Cuarta hora

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(Cuarta hora)

No podía concentrarme pensando en lo que me esperaría a cuarta hora. Por fin sonó el timbre que daba por terminada la tercera hora y me dirigí al aula correspondiente.

No me esperaba lo que me encontré tras la puerta. No había "frikis" mi un profesor repelente como todos me habían hecho pensar. Allí estaban los más populares del instituto. Me di la vuelta sin salir de mi asombro y cuando iba a cerrar la puerta alguien me llamó.

Era Ian, uno de los más populares. No le aguantaba, y me señalaba un asiento vacío a su lado invitándome a sentarme junto a él.

- ¿Y tú eres...? - me preguntó una chica rubia con los labios rojos y un pronunciado escote. Era joven, tan joven que no llegaría a los treinta.

- Mar Pajares - contestó Ian. Cosa que no esperaba que hiciera. ¿Cómo sabía mi nombre?

Puede que él sepa cómo me llamo, pero yo también se quién es él.

Es Ian López, hijo de la directora e integrante de los más populares. Sin duda disfrutaba riéndose de los demás y engañando a sus novias con otras. Por todo esto, me cae mal.

Justo en ese momento la profesora comenzó a hablar, y me senté lejos de Ian. Por suerte había más sitios libres.

Judith, la profesora, enseguida comenzó a hablar y nos explicó lo que haríamos durante el curso y cómo nos evaluaría: un 30% exámenes teóricos y un 70% las prácticas.

- Las prácticas, son como muchos ya sabéis, actividades sexuales con el fin de mejorar la resistencia y conocimiento de nuestro propio cuerpo. A quien no le interese mi materia, ni esté de acuerdo con dichas técnicas de aprendizaje, puede marcharse ya. - Nadie se movió, ni siquiera yo. Me quedé en shock. Y aunque me habría encantado levantarme, las piernas no me respondieron. Y allí me quedé, sentada, inmóvil y con la boca abierta, perpleja y con la mirada posada en Ian, que me miraba, muy intensamente.

- Por supuesto las actividades se harán por parejas y a final de curso, si nos queda tiempo, realizaremos una práctica en grupos de tres.

- Ay, perfecto, para las parejas Ian y yo, y para el trío, pues nosotros y Diego. - dijo Dana, otra del grupo de Ian, que hasta el momento no había abierto la boca, muy centrada en coquetear con Ian.

No podía creer lo que estaba pasando. Estaba bloqueada, y seguía sin creer lo que estaba escuchando.

Por algún extraño motivo, cuando la profesora volvió a hablar, señalando que los grupos y las parejas las haría ella, sentí un inmenso alivio.

[HABLA IAN]

Sinceramente agradecí que las parejas las hiciera ella, porque pasaba completamente de hacer NADA con Dana y menos con mi mejor amigo, Diego.

No podía dejar de mirar a Mar. Su pelo rojo cobrizo, y su esbelta figura me hipnotizaban. Ojalá me tocara con ella...

Salí de mi ensoñación cando la profesora comenzó a hacer las parejas, siguiendo la teoría de proximidad de mesas. Y como si se hubiera metido en mis pensamientos, a Mar y a mí nos puso juntos.

Tocó el timbre y la profesora añadió, elevando la voz para que el rugido del timbre no la tapara:

- ¡No os olvidéis coger las autorizaciones al salir! -

Vi cómo Mar salía tan rápido de la clase que prácticamente se fue corriendo. Agarré dos autorizaciones y la seguí.

- Mar... - vi cómo se paraba en seco y aproveché para alcanzarla. - Tu... tu autorización.

- Gracias -. Intentó volver a irse, pero acto reflejo, la agarré de la muñeca. No tenía motivos para hacerlo y busqué rápidamente una excusa para poder entablar conversación.

- Em... ¿Te pasa algo conmigo? Te noto rara...

- ¡¿Qué?! No me pasa nada.

- No, que va, ha sido decir que éramos parejas para que salieras corriendo.

- ¿Qué dices? No, he salido corriendo porque sonó el timbre y me gusta ser puntual. Eso es todo.

[HABLA MAR]

- Si quieres te acompaño a clase y vamos cogiendo confianza -. Dijo mientras me guiñaba un ojo, y yo como una tonta sonreí incapaz de evitar hacer ese estúpido gesto.

- M... mira, me caes mal, y no es por ser borde, pero haremos el trabajo y ya está.

- ¿Te caigo mal? ¿Por qué?

- Mira, me pareces un egocéntrico, un chulo y un mujeriego -. Nunca pensé que sería capaz de decírselo pero lo vi necesario y no lo pude evitar. Se quedó sin palabras y soltó mi mano, que ya ni me acordaba que sujetaba. Di media vuelta y me dirigí a mi clase. Estoy segura de que cuando entré aún seguía mirándome perplejo.

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Espero que les guste este capítulo, y ya saben voten y comenten!!!! :)

Anatomia Anal |+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora