Una última vez

Aun no...

Salimos corriendo de mi casa, vestidos a lo rápido y un tanto despeinados aunque en el taxi para llegar antes, nos adornamos un poco.

Al entrar al hospital, sentí como mi corazón aceleraba... Ese día Simon había abierto los ojos y al minuto los había cerrado, después los enfermeros según Wally estaba empezando a reaccionar y lo que me aterro... le nombraba a ella.

Los sentidos eran más fuertes y las reacciones estaban estables pero aun no estaba de cierto modo vivo, seguía en coma y aun era profundo, pero aun así era capaz de hablar para llamarla a ella.

Cuando subimos al ascensor temí porque al oír la voz de Erza despertara y se recuperara. Estaba aterrado por saber si tardaría menos en despertar y quitarme el sueño conseguido, no quería que ella se fuera y como dijo en aquella conversación, no quería que se casaran ni tuvieran un hijo.

Nos miramos y supe que estaba nerviosa, alterada por esta situación. Le acaricie la mano para relajarla pero no surtió mucho efecto, así que sonríe y le deje un leve beso en los labios junto a un...

-Todo irá bien.

Después de eso me pareció que se mentalizaba y con paso decidido y rápido salió del ascensor para ir donde Kagura le estaba llamando. Saludando a todos con un leve abrazó entró a la habitación de Simon, lo malo es que entró sola ya que una enfermera solo le permitió pasar a ella, de cierto modo tenia lógica ya que Simon le llamaba.

Todos estábamos tensos, estaba seguro de que Kagura no me quería ver allí y la verdad es que tampoco quería estar.

Era mi amigo pero estaba traicionándolo y encima de la forma más ruin. Sin aguantar más la situación incómoda me levante y me dirigí a Kagura, quien se sorprendió. La aparte del grupo y entable una conversación con ella.

Fue la más relajada que tuvimos.

-Kagura, debo disculparme. Fui un idiota y bueno si he podido conseguir que Erza me perdone, me he atrevido para ver si podía pasar lo mismo contigo.

-Nuestra pelea siempre estará presente, pero ella te ha perdonado por su corazón... es demasiado buena y amable. Para compensarlo deberías enterrar ese rumor que corre sobre mi querida Erza, la mujer de mi hermano. –Asentí aunque me molestó. –Pero no lo hagas porque te estoy obligando, sino porque ella se merece estar a gusto en este pueblo.

-Yo me encargare de que su estancia este de lo más placentera. –Sonreí de lado, aunque no era el momento del doble sentido...

-Más te vale, mi hermano confiaba en ti más que en nadie del grupo. Te tenía como familia. –Apoyo su mano en mi hombro.

-Una cosa más... Me quedo más tranquilo si Erza vuelve conmigo a casa. –Ella me miró confusa. –No es por nada, simplemente quiero que... -Me aclare la garganta, no quería fastidiar las cosas pero una vez que lo haces, no hay vuelta atrás. - quiero que venga porque se lo que estáis sufriendo ambas, creo que sería mejor si al menos cuando estáis en casa o en otro sitio sea para descansar la mente, cuando estéis aquí ya podréis hablar y todo... Así que tú deberías ir a vivir con Milliana, por un tiempo... estoy seguro que tu casa te trae demasiados recuerdos... y a ella también. –Kagura se lo pensó un rato y acabo asintiendo.

-Tienes razón. Además si mi hermano confiaba en ti será por algo, luego si Milliana me acepta en su casa... le diremos a Erza.

Sin más que decir volvimos y Kagura habló con Milliana. La verdad es que no era el momento apropiado para hablar ni decidir estas cosas, pero no podía aguantar más... Se me hizo duro.