Capítulo 17: "Besos"

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LILIAN

     Los brazos de Ander se cerraron en mi cintura, aquel vacío que había sentido ya no estaba, se había ido. Dejó descansar su cabeza sobre mi hombro y yo no podía dejar de llorar, no sabía si llorar era bueno o malo, pero ahí estaba. No podría decir que siempre, pero al menos sentí todo ese tiempo que recuerdo que llorar era para débiles, pero en realidad quien no muestra sus sentimientos es débil porque tiene miedo de que si lo ven demostrando algo sea su fin, por eso Lydia era débil, por eso yo era más fuerte porque no me daba miedo mostrarme llorando, porque llorar es un símbolo de fortaleza.

GRETA



     - Ander subió, fue a donde estaba Lilian- empecé diciendo mientras meditaba, Hanzel solo asintió-... y ninguno salió...

     - Ajam- dijo Hanzel.

     - Idiota- dije empezando a reírme. Hanzel me miró, se quedó pensando durante unos minutos.

     - Ah, ya entendí- contestó riéndose también.



ALICIA



     - Voy a mostrarte algo- dijo Apolo llevándome por un camino amarillento que en realidad parecía polvo desparramado de manera prolija. Era una noche estrellada, todo allí era hermoso, todo excepto Lydia. Lo que nunca pude entender era como era que una mujer tan dulce (según descripciones de Crystal) había llegado a cambiar tanto. ¿En verdad el desamor lograba algo así, de verdad un corazón roto era el peor enemigo? 

     Llegamos a un pequeño arrollo de agua completamente cristalina, podían verse los peces de colores radiantes bajo el agua, el césped verde en el que habían flores tan variadas que parecían salpicaduras de colores en el suelo. 

     - Este es uno de los pocos lugares que se mantienen porque la contaminación de Lydia no llegó.

     - Es hermoso.

     - Acá se esconden los aldeanos, el resto que vivían en este lugar, con y sin magia.

     - ¿Dónde? ¿pasando el arrollo?

     - Si, ¿querrías ir a ver?

     - Claro- contesté entusiasmada. La sonrisa de Apolo se volvió más amplia y besó mi frente, no había manera de que algo me pudiese asustar ahí, yo me sentía segura a su lado. Apenas el agua rozó mis pies un puente dorado ,con lámparas a cada extremo, se formó. Era mágico. Caminamos por él, parecía seguro, cuando Apolo terminó de cruzarlo, al ser el último en pasar, este se deshizo, se convirtió en polvos brillantes que cayeron al agua formando piedras.

     - ¿Qué son esas piedras?- le pregunté señalándolas.

     - Son piedras de luz de estrellas- dijo acuclillándose y tomando dos, una anaranjada y una índigo. Él se quedó la piedra color índigo y me dio la anaranjada. Un hilo dorado se desprendió de cada extremo de la piedra, ahora era un perfecto collar- ¿Te ayudo?- me dijo. Asentí, me levanté el cabello y Apolo ató los cordones dorados alrededor de mi cuello. Cuando las yemas de sus dedos rozaron la piel de mi cuello un escalofríos recorrió mi cuerpo.



PETER



     - Algo me dice que Alicia y Apolo no están buscando hermosos cadáveres putrefactos como nosotros- resoplé.

     - Es que no están haciéndolo, igual no importa, en algún momento van a tener que ayudar- me contestó Crystal encogiéndose de hombros- ¿Listo?- asentí y ella tiró una esfera del humo para ella y yo rompí otra. Sentí un gran mareo, algo de confusión, mis ojos se cerraron en algún momento.

     Cuando abrí mis ojos estábamos en medio de un cementerio, un cementerio en mi mundo, podía verse la avenida que siempre cruzaba corriendo para poder tomar el autobús escolar e ir al instituto.

      - ¿Acá es dónde van a estar los cadáveres?

     - No en este cementerio solamente, en la ciudad en general, pero yo los puedo encontrar- sonrió. Mi corazón se aceleró, quizás porque iba a tocar muertos pudriéndose o quizás por su sonrisa.



LILIAN



     Ya estaba en mi cuarto, tenía mi pijama puesto. Ander estaba sentado en el suelo, en un rincón. Greta y Hanzel ya se habían ido con sus padres, habían quedado en venir a buscarnos a la mañana y mi madre se había ido a su trabajo, le había costado conseguir el puesto y tenía que mantener la casa a como de lugar, sino se quedaría en la calle. 

     - ¿Por qué mi mamá te dio su pena por tus padres?

     - Están muertos. Los mató Lydia.

     - ¿Fue ella?

     - Si.

     - Pero ahora podemos revivirlos.

     - No, sus almas lograron escaparse, no están en el relicario.

     - ¿Dónde están ahora?

     - No sé, en el Cielo supongo...

     - Entonces mi papá está allá también.

     - ¿Lydia lo mató?

     - Si, cuando ella despertó del trancé. Intentó llevarme con ella pero no pudo, mató a mi padre, borró los recuerdos a mi madre y se llevó a Ian.

     - Lo siento- dijo Ander en un suspiró. Se paró y se acercó a mi-. Me voy a dormir.

     - Perdón.

     - ¿Por qué?

    - Yo se que cambié, intento, pero...

     - Como seas siempre vas a ser perfecta, siempre y cuando no me odies- esbozó media sonrisa. Posé mis labios sobre los suyos y empecé a besarlo, dejé escapar suspiro, mis manos se deslizaron de su cuello a sus omóplatos, su piel era suave, sus manos llegaron a mi cintura, tocaron mi piel desnuda y me estremecí, mi corazón latía con mucha fuerza y mi sangre me hervía. Besó mi cuello y llegó a mi clavícula, solté un gemido. Me fui desabotonando la camisa y él se quito la remera. Me senté sobre mi cama y lo atraje a mi.



     



Tenebrosos (Secuela de "Sombríos") © [No Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora