8² Lo siento yo, por no estar cuando lo necesitabas.

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Íbamos por las transitadas calles de Madrid.

Jesús cogió mi muñeca, haciendo que cierto dolor se instale en mis recientes heridas y haga una mueca a lo que el se da cuenta.

J:Ei, ¿qué pasa? -dijo intentando mirar mi muñeca, llena de pulseras.

-Eh, nada -dije nerviosa y escondiendo mi brazo detrás de mi espalda.

El me miró serio y preocupado.

J:¿Me puedes enseñar tu muñeca, por favor?

Le enseñé mi muñeca izquierda que no llevaba ningún corte.

J:La otra.

-Vámonos  -dije cogiendo la suya con mi mano derecha.

Pero el cogió la mía y levantó las pulseras, dejando ver los tres cortes que me hice.

Abrió los ojos como platos, al igual que la boca.

J:¿Por que? -dijo con la voz rota.

-Yo...

Me miró y tenía los ojos rojos provocando que a los mios volvieran las lágrimas.

-Estaba sola, Jesús -susurré.

J:No, no lo estabas.

-Tu no lo sabes.

J:¿Y qué? ¿Y si te hubieras muerto, joder? ¿Tus padres que? Y Elena, y Marcos ¿qué? Y Clara o Maria o Dani.
¿Y yo?

-Lo...

J:Lo siento yo, por no estar cuando lo necesitabas -me interrumpió.

Le miré a los ojos, pero rápidamente aparte la mirada. No podía permitirme volver a perderme, si no volvería a hacer cualquier tontería, y con esto creo que basta ¿no?

J:¿Quién lo sabe?

-Eres el primero.

J:¿Por qué no se lo contaste a nadie?
   -dijo acariciando los cortes de mi muñeca.

-No me gusta ni quiero que la gente sufra por mí, y menos la que me importa. -una lágrima resbaló por mi mejilla y rápidamente cayó sobre la mano de Jesús.

J:Yo lo estoy haciendo. -miró fijamente mis ojos.

-Tu has querido.

J:Me preocupo por ti. Y no me arrepiento. -callé- ¿De... Cuando te los hicistes?

-Hace... -intenté refrescar mi memoria-
  2 semanas o así.

J:Prometeme que no lo volverás a hacer, por favor. -pidió.

-Te lo prometo.

Y me duele muchísimo más que los cortes que yo le dé pena.

Cogió mi muñeca con cuidado y tiro de mi hasta quedar apoyada en su pecho, abrazandome.

J:Eres muy fuerte -dio un beso en mi cabeza y acaricio mi espalda.

Jesús.

Me siento mal, muy mal. Necesitaba a alguien y yo no estaba ahí.

Pero... No me llego a creer que sea solo por eso. Las Gemeliers le insultan mucho. Muchísimo.

Y no me gusta, ¿a quién le gustaría que insultaran a la persona que quieres? ¿Qué le digan que ojalá se muriera? Porqué a mi no.

N:Gracias Jesús. -dijo con la voz quebrada a causa de las lágrimas.

Bufé.

-Sabes que no me tienes que dar las gracias por nada. -dije entre risas y ella sonrió.

Ya lo dije, es una chica que aunque éste destrozada siempre tiene una sonrisa para todo el mundo.

Dani volvió del aseo y volvimos a casa, ya que mamá nos llamó para volver.

Entramos y subimos arriba. Natalia fue al baño para cambiar su ropa por un pijama.

D:Te sigue gustando ¿verdad?

-¿Quién? -dije haciéndome el loco, con una sonrisa que me delataba bastante.

D:¿Quién va a ser, bro? Pues Natalia
-Sonreí al escuchar su nombre, y seguramente tendré ese peculiar brillo en los ojos, como cuando la bro.

-Sí -el sonrió- Pero ella esta en Sevilla y nosotros aquí. No creo que vaya a pasar nada entre nosotros.

D:Te recuerdo que nosotros volvemos a Sevilla cuando acabe esta semana.
  -dijo haciendo un pequeño baile, mostrando su felicidad por nuestra vuelta.

-Preguntale y me dices -le rogué con una sonrisa pícara.

D:Ah, no no. Ese es tu problema, bro.

-Malo. -le dije y Natalia entró a la habitación. Se acostó a mi lado y Dani apagó la luz.

N:Buenas noches.

JyD:Buenas noches.

Rodee su cintura con mi brazo. Ella sabe que siempre tengo que dormir abrazando a algo o a alguien. Y por lo que veo no le molesta.

Dejó un beso en su mejilla. Gracias a los pequeños rayos de la farola que hay en la calle, puedo ver como sonríe.

-No lo vuelvas a hacer eh. -asiente.

Y puedo contemplar como cierra los ojos y sonríe, como yo hago después de unos minutos.

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¡Hola bebés!

Ya no comentáis jo:(

Pregunta: ¿Alguna vez os habéis cortado como la protagonista? No hace falta que digáis la razón.

Yo no lo he hecho, pero mas de una vez ganas no me faltaban.

De verdad, nunca lo hagáis. Si queréis desahogaros, llorar. Eso sólo consigue haceros daño, en serio.

Sois muy grandes como para destrozados. Sois de lo mejor que tengo y no os olvidéis:
Lo mejor esta por venir.

(Si no queréis decirlo, no hace falta. Ahora no comenta nadie JAJAJA)

¡Besos!

Por tu amor. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora