Capítulo 2

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POV Pablo

¿Por qué demonios no puedo dejar de pensar en eso?

Recuerdos golpeando mi cabeza.

Agosto del 2010

Estábamos en el jardín de mi casa... tumbados en el césped, habían pasado dos días después de la noticia que me dio Manuel. No le había contado a Paula sobre las canciones que escogieron para el disco.

Pablo, nunca me dijiste que canciones escogieron para grabar. Me sé algunas porque las cantaste en el Liceo.

Mmmm.... Serán una sorpresa —le digo con aire misterioso.

¡No seas así Pablo! —hace pucheros.

Nop

—Bueno dame una pista —pone una cara a la que no me puedo resistir.

¡Ahh...! Vale Paula.

Le canté una que se llama Loco por tus besos, la mayor parte de la canción está en francés y el resto, que es una estrofa, está en español.

Es bellísima, creo que la cantaste en el Liceo ¿No?

No recuerdo, pero la presenté ante los ejecutivos y me dijeron que estaba empezando mi carrera y no era el momento para cantar en otro idioma —me imagino que Paula notó mi decepción.

¡Bah, idiotas! No saben lo que están rechazando ¿Podrías cantar la parte en español?

Eso ni se pide Paula, con gusto —cojo la guitarra y dejo que la música fluya.

Dicen que estoy loco por tus besos
No voy a mentir, si es cierto.
Si sabes que me tienes a tus pies
Apiádate de mí, dame un beso.

Presente

Sabemos que deseas besarla ¿Qué necesidad hay de mentir, Pablo?

Mi estúpido inconsciente habla.

Y la respuesta es ¡NO!

Deben entender que no siento nada por ella, solo una simple amistad, que debo dejar en el olvido y que mi mente está loco.

YO AMO A MARTA.

Y eso es lo que está claro para mí.

Aunque ¿Cómo estará? ¿Tendrá novio? ¿Está viviendo su sueño tal como vivo el mío?

Bajo estos pensamientos me dejo llevar por el sueño.

POV Paula

—Nada, no dije nada —expreso completamente nerviosa; tenía que hablar de más ¡Eso! Un aplauso para Paula.

—¿Entonces? —cierro los ojos, de repente, es como si sintiera que me va a regañar.

—Te lo juro Cris, es cansancio.

—Olvídalo Paula, el amor que sientes por él te está matando. Sufres porque no lo tienes y peor aún, te duele su desprecio.... ¿No crees que es suficiente dolor para ti? —me dice dulcemente mientras yo quedo completamente impactada por lo que dijo.

—Yo... no...

—Ven chiquilla, vamos por un café

Entramos a la cafetería, el lugar era grande; una parte del lugar estaba lleno de mesas y en la zona de las paredes y ventanales tenían unos sillones de color café y mesas de color blanco. Al entrar te golpeaba el olor a café haciendo que el lugar sea acogedor.

Vuelve... una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora