Capítulo 32: Querido hermano.

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Alfa: Ya veo, el alma de Mitsuki no fue condenada a muerte, si no a ser una piedra Luminis.

Aaron: ¿Que es una piedra Luminis?

Alfa: Le llamamos así a las piedras que se apoderan del alma de un ser vivo, pero dudo que sea una piedra Luminis, dime Mitsuki, ¿Que vez?

Mitsuki: Nada, es como si volviera a estar ciega.

Alfa: -Se pusó pensativo- Bien, dejenme a la piedra, digo a Mitsuki, vere que puedo hacer.

Aaron: Esta bien.

Yoná: Aaron, creo que deberiamos aprovechar el tiempo e ir por la última piedra.

Aaron: Cierto, habías dicho que se encontraba en un templo.

Yoná: Exacto, en el templo de Edom.

Ellen: ¿Es ese templo que dijiste que quienes entraban, uno moriría?

Aaron: Exacto, por eso tu te quedarás aquí.

Ellen: Pero quiero ir.

Aaron: No, tu te quedarás aquí, sin más que decir.

Ellen: No me voy a quedar aquí sin hacer nada, ire contigo, no te dejaré sólo.

Aaron: No quiero que te expongas, quedate aquí.

Ellen: ¿Y si el que muere eres tu?

Aaron: No voy a morir, no me pasará nada.

Ellen: -Se quedó callada un par de segundos- Esta bien, ve con cuidado.

Aaron: No ire con cuidado.

Ellen: -Enfurecida gritó- ¡¿Por que no iras con cuidado?!

Aaron: Porque no lo conosco, pero me cuidare.

Ellen: Tu siempre bromeas -Hizo pucjeros-.

Aaron: Volvere, te lo prometo -Besó la frente de Ellen-.

Ellen: Esta bien -Dijo sonrojada- Pero con el simple hecho de besarme la frente no significa que me preocupe menos.

Aaron: Pero te gusta, lo se.

Ellen: Eres malo -Hizo mas pucheros-.

Aaron: Volvere lo más rápido posible.

Ellen: Esta bien, Olaidis, llevanos.

Olaidis: Claro -Los transportó al templo-.

Aria: Quieres ir con el ¿Cierto?

Ellen: Pues... Me preocupa que algo malo le llegara a pasar, aun necesita cuidado, aveces es como un niño, cosa que me gusta de el.

Aria: Yo también puedo llevarte.

Ellen: Cierto, tu y Olaidis son her... Digo las únicas que pueden teletransportarse.

Frau: También ire yo.

Ellen: Bien, vámonos ya.

En el Templo de Edom

Aaron: La entrada tiene dos aberturas como si fuesen vainas.

Olaidis: Claro, tienen que meter sus espadas, servirán como palancas para abrir la puerta.

Yoná: Esta bien -Desenvainó su espada y la inserto dentro de la ranura-.

Aaron: Bien, ahora supongo que hay que bajarlas.

Olaidis: Tienen que hacerlo al mismo tiempo.

Yoná: Bien -Bajaron las espadas como si fuesen palancas al mismo tiempo y así abrieron la puerta-.

Viviendo el mismo sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora