Cuánto tiempo estuve así?

- Dos minutos como máximo. Parecía que estabas durmiendo, murmurabas algo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, acababa de recuperar todo lo que Lydia había intentado robarme.

- Me acuerdo...

- ¿De qué?

- Me acuerdo de todo...

- ¿Todo qué?

Tomé un trozo del relicario roto sonriendo, me devolvió la sonrisa rápidamente y comenzó a reír. Me abrazó.

PETER

Hubo un momento en el que una fuerte luz nos encegueció, cuando esta fue apagándose descubrí una figura femenina frente a nosotros. Entonces, mis ojos se acostumbraron y pude divisar a una hermosa mujer de piel tan blanca como la nieve, el cabello tan negro como el ébano y los labios rojos como la sangre. Era ella, era Blancanieves. Lilian y Ander habían conseguido romper el relicario.