Cuando vi a Louis al día siguiente, caminé hacia la barra lo más rápido posible. Había hablado con Liam, y él me había prometido ir allí para servirme como excusa. Tal y como había hecho Harry.
Quería huir de Louis. Sé que sonará infantil, pero sinceramente, tenía pavor a enfrentarme a él, porque tal vez llegara a convencerme.
Mientras servíamos, mi compañero intentaba hablar conmigo, y yo intentaba evitarle. La verdad es que estaba saliendo bastante bien. Pero, claro, no se puede esperar que todo lo planeado salga bien. Liam me dijo que no podía ir, y era demasiado tarde como para avisar a alguien más. Tendría que manejar a Louis yo sola, y eso me aterraba. Sinceramente, era la intimidad que habíamos compartido, lo que más alerta me tenía.
Louis me conocía, yo había dejado que él me conociera, más que mi familia, diría yo. Conocía cómo era yo, y también cómo quería ser. Claro, que nunca me había imaginado en esta situación. Por eso no había tenido reparos en ser yo misma.
Pero claro, ahora mi idiotez me la clavaba por la espalda. Porque no había forma de escapar de Louis. Sabía cómo iba a reaccionar. Había sido tan tonta de hacerle un mapa de mis pensamientos y de mi forma de ser. Pero era eso, que nunca me había imaginado en esta situación.
Estábamos haciendo nuestro trabajo cuando Louis se salió de su guion e hizo algo que yo no podía predecir.
Me agarró del brazo, pasando completamente de la gente de la barra y me obligó a mirarle a los ojos.
—¿Qué te pasa?
Su voz era seria. Muy seria. No del tipo de seriedad que me había mostrado hasta ahora, una seriedad muy diferente a la que teñía sus ser cuando hablaba de su abuelo. Esto era diferente, y su seriedad también.
—Nada —murmuré, intentando separarme de él.
—Una persona no se aleja de esta forma de otra por nada, Elie —espetó—. Eres la última persona que me imaginaría utilizando esta mierda del nada. Algo ha pasado, algo habré hecho mal, pero si no me lo dices, no podremos llegar a ninguna parte.
—No has hecho nada, Louis —murmuré.
Era verdad. No era por Louis, estaba actuando como yo creía que era lo correcto, y él no tenía la culpa de causar que me volviera loca por él, al fin y al cabo.
—Habla conmigo —susurró, acercándose más a mí.
—Estamos trabajando.
—En algún momento tendrás que enfrentarme, Elie. No puedes ser así durante toda tu vida. Y que te quede claro que, sea lo que sea, no voy a dejarte ir así, tan fácilmente —dijo. Luego me soltó, pero sus palabras seguían dando vueltas por mi mente.
Seguimos a lo nuestro, aunque todo lo que mi mente podía pensar era que tenía que encontrar una manera de escapar de Louis una vez que hubiéramos acabado. Tratarle como un desconocido.
Cosa que veía más bien imposible.
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treinta y seis lunares
FanficTrabajan juntos en el bar. Pasan las noches sirviendo alcohol y viendo cómo la gente se emborracha y se divierte. Y de día, se cuentan los lunares.