Prólogo

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Lentamente fui respondiendo a los llamados de parte de mi madre, obligándome a levantarme. Hoy comenzaban las clases. Por una parte quería ir a la escuela, reencontrarme con mis amigos, pasarla bien. Y por otro lado no quería ir porque no quería estudiar, tener que lidiar con los mismos profesores de todos los años, con algunas personas pesadas de mi curso, con el peso de las tareas, tener que escribir excesivamente. Pero bueno, hay que ver el lado bueno: ¡Al fin estoy en séptimo! Es mi último año de primaria, pero, lastimosamente, todavía me quedan unos cinco años más para graduarme. Este colegio es un poco inusual: en vez de tener siete años de primaria y (separado) cinco años de secundaria, son doce años, todos de seguido.

Por lo que vi en las vacaciones, mis amigos siguen igual. Aunque espero que cambien su actitud pesada y su hábito de molestar. Desde que entré en esta escuela sigo conservando el mismo grupo de amigos, salvo por unos dos o tres que se fueron en segundo grado y unos tres chicos que entraron en tercer grado. Uno de ellos se adaptó muy bien a nosotros y nos unió, por así decirlo. Ahora, las chicas y chicos somos solo un grupo, en comparación a años anteriores en los cuales ni siquiera nos hablábamos entre nosotros. Los otros dos chicos casi siempre se juntan con los chicos, pero por lo que sé, prefieren juntarse ellos solos. Sus nombres son Louis y Niall. Son graciosos y muy divertidos, en especial Louis, ama hacerse el payaso de la clase y hacer reír a todos en los momentos en que el silencio predomina en el curso.

Luego de desayunar, ir al baño, cepillarme los dientes, colocarme el uniforme del colegio y peinarme, mi mamá, mi hermano y yo nos adentramos en el auto y, primero, tomamos rumbo a la escuela de mi hermano. Él es cuatro años mayor que yo, por lo que el ya comenzó la secundaria e iba a una escuela diferente que yo. Luego nos dirigimos a la mía. Al llegar, saludé a mis amigas con un cálido abrazo y nos pusimos al día acerca de lo que nos pasó en las vacaciones.

Al llegar al curso luego de formarnos, nos presentaron a un nuevo alumno: Harry. Afortunadamente ya lo conocía; vino varias veces a comer a mi casa, ya que nuestras mamás trabajan juntas.

Luego de dos agotadoras horas de Lengua, salimos al primer recreo. Agarré mi sándwich y bajé con él en mano. Al volver del recreo, me esperaban dos horas de Cs. Sociales, materia en la cual entraban contenidos de Historia y Geografía. En esta materia, como en la anterior, solamente nos explicaron los contenidos a dar en este ciclo lectivo, por lo cual, la mayoría del tiempo estuve charlando con mi compañera de banco, la cual era mi mejor amiga, y mis otras dos amigas que se encontraban sentadas un banco más atrás.


Semanas más tarde (meses en realidad), me encontraba sentada en el mismo banco esperando a que suene el timbre. Al sonar este, que indicaba el final de la segunda hora, bajamos al patio en donde se llevaba a cabo el recreo. Al término de este, nuevamente me dirigí hacia el salón de clases. Me senté en mi respectivo lugar y abrí mi carpeta lista para cuando llegase el profesor de Matemática. Algo no antes colocado por mí en ese lugar llamó mi atención; parecía ser una nota. La desplegué y leí lo que estaba escrito en ella:

Simplemente eres hermosa ;)

Leí eso al menos unas cinco veces para releerla, darla vuelta y darme cuenta que no tenía remitente. Miré hacia todos lados para ver si alguien me observaba para así darme cuenta quién la envió. Nada. Guardé la nota en un bolsillo de mi mochila y me puse a reflexionar sobre quién podía ser ese remitente. Seguro era una broma de mis amigos que les gusta molestar. No le presté más atención al asunto y me reincorporé en mi asiento para atender a la clase de Matemática.

Notas » Harry Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora