Capítulo 18

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     Llegué a mi casa. Suspiré. Fui a la cocina.

      — ¿Andrea?—la busqué.

      — ¿Sí?

      — ¿Ya está la comida?

      —En un ratito.

      —Ey... Eh... Hoy baldeaste la vereda, ¿no?

      —Sí... ¿Por qué?

      —Por las dudas, ¿no viste a Harry hoy? Al menos a su balcón abierto.

      «Di que sí, di que síííí»... Me mordí el labio nerviosamente.

      —No. Hace unos días que no lo veo.

      Esperanzas perdidas en 3... 2... 1...

      —Ah, bueno. Gracias igual —dije aparentando, o al menos intentando, estar conforme con la respuesta.

      Subí a mi habitación, me cambié de ropa y me senté en mi silla de escritorio. Miré hacia la ventana. « ¿Dónde te habrás metido, Harry? »

      Abrí el cajón del escritorio y saqué una hoja de carpeta. Agarré mi fiel birome negra y me puse a escribir:

      Fecha: Miércoles después del fin de las vacaciones de invierno.

      Dado que escribir es una de las mejores cosas que sé hacer, de esa forma voy a expresarte todo lo que se encuentra rondando por mi cabeza estos días —nada lindos, he de decir—:

      Harry:

                   Ya llevas tres días desaparecido. No sé dónde estás. No sé cuando llegarás. Tampoco sé si estás bien.

                   Cada día, voy con la remota esperanza de que vas a cruzar por el umbral de la puerta y llegarás a mí, llamándome de esa peculiar manera que hace que me ponga nerviosa y a temblar cada vez que la escucho. El primer día pregunté por ti y nadie me respondió; nadie sabía nada. El segundo día tampoco llegaste. «Tal vez pescó un fuerte resfriado y está en cama», llegué a pensar. Si estás enfermo, todos esperamos con ansias que te mejores. Cuando llegué a mi casa y vi que tu balcón no estaba abierto (otra vez), me preocupé.

                   « ¿Dónde estarás? » pienso, viendo cada día de mi ventana hacia la tuya.

                   El tercer día que no apareciste en la escuela, decidí hacer algo (aunque sea mínimo) por saber dónde te encuentras.

                   « ¿Estarás en casa de tu abuela? »

                   Solamente sé que tu mamá y tu hermana están. ¿Cómo sé? Le pregunté a mi mamá si había visto a la tuya en el trabajo. Y tu hermana... Tu hermana está saliendo con Nick, ¿lo puedes creer? El otro día quise preguntarle algo a Nick; abrí la puerta y me encontré a ellos dos besándose. Por lo que sé, ellos estaban «haciendo un trabajo para la clase de psicología juntos». ¿Así se llamarán las relaciones hoy en día? No les pregunté nada a ellas; quiero descubrirlo yo misma.

                   Volviendo al tema: Te extraño, Harry. Te perdoné, ¿sabes? Mi prima me hizo entrar en razón. Por cierto: Perdón por no avisarte que me iba a Chile. No avisé a nadie más que Melanie porque ella era la única que posiblemente estaba y yo seguía enojada contigo.

                   Si algún día lees esto —ya que la escribí para desahogarme y no está en mis planes enviártela —, quiero que sepas que me preocupas y me importas. Te quiero. Espero verte mañana.

                   Amber.  

      Apoyé la birome arriba del vidrio. Doble en cuatro el papel y lo guardé dentro del cajón. Flexioné mis brazos arriba del escritorio y tiré mi cabeza dentro. Exhalé pesadamente. Traté de asimilar todo: Louis es «AS». Me enamoré de «AS», lo cual implica que me enamoré de Louis. ¿Estaba enamorada de Louis? ¿Louis realmente me quería, como escribió en las notas? ¿Cómo veré a la cara a Louis de ahora en más? Pobre Joselyn. Finalmente: ¿Louis era o no «AS»?

      Harry. ¿Sabrá Harry lo que Louis siente por mí? ¿Existirá todavía la remota posibilidad de que Louis no sea «AS»? ¿Existirá la remota posibilidad de que Harry sea la persona detrás de las notas?

      ¿Dónde miércole está Harry? ¿Por qué estará faltando a la escuela? ¿Estará bien? ¿Estará enfermo? ¿Me perdonará por desaparecer así como así, de un día para otro, sin avisar?

      Tal vez debía esperar a que las notas terminen, para así poder descubrir quién es.

      Mi pie va mejorando. Como ya me pasó muchas veces, sé qué hacer para mejorar más rápido.

      Mi vida es un desastre. Los días sin Harry son un desastre. Sin sus ojos, sin sus oyuelos, sin su sonrisa, sin su humor, sin las películas, sin los videojuegos, sin nuestros experimentos, sin él. Mi vida sin Harry es un desastre. Lo extraño. Y hoy, miércoles veintinueve de julio, me di cuenta de que estoy verdadera, honesta, perdida, profunda, loca y extrañamente enamorada de Harry Styles. Porque no importa la edad que tengas, el momento que afrontes, las situaciones que pasaste, los problemas que tengas o las personas que te rodean; estar enamorado es una de las mejores cosas que te pueden pasar. Aunque el amor es un juego que te atrapa, te lastima, decepciona, emociona, ilusiona, destroza y suelta, también te llena y completa. O al menos así es para mí.

Notas » Harry Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora