Capítulo 2

52 6 0
                                    

Me quedé dormida a las horas de hablar con James, quién me despertó cuando llegamos con una dulce caricia. Bajamos del avión, nos intercambiamos los números y nos despedimos con un abrazo, prometiendo que nos llamaríamos pronto.

Cogí un taxi y le dí la dirección de mi apartamento. Unos meses antes ya habíamos venido con mi padre para que conociera la zona y amueblara el apartamento, cosa que ahora agradezco infinitamente. Llegamos a los veinte minutos y pagué algo más al taxista de lo que tocaba, ya que me había ayudado a subir todas las maletas, como símbolo de agradecimiento. Después de instalarme y darme una ducha de agua caliente, me tumbé en la cama, pedí comida china y pasé mi primer día leyendo y comiendo tumbada en la cama.

Me desperté a la mañana siguiente echa asco, necesitaba una ducha urgentemente así que, me levanté perezosamente y, mientras las gotas de agua caían encima de mi desnuda y blanca piel, empecé a organizarme el día. Al salir, me vestí con unos pantalones cagados de color gris, una camiseta de tirantes blanca y mis adorables zapatillas de conejitos. Caminar con ellas era como pisar las nubes, por eso por muy infantiles que parecieran, nunca me separaría de esa adorabilidad.

Mientras me cepillaba mi largo pelo rubio mi mòvil sonó y sonreí cual tonta al ver su nombre en la pantalla.

- Hola James! - saludé con mucho entusiasmo, puse el altavoz y seguí peinándome.

- Buenos días Diana, qué tal has dormido?

- Bastante bien, aunque aún tengo un poco de jet-lack - reí y terminé de peinarme, comencé a maquillar mis oscuros ojos marrones con un delineador aún más oscuro - y, ¿tú?

- Más o menos como tú, aunque pronto nos acostumbraremos, vas a ver -me lo imaginé sonriendo y sonreí a su vez- ¿has desayunado ya?

- No, aún no y me rugen las tripas

- Te apetece... ya sabes, ¿ir junt.. - lo corté antes de que pudiera terminar con su dulce invitación con un "No mierda joder" , cosa que hizo que cambiara de opinión al instante y prosiguiera- oh vale p-perdona entonces.

- ¡No! ¡No! ¡James me encantaría! Es solo que soy una de las pocas mujeres en el mundo que no puede hacer dos cosas a la vez -reí mientras recogía el estropicio que acababa de montar con el eyeliner. "Esto solo me podía pasar a mí que genial, seré gafe" me repetía mi subconsciente mientras se oía una risa por parte de él.

- ¿Qué has hecho ahora Diana? -dijo entrecortado por mis carcajadas y las suyas.

- Nada... ¡deja de reírte de mis torpezas! -inquirí fingiendo falsa indignación, riendo aún.

- Vale, vale, como digas preciosa. -sonreí cual imbécil al escucharlo pronunciar esa palabra- ¿Te vengo a buscar a tu apartamento?

Me quedé pensando un momento y miré a mi alrededor, todo estaba hecho un caos, así que negué y contesté:

- Mejor quedamos en tu piso, que el mío está patas arriba...

- De acuerdo hasta ahora entonces, preciosa.

- Adiós James.

Colgamos los dos a la vez y sonreí mucho... ¿Iba a tener una cita con James? No, no y no. Él era solo un amigo, un realmente guapo, simpático, dulce y divertido amigo. Maldita sea, debía relajarme antes de ir a por él. En ese justo momento me envió un whatsapp con la dirección de su apartamento, no estaba tan lejos como pensaba, sino a un par de manzanas del mío. Le respondí con un "en diez minutos estoy" y él me mandó un par de emoticonos, entre ellos el de un corazón. Sonreí como la adolescente estúpida que era y me calcé mis new balance.

Me miré un par de veces más al espejo y después de dar los últimos retoques a mi maquillaje y pelo, salí contenta con el resultado.

Iba andando algo distraída, buscando el móvil un sitio que estuviera cerca para llevarle un poco de café o churros o muffins o lo que sea que vendieran por aquí; cuando choqué con alguien que me tiró el Iphone al suelo.

- ¡Quieres hacer el favor de vigilar por dónde andas gilipollas! - grité al ver como toda la pantalla se había hecho pedazos. El se me quedó mirando sin decir palabra y, después de recoger mi móvil lo miré y no pude distinguir su cara, iba como ¿camuflado? ¿sería alguien importante? Pero en ese momento mi yo cotilla estaba siendo vencido por mi yo cabreado. ¡Me había roto el puto móvil y no se había ni disculpado! - ¿Hola? ¿Acaso eres tonto? ¡Me has roto el puto móvil capullo!

- Y, ¿hace falta que me insultes por ello? - me quedé parada un segundo... Esa voz, yo lo conocía de algo. Lo volví a mirar y lo reconocí al instante. "¿oh mierda porquè tenía que ser tan gafe?" "era él, hostias si era él, y lo primero que hago es insultarle" 


------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Dejadme en los comentarios si os está gustando o si mejor Aina dedicate a la petanca. Subiré el próximo en dos votos o en 12-24h, lo que pase primero. Un beso y gracias por leerme!


ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora