Capitulo 9

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No podía creer lo que mis ojos estaban viendo a escasos centímetros de mi rostro. Parpadeé aún con el sabor amargo del tabaco sobre mis labios. Sentí el corazón en la garganta, ahogándome en cada latido frenético. Nadie podía hacerme flaquear salvo él y era tan real su presencia frente a mí como los sudores fríos que comenzaban a nacer en mi frente. Noté una pequeña presión en mi mano y recordé que aún tenía la mano de Taka entrelazada con la mía.

—Ishihara...— Musité con la garganta completamente seca.

Su sonrisa altiva podía haber iluminado un campo de futbol si quisiera, toda la prisión sabía quién era él y cuantas veces había estado aquí. La última vez que lo había visto me encontraba en Mie un mes antes de que me dejara tirado por dos putas baratas que se encontró por la calle hará seis años atrás. No era la primera vez ni sería la última y en aquel entonces acabé quemado de esa relación destructiva que sólo se basaba en el sexo. El sexo... A pesar de que ya no estábamos juntos y al estar metido hasta el cuello en un sinfín de contratos no escritos con la Yakuza seguí con él trabajando. Pasado un mes me mandó un cargamento de cocaína y sin ninguna información más que una jodida nota que decía "Al puerto, te estarán esperando" me dejó totalmente sólo y sin ningún tipo de apoyo. Por aquel entonces pesaba más mi miedo sobre su envolvente poder que mi sentido común y ahí encontré mi destino, rodeado de policía con las pistolas apuntando hacia mi cráneo. Era una trampa.

—¿Ishihara?— Preguntó Taka, volviéndome al presente. —¿Quién es este calvo?— Dijo irónico.

Dios, no podía permitir esa clase de comentarios o acabaría sepultado en menos de dos minutos. Ishihara apartó su mirada hacia la de Takanori y apretó la mandíbula como hacen los perros en cuanto conocen a su adversario en una pelea. Puse mi cuerpo sutilmente sobre el de Takanori, como un escudo. Ishihara me miró de arriba abajo y se echó a reír.

—Dime que ese metro y medio no es tu nuevo juguete.—

Noté como Taka me intentaba apartar con sus manos delicadas, como las de un pianista, intentando encararse.

—¿A quién mierdas llamas metro y medio?— Gruñó desde detrás de mi hombro, intentando verlo. —¿Acaso tienes complejo de diccionario? ¿Qué son todas esas palabras en tu hormonado cuerpo?—

Me llevé la mano a la cara, me estaba volviendo loco y me encontraba perdido entre ellos dos. Todos los presos que pasaban por nuestro lado le dedicaban una reverencia a Ishihara, mostrando sus respeto o más bien... Se postraban. Ishihara sonrió de medio lado y cuanto más relajado parecía, más miedo crecía en mi cuerpo. Sin previo aviso Ishihara tiró de mi cuerpo como si fuese una insignificante hoja y me separó de Takanori, abrazándome desde atrás.

—¡Suéltalo!— Gritó Taka con más rabia que miedo. Gran error.

Sin contestarle le propinó un puñetazo a la altura de su mandíbula que lo dejó seco contra el suelo, dejando un golpe sordo en cuanto impactó su cuerpo contra el frío mármol. Pude ver a Byou detrás de Saga, lo agarraba por el brazo como agarra un niño a su madre cuando se siente aterrorizado. Murmullos se alzaron en cuestión de segundos que repetían siempre lo mismo, "Es Miyavi, Miyavi ha vuelto."

Ishihara me agarró por la cintura casi con una falsa delicadeza, apoyando su barbilla contra mi hombro. Dejó sutiles besos contra la piel de mi cuello y me aparté de su lado, encarándome contra el tío más peligroso que tuve la desdicha de conocer. Lo empujé con ambas manos, dejando un duro golpe contra su pecho que no hubiesen aguantado muchos pero él apenas se meneó en el sitio. Había ganado tono muscular y se había quitado los piercings que adornaban su cara excepto el del labio. El que lo hacía arrebatador.

—¿Eres gilipollas o qué te pasa?—

Me puse de cuclillas al lado del cuerpo de Taka que seguía consciente a pesar de los golpes. Movió sus manos para incorporarse del suelo, escupiendo un gran coágulo de sangre sobre las baldosas. Se sentó sobre sus rodillas llevándose las manos a su rostro, encogiéndome el corazón. Lancé una mirada asesina contra Ishihara, abrazando el cuerpo de Takanori con fuerza.

Love Chained.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora