Capítulo 22: La habitació de Louis

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Capítulo 22

La habitación de Louis

Cerré la puerta detras de mi al entrar a la habitación de louis, y él encendió la luz de su mesilla, que era más suave que la del techo. Su habitación era bastante acogedora; Tenía varios posters de grupos que no conocía, excepto por Simple Plan, banda que nunca pensé que le gustara. Siempre tiene objeciones con las bandas que idolatro, como, por ejemplo, Passion Pit. También tenía un diploma de graduación, y unas cuantas fotos familiares en su mueble. Me senté en el borde de su cama, suspirando de agotamiento.

- ¿Necesitas algo? -me preguntó Louis.

- No, gracias -contesté.

- ¿Un vaso de agua, al menos? -insistió.

- Vale, eso sí.

Se marchó y pude oír sus pasos bajando las escaleras. Si te quieres arrepentir, es tu última oportunidad, pensé.

Narra Louis:

Bajé por un vaso de agua para Cris, lo serví y pasé por el lado de Iara y Diana sin hacer ruido para no despertarles. Me sentía fatal, tenía ganas de vomitar, pero debía ocultarlo porque Cristina me necesitaba y yo debía estar al 100% a su disposición. Cuando abrí la puerta de mi cuarto, pude visualizar a Cris, acostada en mi cama, con el estómago plano al descubierto y haciendo figuras sin sentido en él mientras miraba el techo. Aquella escena, no sé si me conmovió, me encantó o me encendió, pero simplemente sé que me fascinaba verla así. Carraspeé para llamar su atención.

- Ah... Gracias -se incorporó, dejándome ver la marca que yo había dejado en su cuello.

Comenzó a beber del vaso. Me invadió una rabia enorme al observar su ojo morado e hinchado. Quería que ese infeliz pagara, pero por eso mismo no podía hacerle nada, porque así, él tendría un castigo menor, y seguro Cris se sentiría culpable si yo tuviera una pena en la policía. Terminó su vaso de agua y me senté a su lado.

- ¿Crees que le harán algo a Liam? -me preguntó tristemente.

- No, los chicos sabrán cómo arreglárselas -le calmé-. ¿Tú estás segura de que estás bien? ¿Estás cansada, quieres dormir?

Cállate, Louis, Cállate, me ordené a mi mismo. Seguía diciendo cosas sin sentido, ¿Por qué? La quería besar, ¿o no? ¡Claro que sí! Tenía que decir algo inteligente, pero no sabía qué. Tal vez ella no quería besarte... Pero te pidió si podía dormir contigo, eso es bastante. ¿Y si me insinuaba y ella no quería nada? ¿Eso no arruinaría nuestra amistad? Seguro que ya se arruinó en la fiesta con los chupitos. No sabía qué hacer... ¡Ah, Louis, di algo, ya!

- La verdad es que si quiero dormir, voy a ponerme la pijama -interrumpió mis pensamientos, para luego marcharse a su habitación.

- Bien hecho, idiota, la has aburrido -me regañé por lo bajo.

Claramente me equivoqué. A los 30 segundos, volvió con su pijama en la mano. Se le notaba muy agobiada, y seguro que quería un amigo para consolarla, pero creo que la manera en la que yo quería consolarla no era la adecuada. Tuve que contenerme cuando se empezó a cambiar delante mío, así que, para distraerme, comencé a cambiarme de pantalón. Se giró y se quitó su camisa blanca con olor a alcohol y cigarro, dejando ver su sujetador negro. No podía dejar de mirarla, su cuerpo era demasiado delgado, era hermosa en cada parte de su existencia. Se puso una camiseta ajustada negra y comenzó a quitarse los shorts, para finalmente ponerse unos pantalones que le quedaban sueltos. Me quité la camisa y me acosté en la cama con nada más que la parte de abajo de mi pijama, y ella se acostó a mi lado. Me dio la espalda, y despues de un rato, pude oír una especie de sollozo.

- Cris, ¿Por qué lloras? -le pregunté poniendo mi mano sobre su huesuda espalda.

Ella tomó aire y se giró; Sus ojos estaban empapados en lágrimas. Le volví a preguntar, y ella parpadeó unas dos veces.

- ¿Crees que la pelea fue por mi culpa, Lou? -me interrogó con la voz quebrada.

- ¿Qué? Claro que no -le aseguré con voz dulce mientras la abrazaba-. Liam estaba muy borracho, no debió haber bebido tanto... Fuiste toda una heroína al interponerte entre ellos dos.

Ella sonrió levemente, gesto que me derritió por dentro.

- Pero pude haber calmado a Liam -insistió-. Pude convencerlo de marcharse, y nada hubiera pasado.

- Cristina, no... No, no pienses eso -sostuve su cara con delicadeza.- No te correspondía hacer eso, y de todas formas, no lo hubieras conseguido. Además, el imbécil fue el que te pegó, y tranquila, él irá a la cárcel seguro.

Ella se acurrucó en mi pecho. Parecía de lo más cómoda, y nuestros cuerpos encajaban perfectamente.

- No tienes por qué sentirte culpable por nada -le susurré al oído-. Y lamento haberte fastidiado con el tema de Zayn; Mira, si quieres ser su novia o algo...

- ¿Novia? -se extrañó.

Yo suspiré, no estaba entendiendo mi punto- Sólo me refiero a que no importa qué, voy a apoyarte, ¿Vale?

- Gracias -se alegró aferrándose aún más a mi torso desnudo; Me observó fijamente al rostro durante bastante tiempo-. Eres el mejor, Lou.

Se acercó para besar mi mejilla, gesto que casi me hace estremecer... Era tan hermosa, tan demostrativa, tan... perfecta. Cuando su labio se separó de mi piel, estuvo demasiado cerca de los míos, lo cual era una idea tentadora, besarla. Estaba a mi lado, me abrazaba, estaba triste, vulnerable... ¿Acaso te escuchas a ti mismo, Louis? Estaba vulnerable, no me podía aprovechar de ella. Ese problema fue resuelto, porque ella simplemente se acomodó en mis brazos y juntó sus labios con los mios.

Fue un beso tierno y desesperado a la vez, porque no se tocaban nuestras lenguas, ella respiraba algo agitada y al abrir los ojos por un momento pude presenciar su ceño fruncido, lo cual demostraba que ansiaba mucho este momento. Se situó encima mío, pero no en una posición pervertida ni sensual, yo simplemente la sujetaba en mis brazos cariñosamente. Finalmente nos besamos con pasión, y tuve la sensación de que el efecto de la borrachera abandonaba nuestros cuerpos, pero subía a nuestra cabeza, y se colaba en las hormonas.

Narra Cristina:

Por mi mente se cruzaban varias cosas, entre ellas, el hecho de que mañana me arrepentiría, pero estaba tan borracha que no me importaba, y, aunque Louis no lo quería admitir, él también lo estaba. Recorrí todo su torso desnudo con mis manos, mientras él masajeaba mis piernas con las suyas, haciéndome estremecer. Se desplazó a mi cuello, besándolo con lujuria, con desesperación, lo cual me provocó una satisfacción inmensa. Me volví a recostar junto a él y recorrí toda su boca con mi lengua, y viceversa, mientras él sujetaba mi cara con ambas manos.

Sin darme cuenta de cómo ni cuándo, ambos estábamos profundamente dormidos.

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La luz del día acarició fuertemente mi rostro. Por un momento fue agradable, hasta que sentí que mi cara quemaba, y me incorporé rápidamente. De inmediato, pensé en lo que había pasado ayer.

- Por favor, acuérdate de todo, por favor -rogué para mis adentros.

En mi cabeza dieron vueltas varias imágenes, las cuales pudieron haber sido un resumen detallado de la noche anterior: Diana chupando el cuello de Niall, la mirada de Zayn al pasarme el humo de su boca, el tentador cuerpo de Liam lleno de comida, la declaración de Zayn, Louis chupando mi cuello, la gente mirándome tirada en el suelo mientras lloraba, Liam machacando al que me pegó, Louis y yo besándonos en su cama...

¡Louis y yo besándonos en su cama! Enseguida miré hacia un lado, y pude ver la espalda desnuda del chico a mi costado.

- ¡Otra vez no! -me deprimí llevándome las manos a la cara.

ONE GIRL, FOUR DIRECTIONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora