Frank era ahora el reverendo de la iglesia Luz de Vida, y ninguno de los chicos lo había juzgado por seguir el camino el Dios, al contrario, era de esperarse que alguno de ellos se terminara convirtiendo a Cristo, pues, en el pueblo todos servían al señor. Todos.
Luzu y Lana se habían enamorado cuando empezaron la preparatoria, y ahora se habían casado hace unos dos años atrás, de hecho, Frank fue quien los había casado en aquella iglesia. Aunque todavía no tenían hijos, no tardaban en hacerlo, porque Luzu le había dicho a Lana que ya iba siendo hora de tener a un pequeño bebé.
Mangel era un importante abogado en la ciudad, siempre que alguien tenía discusiones, no dudaban en llamarlo a él, pues a decir verdad, era muy bueno.
No hace falta mencionar el trabajo de Guille, porque todos en el pueblo lo conocían, a pesar de que Guillermo nunca volvió hasta después de veinte años, todo el mundo sabía a lo que se dedicaba, lo habían visto varias veces en el New York Times y en el Daily News, todos sus obras best-sellers y solo ha publicado unas doce.
Pero ahora estaba ahí, en Salem's Lot, reuniéndose una vez más con sus amigos, como en los viejos tiempos. Rubén y él habían ido primero a buscar a Frank, y como siempre, lo habían encontrado en la iglesia.
—Vaya, miren quien ha vuelto —dijo Frank, con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Frankie! Cuanto te he extrañado —se echó en sus brazos y se unieron en un gran abrazo.
Rubén solo observó el pequeño detalle, estuvo a punto de decirle que por qué abrazaba a Guille, si él mismo había hablado una vez sobre qué los hombres no se abrazan entre hombres porque eso aborrecía a Dios, pero decidió no hacerlo o Frank sacaría el tema, aquel tema que nadie puede saber. Porque todos en Salem's Lot tienen cola que les pisen. Todos.
En vez de eso, Rubén dijo:
—Estamos planeando volver a juntarnos ahora que Guille volvió.
Frank lo miró de reojo. Luego volteó a ver a Guille y le preguntó si eso era cierto, a lo cual Guille le dijo que sí. La amistad entre ellos dos no iba del todo bien, por algunas cosas que después hablaremos, pero podrán descifrarlo con lo que pasó a continuación.
—También hay que avisarle a Mangel —dijo Guille, y volvió a sonreír.
—No te preocupes, ya le he dicho yo —dijo Rubén.
Frank volvió a mirarlo con cierto descontento. Sabía que esos eran malos pasos, hasta incluso pensó que sería mejor no ir con ellos. Porque sabía que andaban en malos pasos, todos ellos, y a Dios no le agradaba. Además, Frank sabía muy bien de lo que iban a hablar, y no era nada bueno.
Salieron de la iglesia, convencidos de que Frank asistiría a su encuentro a las cinco en el Café & Winners, Guillermo estaba emocionado, volvería a sentir esa sensación que le gustaba, le gustaba estar con sus amigos y ahora que lo pensaba, no había tenido ningún verdadero amigo desde que se había marchado de Salem's Lot.
—Tengo que alcanzar a Mangel en su trabajo, si quieres puedes adelantarte a reunirte con los demás.
—Está bien. Te veré allá —aceptó Guillermo. Comenzó s caminar hacia Main Street en dirección hacia Café & Winners.
Las calles estaban desiertas, por un instante desde que Rubén lo dejó, todo pareció cesar. El viento sopló con un silbido aterrador, y Guillermo oyó en alguna parte un piano que tenía una melodía macabra. Luego se rió de sí mismo. Qué tontería. No iba a salirle Drácula o alguna otra cosa extraña. Más bien, fue Samuel el que se apareció ahí.
Pensó en hablarle, pero, decidió no hacerlo, quería saber por qué casi no salía, quería saber a dónde iba, que hacía en sus ratos libres... Y si Guillermo tan solo hubiera continuado con su camino, nada hubiera pasado, nada.
Dobló en Main Street hacia Witchman Street y ahí lo vio. Un niño, un incontenible niño jugando con su pequeño auto. Seguramente tenía como unos ocho o nueve años. Samuel se la acerco, insinuándose. Por un instan Guille pensó que lo violaría, que Samuel le hacía a eso de la pedofilia..., pero ojalá y lo hubiera violado, pero no, lo que hizo fue algo mucho más desagradable que una violación.
Samuel se acercó al pequeño chico y lo levantó del cuello, el chico gritó, pero nadie acudió al rescate, no parecía haber nadie en Salem's Lot, nadie, solo Samuel, Guillermo y aquel chico.
Samuel aventó con una fuerza impresionante al chico contra la pared. Pensó que estaba muerto, pero el pequeño se levanto, Samuel volvió a aprisionarlo contra la pared, fue entonces cuando a Guillermo le saltaron las lágrimas de los ojos.
Las manos de Samuel se convirtieron en unas garras, pero en vez de tener pelos, fueron solo las garras que le crecieron, los ojos se le volvieron de un color rojo sangre, y los dientes, de pronto, todos sus dientes se convirtieron en unos grandes colmillos afilados. El chico volvió a gritar una vez más antes de que Samuel le arrancase el cuello de una mordida. La sangre en la boca de Samuel le causó repugnancia y pensó «Dios mío, oh, Dios mío. Y yo besé aquella boca». No se quedó para ver que seguía haciendo Samuel, al contrario, se echó a correr, pensando que Samuel ahora iba tras él, porque lo había visto, lo había visto y ahora él era el siguiente. Eso era obvio.------------------------
Hola a todos:3 Feliz año nuevo!❤️
Aquí les he dejado un nuevo capítulo, ya vamos entrando a la parte intensa 🌚
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El misterio de Samuel «Wigetta»
FanfictionVeinte años atrás, por una apuesta infantil, Guillermo Díaz entró en la casa de los de Luque. Y lo que vio entonces aún puebla sus pesadillas. Ahora, como escritor consagrado vuelve a Madrid para exorcizar sus fantasmas. Salem's Lot es un pueblo tr...