Aparté de un empujón a un borracho que intentaba bailar conmigo y solté una carcajada cuando tuvo que agarrarse a su amigo para no caerse. Cuando llegué a la barra, Louis ya estaba ahí, me sonrió y le abracé.
—¿Qué tal? —preguntó con una sonrisa, dándole un sorbo a su cocacola—. ¿Cómo amaneció Yazeh?
—Me pegó una hostia cuando estábamos en el taxi —me reí, sobándome la mejilla—. Decía que Lueh era suyo y que yo era una perra y no sé qué más.
—No —dijo Louis con sorpresa—. ¿En serio?
—Y tanto —asentí con la cabeza para darle énfasis a la frase—. Y luego por la mañana me trajo un cupcake para disculparse. Claro que se lo comió ella, la muy perra.
—Estoy empezando a pensar que no te rodeas de buenas compañías —se burló—. Tu amiga está como una cabra.
Sonreí y asentí. Nos quedamos en silencio, esperando a que Jake y Charlie acabaran. Alguien me tocó el hombro, y yo tenía una frase ingeniosa para mandar al borracho a la mierda, pero al girarme vi que era el chico al que había ayudado hacía unos días.
—¡Liam! —exclamé divertida—. Hola, me alegra ver que me has venido a visitar.
—Menos mal que eras tú, te he confundido con tres chicas ya —soltó una risa tonta y se encogió de hombros.
—Vas contento, ¿eh? —me burlé—. ¿Qué te parece el club?
—Mola —sonrió y me guiñó el ojo—. Liss dice que le gusta el ambiente, aunque creo que eso es solo porque hay muchos tíos para recrearse la vista.
Me reí y miré a Louis, que nos observaba con curiosidad, le sonreí y volví a girarme a Liam.
—Liam, este es Louis, mi compañero en la barra. Lou, este es Liam, un chico desesperado por un club al que llevar a su novia —les presenté.
De repente, y sin venir a cuento, Liam me abrazó. Claro, yo me quedé estática, y es que un chico al que apenas conocía, que iba borracho, y que además tenía novia, me estaba abrazando como si nada.
—Lee —lloriqueó una chica.
—¿Qué? —dijo él sin dejar de abrazarme.
Su respiración chocaba con mi clavícula, y aunque no veía a la chica que había hablado, apostaría a que era su novia.
—Deja de abrazar a esa ya, quiere salir corriendo —dijo la chica—. Búscate a otra que al menos te devuelva el abrazo.
Liam se apartó con el ceño fruncido, me sacó la lengua y abrazó a la chica.
—Tú me quieres, Liss, no como Elle —dijo.
—Es Elie —comenté a la nada.
—Elle mola más así que te callas —me dijo.
Louis soltó una carcajada y yo, sin poder evitarlo, también lo hice.
—Lo dicho, tus amigos son muy raros —dijo.
Le guiñé un ojo y les tomamos el relevo a los chicos. Ese sábado era bastante más agotador de lo que había sido el viernes, y Louis y yo no tuvimos la oportunidad de hablar sobre lo del cine, aunque por la seguridad con la que lo había dicho mi compañero el día anterior, estaba todo decidido.
—¡Eh! Chica tornado, ¿me das un cubata? —dijo Liam sonriéndome de lado.
—Me da que no, vaquero —me burlé yo—. Ya vas lo suficientemente bien para ir abrazando a cualquiera.
—No eres cualquiera, eres mi primer contacto en Londres —se quejó—. Además, el cliente decide.
—Pues yo le aconsejaría a este cliente que dejara de beber y bailara con Liss —le sonreí, y él, con un gruñido, me hizo caso.
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treinta y seis lunares
FanficTrabajan juntos en el bar. Pasan las noches sirviendo alcohol y viendo cómo la gente se emborracha y se divierte. Y de día, se cuentan los lunares.