23

386 13 1
                                    

Bajé del auto algo insegura. Era tarde pero Harry aún aguardaba por mi en la puerta. Miré a mi alrededor y Zayn acarició mi mano. Quise sonreirle pero no pude hacerlo y terminé marchándome sin despedirme.

Harry me rodeó con sus brazos y me hundí en su pecho. Tal vez no debería estar con Niall, tal vez no debería hacerle eso a Harry. Sus labios se presionaron contra mi frente y me llené de su aroma, temiendo que algo le pasara.

Ambos entramos y fuimos a mi casillero.


Casillero 207, no voy a olvidarlo bebé.


Me estremecí pero no lo encontré por allí.

-¿Pasa algo?-preguntó Harry y yo negué.- Lissy...

-Vamos a clase.-pedí casi en modo de súplica y su ceño se frunció. No permití que tomara mi mano ni que me abrazara. No quería que Benjamín le hiciera daño.


Salón 12.


Veo que te sentas con Harry. Eso no es bueno bebé.


Nuevamente recorrí todo con la mirada pero no pude encontrarlo. Los oídos me zumbaban y el corazón golpeaba mi pecho con furia. Harry me observaba extrañado pero yo no podía decirle qué sucedida, estaba cohibida por el terror de estar siendo acechada por mi ex novio, quien no parecía contar con una buena salud mental.

-Lissy, ¿Qué pasa?-preguntó Harry tomando mi rostro entre sus manos.

-Tengo que irme de acá.-musité y le envié un texto a Zayn para que viniera por mi.

A los pocos minutos, anunciaron que habían venido por mi. Junté mis cosas y tomé a Harry del rostro.

-Cuidate mucho. Por favor. Te quiero. ¿Si? Te quiero demasiado. Cuidate.

Antes de que pudiera acotar algo, salí al pasillo con las lágrimas en los ojos.

-Falsa alarma.-rió Benjamín y quise correr pero él me tomó por el brazo.- Te extrañaba mucho, bebé.

Apartó un mechón de cabello de mi rostro, cortándome el aliento y paralizándome. Sus ojos verdes estaban fijos en mi, haciéndome sentir mas temor del que jamás había sentido antes.

-Por Lissy Malik.-escuché que decía Zayn. La mano de Benjamín desapareció pero yo no podía moverme.- Lissy, princesa ¿Qué pasa? Estás temblando.

Lo miré a los ojos y me aferré a él con fuerza, aterrada.

-Él está acá. Él... su mano...-sentí que el aire me faltaba y Zayn me tomó en brazos con rapidez, sacándome de ahí.

-No está acá.-dijo una otra vez, acariciando mi pelo.

-Si, está acá. Yo lo vi. Me habló.-lloré y él me subió al auto.


¿Ya te vas, bebé?


-Dejá ese teléfono.-pidió Zayn mientras me miraba a mi y a la calle en intervalos.- Te prometo que no va a acercarse a vos. Princesa, él no va a hacerte nada.

-Tengo miedo.

Él se detuvo frente a la casa y bajó, esperando que yo haga lo mismo, pero no pude hacerlo, no podía mover mis piernas y estaba completamente tensa.


¿No vas a bajar?


-Zayn.-susurré.-Zayn. Zayn. Zayn.

Él me tomó en brazos y me entró en la casa mientras yo lloraba sin poder evitarlo. Esa tarde no se apartó de mi ni un segundo y terminé durmiendo con él, acurrucada contra su pecho, convenciéndome de que todo estaría bien mientras él estuviera conmigo. Los mensajes de Benjamín habían dejado de llegar y me aterraba pensar a quien estaría siguiendo en ese mismo momento.


Por la mañana siguiente, Liam fue quien me llevó al colegio. Zayn había salido muy temprano por la mañana ya que tenía un día muy atariado por su trabajo. Al llegar, me alarmé al no ver a Harry. Mi corazón latía con tanta prisa que temía que se detuviera de repente. Lo busqué y, tras recoger unas cuantas hojas que cayeron de mi casillero, lo encontré en el salón y lo golpeé en el brazo para luego abrazarlo con fuerza.

-Te odio. Me diste un susto de muerte.-dije y oculté el rostro en su pecho.- Pensé que no iba a verte nunca más en la vida.

-No vas a librarte de mi tan fácil.-dijo él sin diversión en su voz, ajustando sus brazos a mi alrededor.- ¿Qué te pasa, Liss?

-Solo es que te quiero, Hazz.-dije pero él no me creyó aunque no preguntó nada y yo no di explicación alguna.

Narra Niall.

-¿A dónde vas?-preguntó Liam.

-A buscar a Lissy.

-Hermano...

-No voy a dejar que ese maldito imbécil le ponga un dedo encima. No voy a dejar que intente lastimarla otra vez. No a Lissy, no a mi Lissy.

-¿No crees que para que sea tuya ella tendría que estar de acuerdo?

-Lo está.-dije y salí, dando un portazo.

Sin embargo, falté a mi palabra puesto que cuando llegué, la encontré llorando en brazos de Harry con la nariz y el labio sangrando. Todo indicaba que él acababa de encontrarla y  tampoco sabía qué demonios sucedía.

-¿Dónde está?-pregunté y ella se volvió hacia mi. La piel se me erizó ante el temor que pude observar en sus ojos.- Ay, Lissy.

Abrí mis brazos y ella se refugió en ellos. La pegué a mi pecho y besé su frente, mejillas y cabeza. Harry me miraba confundido pero no me importaba. Lo único que me importaba era que Lissy estaba aterrada y yo necesitaba mantenerla a salvo. Dejé al chico de los rulos solo y la subí al auto.

-No vas a volver ahí, cariño.-dije tomando su mano y arranqué.- Te lo prometo. No vas a volver hasta que sea seguro.


Al entrar en la casa, tomé unos papeles que había en su mochila luego de revisar su teléfono y confirmar que él registraba cada uno de sus movimientos.


Tené cuidado con lo que haces, bebe. Podrías arrepentirte.


Esta vez no está Horan para defenderte, bebé.


Cuando te agarre vas a pasarla muy mal, vos y todos tus amiguitos.


¿Y si te mato?


Bebé, tarde o temprano vamos a estar juntos y vas a arrepentirte.


Llamame.


Sos mía, cuidá a tus amigos porque puedo matarlos a todos.


-No los leí.-susurró ella, abrazándose a si misma en la cama.- No me animé.

Me acosté a su lado y la rodeé con mis brazos, pegándola a mi. Estaba asustada, muy asustada. Entonces pensé en lo que había dicho Liam y me aproximé a su oído.

-Te amo, Lissy.-murmuré, esperando su reacción. Ella se pegó más a mi cuerpo.

-Yo también te amo, Niall.-susurró y supe que había alguien más, aunque ella no mentía. Ella me amaba, pero quería a alguien también. Pero yo lograría sacar a ese alguien de su cabeza.

Acaricié sus labios con los míos y le pedí que durmiera, alegre de haber sentido como su corazón se aceleraba. Aún causaba en ella el efecto que ella causaba en mi.


No confío en él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora