¡Esto es el final de "Love Chained"! Sí, lo sé... ¿Por qué hago los fics tan cortos? XD No soy fan de los fics largos, soy rara (? Sin más espero no haceros sufrir mucho con el final... Gracias a todas aquellas personas que lo han seguido hasta el final. ¡Os dejo leer!
El día había transcurrido sin ningún tipo de altercado mayor de lo normal. Contesté a los verdugos de Ishihara como cualquier otro día, aunque por dentro me estuviese concomiendo por arrancarles la cabeza uno a uno sin miramientos. Mis manos ansiaban sangre y hoy desde luego, si todo se cumplía a la perfección, complacería sus deseos. Desde que estaba en prisión esa adrenalina de acabar con la vida de alguien había desaparecido, aun puedo recordar la primera vez que disparé una pistola, como la fuerza de aquel arma me había movido unos centímetros y la bala atravesara a quemarropa a aquel desgraciado que quería robarnos toda la mercancía de cocaína que vendíamos por Tokio. Mentiría si no dijese que estaba nervioso, pero en cuanto mi dedo índice apretó el gatillo, todo eso desapareció de la mente. Luego lo hacía con una sangre fría propia de un psicópata en serie, con una maestría que asustaría hasta el mejor de los marines. Y hoy quería recordar esa sensación aunque fuese con un arma blanca y tuviese que morir en el intento. Estuve rezando todo el día porque Shima pudiese colarse en la enfermería y colar una de las herramientas de la clase de carpintería, si no fuera así tendría que posponer el plan y en cierta manera estaba en un continuo bucle de ansiedad. Eso era lo único que habitaba mi mente y en las mil formas de asesinar a Ishihara con diferentes herramientas. Si me dejase una llave inglesa grande, golpearle en la cara hasta que nadie pudiese reconocer su rostro. Con un martillo, estallarle el cráneo en miles de pedazos. Con una sierra cortarle la cabeza sin más miramientos... Esos fueron los pensamientos placenteros que mi mente se empeñaba a enseñarme durante el largo día. Después de comer Ishihara me había arrinconado en el almacén del bedel, empotrándome contra la pared. Dejé que me hiciese lo que quisiera en su último día de vida, dejé que sus asquerosas manos viajaran y toquetearan mi cansado cuerpo. Que su lengua viperina saborease por última vez cada retazo de mi piel dañada. Que sus labios me besaran en una despedida que ellos mismos desconocían. Un último revolcón, su último orgasmo. Lógicamente yo me drogué hasta límites insospechados, me picaba la boca a causa de la cocaína y la nariz me escocía en un burdo intento de prevenirme con lo que estaba metiendo en mi cerebro de forma casi suicida. Sin recordar realmente como acabé en las duchas, cerrando los ojos para sentir como mi dolorida piel asimilaba esas gotas cálidas cayendo sin piedad sobre ella. Me escocía en las nuevas heridas, y en las viejas las calmaba como lo hace una madre a su hijo hambriento. Abracé mi pequeño cuerpo y lloré por última vez, cogiendo fuerzas de alguna parte que creía muerta hace mucho tiempo.
La alarma de la cena comenzaba a retumbar por toda la prisión, la odiaba, cada día que pasaba en aquel lugar y en aquella situación la odiaba cada día más. Era estridente y dañina, como el mismo Ishihara. Saludé a Gackt con un movimiento de cabeza seco, sin enseñarle ningún tipo de sonrisa por mi parte. Él hizo lo mismo conmigo y me entregó mi bandeja repleta de comida. En cuanto el olor llegó a mis fosas nasales mi estómago rugió hambriento. Ni siquiera esperé a llegar a la mesa para empezar a devorar aquel puré de patata que prometía ser mi energía de la noche. Me encontraba en la mesa y a ambos lados dos lacayos de Ishihara comían lo mismo que yo, hablaban de temas sexuales y recordando viejas batallas a las afueras de Japón. No les prestaba la menor atención, buscando con la mirada a Shima, esperando a que apareciese y me hiciese algún tipo de señal. Tenía los nervios a flor de piel y sólo podría tranquilizarme el saber que en un lugar de la enfermería tendría aquel arma que tanto necesitaba. A los minutos apareció Shima también escoltado por tres hombres corpulentos. Me buscaba con la mirada y me encontró al segundo, me guiñó un ojo y sonreí a mis adentros. Lo más difícil ya estaba hecho. En ese momento pasó por delante de nuestra mesa Hakuei con su bandeja vacía, dispuesto a dejarla sobre el montón que descansaba en una mesa de plástico pero se quedó parado en frente de mí, mirándome con una sonrisa en sus ojos.
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Love Chained.
FanfictionEsta historia está inspirada gracias a la grandiosa serie de "Orange is the new black". Un amor carcelario.. ¿O debería ser llamado lujuria carcelaria? Drama, prohibiciones, cese de la libertad, sexo, corrupción... ¿Estás dispuesto a encadenarte a e...