Capítulo 28

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Me despierta el movimiento de Nami, está sacando un montón de ropa de su armario. Tanta ropa y no sabe qué ponerse. Me muevo entre las sábanas y me estiro. Estoy muy cansada, ni siquiera tengo ganas de levantarme de mi cama. Está tan calentita... 

- Midori, ya son las tres. Tendrás que levantarte algún día, ¿no? - pregunta Nami, mientras se pone una camiseta muy muy corta.

- Estoy cansada.

- A saber lo que hiciste anoche... - dice, y levanta una ceja.

- No hice nada.

- Ya... - suelta una risita pícara, y yo suspiro.

Huelo la sopa de Sanji desde aquí. Es mi plato favorito. ¿Por qué cocina tan bien? Después de unas vueltas más en la cama me visto y bajo a la cocina. Ya es tarde para comer, pero da igual. Supongo que habrá sobrado algo, si Luffy no se lo ha comido todo, claro.

Tengo el plato servido sobre la mesa, me siento y empiezo a comer más rápido que nunca. Mi estómago me lo agradece, tenía muchísima hambre.

- Midori-swaaaaaan. 

Me pongo a su lado, y le ayudo a cortar las verduras. No soy nada buena, pero él no dice nada, ni siquiera cuando una parte de la zanahoria sale volando. Chopper entra en la cocina, y come un enorme algodón de azúcar.

- Sanji, ¿has visto a Zoro?

Entonces me acuerdo de lo que pasó anoche. Zoro se quedó totalmente después de...

- No, seguro que está dormido. Ese estúpido Marimo...

Me corto al cortar una patata. No es nada grave, pero Sanji empieza a gritar como un loco y Chopper se acerca a toda pastilla.

- No es nada, se pone una tirita y ya...

- ¡Hay que detener la hemorragia!

- ¿Qué hemorragia?

Al final acabo con un enorme dedo índice, rodeado de kilos de venda. Mi dedo parece una momia. 

- ¿Puedes ir a despertar a Zoro? - pregunta Chopper.

- ¿Yo? ¿Por qué?

- Por favor... Necesito ver sus cicatrices.

Salgo de la cocina y bajo a la habitación de Zoro. Respiro hondo varias veces antes de tocar la puerta. No hay respuesta, así que abro la puerta. Si no fuese por la pequeña ventanilla a la derecha, la habitación estaría totalmente a oscuras. Hay un pequeño bulto sobre la cama, y me acerco. Sus katanas están en la esquina, bien puestas, se nota que las cuida. 

- Zoro... - susurro, pero no responde. Sigue respirando lentamente.

Me siento sobre la cama con cuidado, y aparto un poco la manta. No tiene camiseta. Le toco suavemente el hombro. ¿Se puede saber cómo puede seguir durmiendo? Lo muevo.

- ¡ZORO! - esta vez alzo un poco la voz.

Nada. Suspiro. Nunca antes he visto a una persona con un sueño tan profundo. Entonces se me ocurre algo. Corro a la cocina, y lleno un cubo de agua. Sanji me mira extrañado, pero luego sonríe.

- Se lo merece.

Cruzo con cuidado el pasillo, para que no se me caiga el agua, y vuelvo a entrar en la habitación de Zoro. Enciendo la luz, y oigo cómo él se queja.

- Buenos días.

Tiro el cubo de agua sobre él, pero se queda quieto. Ni siquiera mueve un músculo.

La inútil del grupo [One Piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora