24

415 12 1
                                    

Narra Lissy.

Desperté entre los brazos de Niall y me sentí pequeña, diminuta, amada, a salvo. Siempre me sentía a salvo con Niall. Sabía que él estaba al tanto de que había alguien más aunque no estaba segura de que supiera que se trataba de Harry. Sin embargo, yo sabía lo que debía hacer. Debía alejar a Harry, sacarlo de la vista de Benjamín, salvarlo. Y debía estar con Niall, después de todo, seguimos siendo los dos chicos enamorados.

Lo observé con detenimiento hasta que despertó. Dudaba, siempre dudaba sobre si era lo correcto pero su sonrisa me dejó en claro que lo era. Me pegué más a su pecho, sé que eso le gusta, le hace sentirse mucho más útil, siente que me puede proteger hasta del mismísimo Dios, y lo dejo. Lo que dejo porque me gusta hacerlo, me gusta que él se sienta a gusto teniéndome entre sus brazos.

-¿Queres dar un paseo?-preguntó con voz ronca. Sé que sonreí como cualquier chica lo habría hecho ante su cabello despeinado, sus ojos entreabiertos, su tono ronco y su aspecto de que acaba de despertar, pero no me importaba. Porque no importaba que fuera común, sabía que para él era único. Asentí y me besó con suavidad para luego levantarse de la cama.

Resultó más que agradable recorrer las calles con su mano entrelazada a la mía. Todo era perfecto hasta que mi teléfono sonó y no tuve siquiera la necesidad de fijarme quien era. Miré a mi alrededor y lo encontré a una corta distancia con un arma, apuntando a Niall. Antes de poder pensarlo siquiera, ya estaba sobre Niall, sangrando.

-Lissy.-susurró él, tomándome entre sus brazos.-Dios, Lissy.

-No llores.-pedí cuando sus ojos se llenaron de lágrimas.-Estoy bien, solo... duele muy poco. Todo está bien.

Pero luego ya no recuerdo nada más de los ojos de Niall, solo oscuridad y un dolor punzante en el hombro derecho.

-No era para vos la bala, bebé.-dijo esa voz que tanto conocía.

Abrí los ojos y volví a cerrarlos a causa de la luz. Él estaba ahí con el cabello brillante como el oro sobre los ojos. Sus manos se encontraban unidas bajo su mentón.

-Por favor, -pedí.- andate.

-No, bebé. Yo no puedo irme sin vos.

-No quiero irme con vos.-susurré.

-Quiero tenerte conmigo. Dejame cuidarte.-suplicó.

Sin esperar a que dijera nada más, me tomó entre sus brazos y pasó con cuidado por la ventana.

-Sabes que es solo prevención.-dijo al atar mis manos y pies.- Te amo.- besó mis labios y cubrió mi boca con cinta.-Te amo demasiado. No llores, bebé. Me partís el corazón.

Cerré los ojos con fuerza, quería que me dejara. Esto no podía estar pasando, todos prometieron que no pasaría. Me dejó en el auto y, de haber podido, habría soltado el grito más fuerte que hubiera podido cuando me apoyó sobre el hombro dañado.

-Perdón.-dijo y me acomodó.- Perdoname, bebé. Ya está. Estás bien.

Sonaba tan irónico. "Estás bien" Claro que no, estaba siendo secuestrada por mi ex-novio, quien parecía necesitar un psicólogo urgente.


Narra Zayn.

Cuando llegué al hospital, Niall me abrazó con fuerza. Sus ojos estaban enrojecidos e hinchados.

-¿Dónde está Lissy?-pregunté desesperado.

-Ella... Todavía no podemos pasar. Yo no creí que fuera malo dar un paseo. No creí que él... ¿Por qué tenía un arma?

-¡¿Le disparó?!-grité aterrado. ¿Dónde estaba mi hermanita?¿Estaba bien?¿Estaría bien?¿Cómo habíamos llegado otra vez a la instancia de tenerla en un hospital?

-Era para mi. Ella se me tiró encima y yo... fue mas rápida.-lloró.

-Tengo que verla.-dije y comencé a buscarla, a preguntar por ella. Nadie me decía nadie y ya habían amenazado con sacarme pero no me detendría hasta ver a mi hermana.

-Señor, tiene que acompañarme.-dijo un médico.

-Digame dónde está Lissy Malik. Por favor. Es mi hermanita. Necesito verla. Necesito... tengo que ver que ella esté bien. No voy a causar problemas, solo quiero estar con ella. Me necesita.

El hombre suspiró y me hizo una seña para que lo siguiera. Tuve que calmar mi ansiedad y caminar a su ritmo, muy a mi pesar. Nos detuvimos frente a la puerta y el corazón se me aceleró.

-Lissy...-susurré y mi voz se apagó. No había nadie en esa cama. No había nadie en la habitación pero el teléfono de ella estaba sobre la pequeña mesa. Era el cuarto de mi hermanita pero ella no estaba.

-No puede ser.-dijo el médico y revisó el baño.

Los enfermeros comenzaron a buscarla por todos lados pero yo sabía que ella no estaba ahí. Lissy no se estaba escondiendo. Lissy no seguía en el hospital. Alguien se la había llevado.

-Rompí mi promesa.-le dije a Louis y él me miró.- La tiene Benjamín. Rompí mi promesa, no la cuidé lo suficiente. Tenemos que encontrarla.

Me tragué las lágrimas e inflé el pecho. Tenía que ser fuerte. Iba a enfrentarme a Benjamín y la iba a recuperar y, para eso, tenía que ser fuerte por ella y por mi. Tenía que mantenerme de pie, tenía que sobrevivir a la pelea de buscarla y no encontrarla. Pero iba a hacerlo, iba a buscar a Lissy, iba a cuidarla más de lo que jamás había hecho y la iba a amar, tanto que nadie podría atreverse a interferir.




No confío en él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora