Capítulo 8: Callate, Harry

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Capítulo 8

Callate, Harry

Me invadió una horrible jaqueca que me impedía siquiera estar de pie. Me llevé las manos a la cabeza con una mueca de dolor.

- ¿Estás bien? -me preguntó Zayn.

- Sí, estoy bien -dije con un tono algo molesto-. Realmente no recuerdo nada.

- Bueno, debo admitir que... Bebiste bastante anoche -comentó Zayn-. Me imagino la resaca que debes tener ahora.

- Lidiaré con ella como todos los demás -repliqué; Al hablar en voz alta me sentí aún peor, por lo que me vi obligada a sentarme.

- Ven, acuéstate -dijo Zayn levantándose.

Pude notar que tenía una pinta medio desnudo y gastado, pero estaba vestido, y el también lo notó.

- ¿Sabes? Tal vez después de todo no pasó nada... Si ambos estamos vestidos...

- Créeme, Zayn, si pasó algo. Tal vez no pueda recordar nada pero las mujeres si lo sentimos a la mañana siguiente -le corregí.

Se giró avergonzado, y al ver su espalda me cubrí el rostro con las manos.

- ¿Qué? -se extrañó.

Entre su espalda y su brazo pude ver un rasguño que fácilmente reconocí que estaba hecho por una sola uña, y noté que yo tenía una uña rota.

- No puedo creer que hiciera esto -me quejé al borde de las lágrimas; sólo podía pensar en cómo se pondría Niall si se enteraba-. Tengo que irme de aquí ahora.

Sin poder si quiera levantarme, la puerta se abrió.

- Zayn, ¿qué conño hiciste con los...? -su agotada frase se detuvo al verme en la cama de su amigo con esa apariencia.

- Harry -se aterró Zayn; me observó y luego le devolvió la mirada a su amigo-. Por favor, cállate. No puedes decir nada.

Harry parpadeó varias veces para convencerse de que esa imagen no era producto de su imaginación y su cansancio.

- Vale... Creo que será mejor que me vaya, le... preguntaré a Liam.

Ipso facto, se marchó cerrando la puerta tras él. Zayn se sentó en el borde de la cama.

- Estamos fritos -comentó con una sonrisa sarcástica-. De todos modos, debes admitir que te encanta la idea de haberte acostado conmigo.

Le lancé una almohada- ¡Oh cállate! -intenté no reírme, pero fue en vano.

Despues de haber descansado un poco, me marché sigilosamente a mi habitación, pero en eso me sonaron las tripas de tal manera que tuve que ponerme los primeros shorts que encontré y bajar rápidamente a la cocina para comer algo.

Cuando terminé, me apoyé en la mesa pensando en cómo era posible no recordar absolutamente nada, cuando llegó Harry.

- Buenos días, mi pequeña zorra, ¿Cómo has amanecido hoy? -se burló.

- No me hace gracia -le advertí a lo que él rió.

- Me imagino que a Zayn tampoco. Hablando de Zayn, ¿Qué tal es? -preguntó.

- ¿De qué hablas? -me extrañé.

- Digo que del 1 al 10, ¿Cuánto le das en la cama? -insistió.

Dejé mi plato de cereales vacío sobre la mesa con una expresión de disgusto mientras él continuaba riendo. En eso, apareció Niall en la cocina con el cabello despeinado y bostezando.

- Hola, Cris -me saludó-. Aléjate y déjame comer, Hazza.

Despues de unos segundos de silencio, mi primo se quedó mirandome.

- ¿Esa no es la camiseta de Zayn? -preguntó.

Me quedé en shock por un momento sin saber qué decir, cuándo apareció Liam.

- Hey, esa es mi camiseta, Zayn dijo que la había perdido -reclamó Liam.- No puedo creer que la haya tenido todo este tiempo.

- Sí, lo siento, tengo una parecida, y me acabo de dar cuenta que no es la mía -se me ocurrió decir.- Te la doy después.

- Está bien, quédatela. Quién sabe qué ha hecho con ella.

Sentí un pequeño ataque al corazón ficticio al oír esas palabras. Me largué de ahí y me fui a duchar, finalmente tranquila.

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