Capítulo 6

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      Llegó el peor día de la semana; el más inservible; el que más fatiga: Lunes. No tenía ganas de levantarme hoy; estaba muy cansada.

      « ¿Cansada de qué? En el fin de semana no hice nada más que dormir» No tenía ganas de discutir conmigo misma a las seis y doce de la mañana.

      Con pasos torpes, bajé las escaleras y me dirigí a la cocina. Sin saludar ni a mi madre ni a mi hermano, me senté en una silla, crucé los brazos por arriba de la mesa y tiré mi cabeza dentro. Me costaba acostumbrarme a la segadora luz de la cocina; era muy... blanca. Al terminar de tomar mi chocolatada y comer las tostadas, nuevamente me dirigí a la planta de arriba. Cualquier persona que me viera en estos instantes, me confundiría con un zombie. Caminé hasta al baño, me lavé los dientes, la cara, hice mis necesidades y me dirigí a mi habitación. Abrí el cajón en el que guardaba la ropa interior y saqué un corpiño blanco. Abrí la otra puerta del armario y del segundo cajón saqué la chomba, la pollera pantalón verde y el cárdigan verde —estaba un poco fresco el clima—. De la puerta en donde se encontraba el cajón con la ropa interior, también se encontraba el cajón de las medias. Las saqué. Tiré todo encima de mi cama. Me saqué mi remera del pijama, me coloqué el corpiño y la chomba. Me coloqué las medias y la pollera. Me cepille el cabello y me lo até en una desordenada cola de caballo. Me coloqué mi cárdigan y, con mi mochila colgando en mi espalda, salí de la habitación. En el pasillo, me calcé mis zapatos que se encontraban en el piso contra la pared, y bajé. Como era muy tarde, mamá nos dio dinero y rápidamente entramos al auto. Le dejamos a mi hermano y luego a mí. Al llegar, dejé mi mochila al lado de las otras y me dirigí a donde estaban mis amigas. Me quedaron mirando fijamente.

      — ¿Qué? —les pregunté. Lucy se levantó del borde del escenario, donde estaba sentada, y se colocó en frente mío.

      —Primero: Hola. Segundo: ¡¿Qué te pasó?! Tercero: Tu cárdigan está al revés. —Me miré y sí, me lo coloqué al revés. Me saqué el cárdigan, lo di vuelta y me volví a colocar —. Cuarto: tienes un bulto en la pollera. —«Eso sonó mal». Borré los sucios pensamientos de mi mente y miré hacia abajo. «¿Un bulto? ¿Dónde ella ve un... ¡Ups! Creo que no me saqué el short del pijama» —. Quinto:... —Me desató el cabello, se colocó detrás de mí y lo ató nuevamente. Lo desató e hizo algo que parecía ser una trenza —. Mucho mejor —susurró —.

      —Gracias —balbuceé.

      —Y sexto... —continuó. Se acercó más a mi oído y susurró —: Harry te está mirando desde que llegaste.

      Volteé mi cabeza a donde su dedo apuntaba y me encontré con una hermosa sonrisa. Me saludó con la mano y le devolví el saludo con una sonrisa dibujada en el rostro.

      — ¿Qué pasa entre ustedes? —preguntó Lucy cerca de mi oído en un intento de disimulo.

      —Nada. Es mi vecino. —Levanté los hombros es gesto de restar importancia. No le iba a decir nada acerca de lo del cine y de que puede que me guste.

      —Tu ¿qué? —preguntó desconcertada.

      —Mi veci... —Me interrumpió.

      —Ya te escuché la prime... —el timbre la interrumpió— ...ra vez —terminó la oración.

      Nos dirigimos hasta el lugar respectivo en donde nos formamos. Melanie se posicionó a mi lado en la fila.

      — ¿Qué te pasó? —habló en un tono muy bajo mirando al frente.

      —Sueño. Zombie. Fatiga. Melena descontrolada. Muy cansada y tonta como para no notar que me puse el cárdigan al revés y que no me saqué el short del pijama.

Notas » Harry Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora