Capítulo 10

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[Llevabais mucho tiempo esperándolo... ewe]



- ¡Os digo que estoy bien! - dice Zoro, mientras desayuna.

- Tienes que descansar. Por favor.

Chopper intenta tirar de él, pero en vano. No tiene fuerza suficiente para mover y volver a tumbar a él sobre la camilla. Me mira para que le ayude.

- Chopper es el doctor, así que tienes que hacerle caso.

- Ni siquiera me duele ya.

Al final nos hace caso, y vuelve a la cama. Acabamos de llegar a una isla y paramos para coger suministros. 

- ¿Puedes quedarte con Zoro? - pregunta Nami - Dice que no le duele, pero no sé yo si eso es del todo cierto...

- Perfecto. Nos veremos en seguida.

Todos bajan del barco, y me quedo sola. Subo a mi habitación para cambiarme. Me quito la ropa y la dejo sobre el suelo. Llaman a la puerta.

- ¿Nami? 

La puerta se abre, y Zoro entra en la habitación. Cojo mi ropa y me tapo, ya que estoy en ropa interior.

- ¡Sal! - exclamo, y me mira confuso.

Empiezo a empujarle para que salga, pero me agarra de la muñeca fuertemente.

- Me haces daño. - digo, y me suelta - ¿Qué quieres?

- ¿Puedes quitarme las vendas?

Es entonces cuando me doy cuenta de que tiene el torso desnudo. Tiene vendas por todo el pecho.

- ¿No puedes hacerlo tú sólo?

- No llego.

Se da la vuelta y señala la parte donde está el nudo. Es verdad que no puede. 

- Primero tengo que vestirme. - digo.

- No hace falta.

Le tiro una almohada a la cabeza, y bufa. Cojo la primera camiseta que veo y me la pongo. Ya me pondré los pantalones más tarde.

Zoro se sienta en la cama, y empiezo a quitarle la venda. Doy vueltas y vueltas, y todavía falta mucho. Por lo menos no está ensangrentada. Zoro cierra los ojos mientras yo hago el trabajo. ¿Cuánta venda le ha puesto Chopper?

- Listo. - digo, cuando termino. 

Me levanto y dejo la venda sobre la mesa para tirarla después. Zoro sigue quieto, incluso parece que está dormido. Me acerco hacia él, y toco su nariz con mi dedo.

- ¿Estás bien?

- Cansado.

- ¿Y por qué no lo has dicho antes?

Me siento a su lado, y miro sus cicatrices. Tiene rasguños sobre su estómago, pero nada grave.

- ¿Me haces un favor?

- Dime.

- ¿Podrías darme un masaje? - pregunta, y me pilla por sorpresa.

- Está bien.

Murmura algo que no consigo  oir, y me pongo detrás de él. Pongo un poco de aceite corporal sobre mis manos y empiezo a masajear su espalda. No tengo ni idea de si lo estoy haciendo bien, pero Zoro no se queja.

Tiene la espalda bastante cargada, y se relaja cuando acaricio sus hombros.

- ¿Qué te ha parecido? - pregunto cuando acabo.

La inútil del grupo [One Piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora