Son las dos. Tengo una hora para llegar, subo al bus estrepitosamente y me siento al lado de una abuelita. Los minutos se pasan volando y yo ruego que se detengan.
Siento un peso en mi hombro, la abuela arrecostada en mi con los ojos cerrados. Miro las calles, ya estoy muy cerca.
- Paradero 4.
Camino entre las calles lujosas,tofos es brillante en esta calle. aveo el edifio de Tailer.
Corro hacía el ascensor.
- Perdon señor. No puede entrar aquí - me mira de lis pies a la cabeza y hace una mueca de disgusto - esto es una zona privada.
- Estoy buscando el departamento de Tailer... el señor Tailer. - me corrijo.
- Aquí no hay nadie con ese apellido.
- No no . es su nom-.
- Dejalo pasar, yo lo he llamado.
Una voz nos sobresalta desde la entrada, Tailer esta parado en el humbral con dos bolsas en las manos.
- Señor Vanes, ¿ Usted conoce ha este muchacho?.
- Si.
-Disculpeme, pense que...
- Espero que esto se repita. piense si no quiere que lo reporte - le janza una mirada gelida antes de irnos al ascensor.
Miro al recepcionista antes de que cierren las puertas, esta palido e inmovil.
- Eso fue muy cruel de tu parte.
- ¿cruel?, es su trabajo.
Hmm.
Las puertas se abren, salimos por los pasillos color caoba. «Mr. Vance», una placa dorada en la puerta roja en la que no me había dado cuenta antes.
- Pasa.
Una sensación electrisante recorre todo mi cuerpo cuan piso dentro, lo hicimos toda ja noche.
Me sonrojo al recordarlo, la cara me quema y el corazon se me agita.
¿Qué pasa?.
-eh- yo- nada nada. ¿Qué es lo querias hablar conmigo ?.
Me mira gelido.
- Elena lo sabe.