Seguimos nuestro camino por separado, cuando llegue a mi casa, lo primero que hice fue tirar la mochila al suelo, subí a mi habitación encerrándome, me sentía, ¿Cómo me sentía? No tenía ni la más remota idea de lo que me pasaba, la verdad no sabía el porque me sentía de esta manera. Mi pecho dolía. Acostada en la cama me tire una almohada en la cara y me eche a llorar. ¿Porque estoy llorando? Tal vez esta era la manera de expresar esto que no entendía, porque, realmente es patético que llore por algo que era obvio que no pasaría... pero, aun así, duele, duele tanto ilusionarse, ¿Ilusionarme? Yo realmente estaba convencida de que, él sentía lo mismo.
Me quede un rato observando el techo de mi habitación, ya me había deshecho de la almohada, y solo podía sentir una que otra lagrima traicionera que recorría aun por mi cara mientras trataba de controlar los sollozos.
¡YA BASTA YUI! Me dije a mi misma. Es ilógico llorar por algo así.
Sorbí los mocos que se me resbalaban y tome una bocanada enorme de aire tragándome los sollozos, repetí el proceso dos o tres veces más, tranquilizándome por completo.
Bien, ya es bastante tarde, tratare de dormir. Dicho eso, me acomode en mi cama, no antes de ir a lavarme, estaba asquerosa. Después de una o dos horas dando vueltas sin parar en la cama, finalmente me dormí.
Había amanecido ya, desperté porque sentía la brisa helada golpear mi cara, había olvidado cerrar la ventana por la noche. Me levante a regañadientes y como es costumbre he babeado gran parte de mi almohada, el hecho de haber llorado como una bebe ayer no le impidió a mi baba salir descontrolada de mi boca.
Me dirigí hasta el baño, no sin antes verme al espejo como siempre lo hacía, al verme realmente me sorprendí, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, cara pálida, y mi cabello revoltoso, aunque eso es de siempre, aun así me veía un asco. Entre al baño y abrí la regadera dejando que el agua caliente cayera en mi cuerpo, era una sensación agradable y me estuve por varios minutos más ahí parada, cada vez que recordaba lo de ayer hacia que mi corazón diera un vuelco y el pecho me dolía, así que decidí no pensar más en ello. Termine de asearme rápidamente y me envolví en una toalla que cubría lo poco que tenía.
Salí del baño y me aliste para irme al instituto, intente hacer algo nuevo con mi cabello atándolo con una goma que tenía en una mesita de noche. Me hice una coleta, no me quejo al menos recogía mi cabello. Cheque el reloj y faltaba diez para las siete. Mierda. Maldije por lo bajo, esta vez nadie me despertó, ya que Sashi se encontraba en la casa de una de sus amigas. Se me había hecho tardísimo, así que fui rápidamente a la cocina y tome una manzana metiéndola en mi boca, salí de la casa corriendo mientras me atragantaba con la manzana.
Tardaría al menos unos 20 minutos en llegar, mierda, mierda, mierda, me perderé la primera hora de clases, la de Artes, el profesor Yukimura puede ser muy amable pero cuando se trata de puntualidad es otra cosa.
ɷɷɷ
Cuando llegue al salón había perdido prácticamente la mitad de la hora de clases, estaba afuera, en la puerta, pensando en entrar o no, aunque no debería de hacerme ilusiones ya que no creo que me dejase entrar, pero no pierdo nada intentando, ¿Verdad?
Cuando abrí la puerta del salón todas las miradas se posaron en mí, atentas y curiosas de saber quién había interrumpido la clase.
Mierda.
MI-ER-DA.
¿Por qué? ¿Porque me hace esto? De todas las miradas acusatorias la que menos quería era la de él, la de Kou. Cuando note que él me miraba, mis piernas comenzaron a temblar y mi pulso se aceleró. Él estaba en su usual asiento, con su mirada fría y calculadora, sin ningún tipo de expresión, tan calmado y sexy...
Un carraspeo de garganta me despertó de mi ensoñación.
—Señorita Murakami, llega tarde —musito el profesor, haciendo una mueca no muy agradable.
—Eh... Hmn... S-Si pues vera... —balbuceé apenas.
—Sabe muy bien que no puede entrar a estas horas, espere afuera a que comience la segunda hora de clase —término de decir el profesor duramente. Dios no es para tanto.
Suspire desganada, rodeando los ojos, y antes de cerrar la puerta para esperar afuera, busque con la mirada de nuevo, solo para confirmarlo... ¿Por qué? Entre abrí la boca un poco sorprendida y me ruborice al darme cuenta de que lo hacía. Solo confirmo lo que me temía, el no despego ni un segundo la mirada de mí, desde su asiento al lado de la ventana ignorando la clase. Trague y con movimientos temblorosos y algo torpes cerré la puerta.
Me senté en una esquina de los desolados pasillos, no hay ni un alma, todo estaba en absoluto silencio solo se escuchaba mi respiración irregular. Cielos, ese chico causa algo muy fuerte en mí. Suspire con pesadez.
Vi el reloj que se encontraba en los pasillos, al menos ya solo faltaban cinco minutos para que terminara la primera clase. Escuche que abrieron la puerta del salón y me sobresalte un poco en donde me encontraba.
—Hola.
Juro que en ese momento a mi corazón le dio un pre-infarto, estaba atónita, ¿Qué hace afuera?
Yo no le conteste estaba como estúpida con la boca abierta, literalmente, aun procesando el hecho de que me había hablado, de que lo estaba haciendo, y no solo es el hecho de que lo haga, si no que, se salió de la clase para hacerlo.
—¿Cómo estás? —Decía mientras se sentaba a mi lado.
—¿Qué haces aquí? Aún no termina la primera clase —lo mire confundida y me removí en mi lugar, me sentía un poco incomoda con su presencia.
—No me contestes con otra pregunta Yui.
¿Porque se preocupa tanto por mí?
—Estoy bien —respondí soltando un suspiro.
—No me mientas —arrugo la cara.
—¿Porque habría de hacerlo?
—No sé, pero lo siento así.
Lo mire con el ceño fruncido, demasiado para mi gusto, ¿Este es el mismo Kou despreocupado y frió de siempre? Dios, ¿Cómo hace eso? ¿Sera que se me hace notar lo mal que estoy? Oh... no, está muy cerca de mí. Seguí sin contestarle, todo esto se me hacía muy extraño y a causa de eso se produjo un silencio incómodo.
—¿Estas así por lo de ayer? —Pregunto una vez más, su tono de voz sonó, ¿Culpable? Suspiro como si estuviese nervioso rompiendo el silencio entre los dos, pasando una de sus manos por su cabello, parecía tan incómodo como yo.
—¿Eh? —Me ruborice al recordar tal cosa, de solo pensar que nos pudimos haber besado en ese momento, me hace querer salir corriendo de la vergüenza, luego recuerdo que no pasó nada y se me pasa.
—Yui.. yo.. —comenzó, tartamudeando torpemente.
El sonido del timbre nos sorprendió a ambos, nos miramos regalándonos una sonrisa tímida. Los estudiantes salían de sus salones como hormigas.
—Hablamos luego —dijo levantándose de donde se encontraba, por un momento se quedó parado como luchando contra sí mismo para decirme algo, pero al final no lo hizo.
—Vale.. —fue lo único que alcance a decirle antes de que se desapareciera de mi vista.
A veces no lo entendía, era como una caja de sorpresas nunca se sabe que es lo que va a salir de ella. ¿Porque hacia esas cosas? ¿Hablamos luego? ¿De qué quiere hablar?
Estas preguntas comenzaban a inquietarme, mi imaginación volaba y pensaba en lo peor, no me dejaba en paz, se me había revuelto el estómago, sentía la manzana de esta mañana en la garganta, me sentía completamente nerviosa.

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CHIAI "Amor Eterno"
Romance-¡No soy lesbiana joder! Ambos estábamos molestos, y cuando eso pasa nada bueno puede suceder. -¿Es ella o yo? -Mabuchi, por favor. -Responde Yui, ¿ella o yo? -¿Realmente quieres terminarme por esto? -mis ojos picaban, las lágrimas amenazaban con s...