Capítulo 23: Acuérdate

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Capítulo 23

Acuérdate

- Lou... -le desperté- Malas noticias.

- ¿Qué malas noticias? -se extrañó Louis; al percatarse de mi presencia ahí bufó y se dio media vuelta para seguir durmiendo- No... No es cierto.

- Louis, hablo en serio, basta de niñerías -le regañé.

Parpadeó y abrió mucho los ojos hasta estar despierto- Vale, tú dijiste que no querías dormir sola... Te traje un vaso de agua... -informó como un estudiante repirtiéndo sus lecciones, porque quería demostrarme que recordaba todo- Luego hablamos un rato y nos besamos... No nos acostamos.

Asentí, conforme de que mi memoria no me fallaba.

- Soy una puta de primera, qué alegría -bufé sarcásticamente.

Louis intentó convencerme de que no era verdad, y me dio su pequeño discurso acerca de lo genial que era, pero decidí no hacerle caso esta vez, sólo lo hacía para que no me sintiera mal. Tal vez siempre hacía eso, sólo intentaba callarme, y lo repetía cada vez que yo estaba decaída. Quizás hizo exactamente lo mismo anoche cuando me responsabilicé por la pelea en la casa del dichoso David, que ni siquiera tuve el privilegio de conocer.

- ¿Quieres que lo oculte? -me preguntó.

- ¿Por qué no? Otra noche más a mi lista de secretos -Lou me observó con cara de "¿Eso es un no?"-. Te agradecería mucho si no lo comentaras.

Me aseguró de que no lo haría, lo que me calmó bastante, pero a la vez me hacía sentir culpable. Al salir de la habitación, me encontré con Niall. Se me paró el corazón por un momento y cerré la puerta de la habitación de Louis detras de mi.

- ¿Qué hacías en la habitación de Lou? -se extrañó mi primo.

Respiré hondo, debía ser cautelosa- Pasé la noche ahí -Bien hecho, Cristina, no lo has conseguido.

- ¿En su cuarto? Eso es... extraño. Más bien preocupante -frunció el ceño, yo debía ser más lista que él.

- Por favor, Niall, es mi amigo. ¿Crees que tendría estas pintas si tuviera malas intenciones? -lo hice reflexionar mientras yo señalaba mis pantalones enormes y ridículos.

- Tienes razón, lo siento... -asumió el rubio- Oye, Liam aún duerme, y deberíamos dejarlo dormir. Fueron bastante duros con él en la comisaría, y seguro que ya está en primera página hoy.

- Sí, lo entiendo. Será difícil explicarle lo ocurrido, porque no creo que lo recuerde al despertar -él asintió de acuerdo conmigo; yo me sentía culpable-. ¿Me harías el favor de hablar tú con él? No tendre fuerzas para mirarle a la cara.

- Sí, por supuesto -mi primo sujetó el lado de mi cara con delicadeza e inspeccionó mi ojo-. Se ve un poco mejor... Está menos hinchado, pronto sanará.

No le hice caso, porque, al igual que Louis, sólo intentaba calmarme. No era cierto lo que me decía, era lo que él quería ver, porque la verdad es que se había convertido en un moratón horrible, parecía una de esas chicas que aparecen en las campañas anti-maltrato. De pronto me di cuanta de que no había cubierto un pequeño detalle, pero ya era muy tarde. Estaba viendo la marca en mi cuello con una expresión, que yo pensé era desagrado, pero acabó siendo un poco de diversión.

- Las cosas que uno hace en las fiestas -rió, a lo que yo le imité para seguirle la corriente-. No te imaginas lo que me encontré al despertar - y me enseñó una mancha de pintalabios rojo situada cerca de su pecho.

- ¿Quien te ha hecho eso? -me burlé.

- La verdad es que me acuerdo bien -se avergonzó.

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Bajé las escaleras ya vestida, con una falda y camisa estilo hipster. Me quedé viendo televisión toda la tarde, de vez en cuando iba a buscar algo de comer, pero a parte de eso, no me levanté del sofá por nada ni nadie. De pronto percibí unos pasos bajando por las escaleras, y levanté mi mirada para asegurarme de que no era Liam, pero lamentablemente sí lo era. Me solté el pelo y lo dejé caer sobre la mitad derecha de mi cara para ocultar mi ojo y mi chupetón.

- Ah... -se quejó masajeándose las sienes con las llemas de los dedos al pararse en frente mío- Tengo un mal presentimiento sobre anoche, ¿Estoy en lo correcto?

¿Qué coño? Se suponía que Niall debía contarle todo. Ahora yo tendría la carga sobre mi espalda. Asentí con lástima, él suspiró y se sentó a mi lado, por suerte, al costado izquierdo.

- Tú... Bebiste bastante -aminoré la situación-. Sólo te pusiste algo... Agresivo.

- Hay una razón por la cual intento no beber, y es ésa -se lamentó-. Yo, ¿Hice algo indebido?

- ¿Sabes? Tengo hambre, ¿Quieres algo de comer? -me apresuré a cambiar el tema levantándome.

- Cris, por favor, no me dejes así, dime lo qué pasó -me suplicó levantándose también.

Me giré cubriéndo la mitad de mi cara con mi pelo- Nada, no pasó nada, Liam -fingí una risa-. Sólo estupideces que pasan en las fiestas.

- Te pido que no me mientas, Cristina, ¿Qué pasó? -insistió.

Era hora de que lo recordara. Me incorporé y lo observé durante bastante tiempo, hasta que él logró notar mi ojo morado y machacado. Frunció el ceño y movió mi pelo detrás de mi oreja para poder verlo mejor, a lo que abrió mucho los ojos. Finalmente sujetó mi cara delicadamente y me contempló bastante tiempo.

- Ese moratón... ¿Qué... Qué te pasó? -se preocupó- ¿Quién...?

Cerré los ojos, porque no podía mirar su expresión al contarle todo.

- Liam... Es increíble que no recuerdes nada.

- No... No, no. Por favor, dime que yo no te hice eso -se desesperó-. Por favor, dime que no fui yo.

Tomé aire profundamente, y él se llevó las manos a la cara, avergonzado.

- Te estabas peleando con un tipo, y me metí en medio. Pensé que si lo hacía, no os pelearíais -Sentí como mis voz se quebraba-. Pero a él no le importó, al parecer...

- No, no, no -negaba desesperado mientras se cubría la cara y miraba al cielo-. ¡Oh por dios! Dime que es una broma, por favor.

Negué con la cabeza- Te enfadaste aún más y le empezaste a pegar, pero justo llegó la policía -mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas-. Zayn y Lou tuvieron que detenerte, y luego Niall y Zayn te acompañaron a la comisaría. Al tipo se lo llevaron detenido.

- Oh, por Dios, Cristina -exclamó inmensamente culpable; por un momento parecía que se iba a poner a llorar-. Esto no es verdad.

- Liam, lo siento mucho, debí haberte hecho entrar en razón... -comencé, pero él me abrazó fuertemente.

- No, no digas eso. Perdóname tú, es todo absolutamente por mi culpa -se disculpó-. Por favor, perdóname, nunca quise que pasase esto, lo arruiné todo.

Asentí en señal de perdonarlo.

- Sólo prométeme que la próxima vez que te pelees con alguien, que sea algo más respetable que un Guido, así se verá mejor si me golpea -bromeé.

Él se rió, pero pude descubrir que era una risa forzada. Aquello no le causaba ni le causaría gracia, estaba a punto de golpearse a sí mismo por la culpabilidad. Lo abracé aún más fuerte, porque quería que aquella noche quedara en el pasado. ¿No era eso lo que quería que ocurriera con Zayn? Estaba pidiendo demasiado, debía aceptar mis errores.

ONE GIRL, FOUR DIRECTIONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora