Capítulo 2

483 54 7
                                    

El temor que Guille sintió al entrar a la casa de los de Luque no se comparó al temor que sintió catorce años después. A los ocho años había entrado a esa casa por una apuesta, y se había arrepentido, se había arrepentido de todo corazón y había hecho oración por ello. Le había prometido a Dios que si él borraba esa imagen perturbante de su mente que no lo dejaba dormir, él jamás se acercaría a esa casa. Ni siquiera la miraría.
Cuando salió chillando de la casa de los de Luque, sus amigos se rieron, luego, al ver que Guille estaba realmente asustado, dejaron de reír y fueron hasta donde estaba.
-¿Guille, estás bien? -preguntó Mangel.
-¿Qué viste allá adentro? -preguntó Frank.
-El... chico... sangre... Dios -susurró.
Todos se miraron asombrados, el Señor de Luque era un asesino. Pero, ¿realmente era eso? ¿Realmente Guille decía lo que creía haber visto?
-Guille, tranquilo -dijo Lana-. Paso a paso, ¿qué fue lo que pasó?
-Entré..., la puerta no tenia seguro y, todos pasó en un segundo, creo que vi a un niños, quizás era un animal... -se ahogo con sus propias lágrimas y tosió.
-Despacio, Guille, nadie te apresura -dijo Rubén.
Guille se secó las lágrimas, no eran lágrimas de tristeza, sino de miedo, de asco y, en cierto punto, de culpa. Él no debía entrar ahí, él no quería entrar ahí. Pero ya era tarde para eso, ya era tarde para que su vida fuera marcada, y solo necesitó entrar ahí para que en un segundo su vida diera un giro impresionante.
-Había... -prosiguió Guille-. Había un chico, un animal, no lo sé, pero estaba muerto. Eso estaba muerto.
Lana se llevó las manos a la boca, Frank retrocedió un paso, asqueado. Mangel y Rubén parecieron no tomarle realmente importancia.
-Quizás solo era un animal que el Señor de Luque había cazado -dijo Mangel.
Pero luego se arrepintió de decir eso. Lo cierto era que el Señor de Luque no salía, de hecho, jamás se le había visto transitar por un calle, ni siquiera se le conocía el rostro, solo Guille le había visto el rostro, y por eso supo que no había ido de caza, como también sabia que eso no era un animal.
-Eso... era un chico, Mangel, un chico, Dios mío -volvió a caer en llanto.
Lana lo abrazó y Frank hizo lo mismo. Esa noche ninguno de ellos pudo dormir pensando que el Señor de Luque era un asesino, pensaban, que mientras ellos jugaban él se los llevaría y les sacaría las tripas con algún instrumento de tortura.
Desde ese día las cosas en Salem's Lot empezaron a ser diferentes, muy diferentes. Aunque en Salem's Lot, todo el mundo era religioso, iban los domingos a la iglesia y siempre oraban por el progimo y leían la biblia antes de dormir. Al ser una pequeña ciudad de al menos unos 5.000 habitantes, todos se conocían entre todos, y todos iban a la iglesia que, el mismo nombre de la ciudad lo decía Jerusalem's Lot*, pero de Luque era el único que no iba, el único al que nadie conocía, solo sabían su nombre gracias al buzón de correo -el cual jamás se abría ya que tampoco le llegaba carta alguna-, y eso inquietaba a la gente.
El primer asesinato que inquietó a la gente fue el del pequeño Max Trevor. Maxie había pedido permiso de salir a jugar con sus compañeros la noche anterior antes que Guille entrara a la casa. Max caminaba por la Center Streer cuando una sombra en lo oscuro lo llamó.
-Maxie... -susurró aquello-. Maxie, estoy aquí.
Max, sobresaltado, se volvió hasta donde estaba aquella sombra.
-¿Hay alguien ahí? -preguntó.
-Maxie... Tú olor me llega hasta acá.
Entonces, unos ojos rojos brillaron entre lo oscuro de la calle. Max no tuvo ni tiempo de gritar, no había tiempo de gritos. Intentó correr pero le fue en vano, aquello era más rápido que él. Y el resto de la historia se las dejo a vuestra imaginación... Maxie había muerto desangrado, pero el cuerpo jamás fue encontrado, reportado como desaparecido, sí, pero jamás encontrado.
Después de ése asesinato, se vinieron varios como ola. Y no solo niños, también adultos, animales, bebés, de todo. La gente empezaba a temer que un demonio andará suelto, así que lo único que se les ocurrió fue orar.
Pero aquella oración no serviría para Abel, no ese día.
Abel regresaba del pueblo vecino, Castle Rock, había ido a visitar a su amiga que estaba enferma y se había mudado a esa ciudad con su madre porque su padre era un borracho y los borrachos no entraban al reino de los cielos. Eran las diez y media de la noche cuando Abel cruzó el letrero de bienvenida: BIENVENIDOS A JERUSALEM'S LOT. DIOS GUARDARÁ MI ENTRADA Y MI SALIDA DESDE AHORA Y PARA SIEMPRE. Pero a Abel sólo le quedaban veinte minutos de vida.
Una inmensa niebla empezó a esparcirse alrededor de la carretera. No se podía ver nada sólo el humo blanco que salía de entre las plantas. Solo. Completamente solo. Abel parecía tararear algo, quizás hubiera sido cuando un hombre ama a una mujer, cuando un viento le sopló en la cara. Dios, por favor, que no sea nada, pensó Abel, pero ya era demasiado tarde. Sintió aquella presencia parecida a cuando se ha ido la luz y algo se pone detrás tuyo.
-Abel... -sintió susurrar en el oido.
-Dios, esto no es real.
-Abel...
-Dios, ayudame... -suplicó Abel, temblando.
-Ni siquiera Dios puede ayudarte ahora.
Entonces Abel giró la cara sólo para encontrase con dientes afilados, los cuales se clavaron en su cuello, arrancándole un pedazo de carne. De nuevo, no hubo gritos, sólo el ruido sofocado de la sangre atorada en la garganta, volvió a sentir los dientes que quemaban como un metal caliente sobre un brazo, luego una pierna para terminar arrancándole el pene.
Cuando Guille y sus amigos se enteraron de lo ocurrido a Abel, empezaron a creer que ellos serian los próximos, que, lo que sea que fuese esa cosa, se los llevaría uno por uno.
Pero eso no sucedió, al menos no en su infancia. Guille al cumplir la mayoría de edad, desapareció de Salem's Lot para convertirse en un gran escritor. Su trabajo lo absorbía tanto que apenas y tenia tiempo para recordar aquellas cosas que lo perturbaron a él y a sus amigos. Pero el destino es cabrón, y siempre vuelves al lugar donde empezaste, con tus viejos amigos y tu antigua casa, la que está a dos cuadras de la casa del Señor de Luque. Y entonces ahí empezó el verdadero horror.

*Jerusalem's Lot, que en inglés significa muchos de Jerusalén.

--------------------
Hola:) aquí les dejo otro cap. Espero que lo disfruten ;)

El misterio de Samuel  «Wigetta»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora