The Heroes of Aikami

Prólogo 1: El reino envuelto en tinieblas

En Aikami, el reino de Permia celebró el nacimiento de los descendientes del rey y la reina. Una niña llamada Hikari y un niño llamado Sasuke, ambos mellizos crecieron y fueron educados con la gracia y sabiduría de sus padres. Sin embargo, a pesar del cariño y dedicación que Hikari le daba a su reino y a su hermano, Sasuke no mostraba ni el menor deseo de cuidar y reinar como sus padres, él era rebelde, egoísta, nunca estaba satisfecho con nada.

Los años pasaron y los reyes decidieron que Hikari sería la única heredera al trono, pues al parecer el hijo varón seguía sin entender las cualidades que debía poseer un rey. El asunto llegó a oídos de ambos mellizos y el menor no estaba nada de acuerdo. Después de un tiempo, la misteriosa muerte del rey y la reina fue llorada por el reino entero y la futura nueva reina de Permia.

El día de la coronación, la princesa Hikari preparaba su vestido para la ceremonia, en eso apareció su hermano.

Sasuke: Después de todo serás la reina...

Hikari: Hermano, estoy segura de que algún día entenderás las enseñanzas de nuestros padres y te convertirás en un sabio rey de otras tierras.

El joven príncipe apoyó su espalda en el marco de la pared, mirando hacia arriba y cruzando los brasos.

Sasuke: ¿"Otras"? ¿Por qué no todas?

Hikari: ¿Todas? ¿Cómo harías eso?

Sasuke: ¿Quién sabe? ¿Siendo un gran conquistador?

Hikari: Eres muy divertido, hermanito. *Decía riéndose*

Sasuke: Sí... Divertido... Ah, pronto es la hora. Te dejo sola, hermanita.

Tras sus amables palabras, se marchó de la habitación.

...

Durante la coronación, la princesa sentada en el trono miraba con benevolencia y perdonable orgullo digno de la realeza. Los habitantes aplaudían ante la futura reina.

La fiel sirviente de Hikari, una joven de verdes prendas y piel bronceada, tomó la corona real con completo cuidado y delicadeza, caminó hasta su princesa, y justo cuando la corona sería posada en la cabeza de Hikari, un repentino estruendo en el gran portón hizo que todos se estremecieran del susto.

Al gran salón entraron soldados vestidos de armaduras de negro, los habitantes corrían asustados huyendo. Hikari permanecía inmóvil, pues detrás de los soldados, sobre su caballo negro, le observaba nada menos que su querido hermano, con una molesta y sínica sonrisa.

Hikari: ¡Sasuke! ¿Que pretendes?

Sasuke: Ay hermanita...

Este bajó del caballo, avanzando hacia ella.

Sasuke: ¿No lo entiendes? ¡Este ahora es MI reino! Nuestros padres fueron estúpidos al dejártelo a ti, tuvieron que morir por ese error, y ahora corregiré su estupidez....

Alzó su mano apuntando hacia su hermana y dijo:

Sasuke: ¡Enciérrenla!

Hikari quedó muda ante esas palabras, ¿cómo es que estaba haciendo esto de repente?

Soldados: ¡Sí majestad!

Sirvienta: ¡Ni se les ocurra tocar a la princesa, traidores!

Tomó la mano de la princesa y huyó de ahí con ella. Hikari y su sirvienta corrieron por la entrada detrás del trono y llegaron al cuarto de la princesa sin ser capturadas... Aún, pues tras la carrera fuertes golpes azotaban la puerta.

Soldados: ¡ABRAN! ¡NO ESCAPARÁN!

Sirvienta: Princesa, ¿qué ordena?

Hikari: Tienes que huir...

Sirvienta: Pero-

Hikari: Está bien así, ya entendí... Ambas temíamos que esto sucediera, incluso mis padres... Y al final sucedió... Ve al portal, ¡la profecía debe cumplirse! ¡Sólo ellos podrán salvarnos!

Sirvienta: ¿Y el príncipe Sasuke?

Hikari: Soy su hermana... Es una orden, vete.

Sirvienta: Sí... Princesa...

La triste sirvienta escapó por la ventana, siendo su última visión su princesa capturada por los hombres del príncipe traídor.

...

Sentado en el trono usurpado, el príncipe vio como un soldado se le acercaba y se arrodillaba.

Soldado: La princesa está presa, la sirvienta inútil a huído.

Sasuke: ¡Perfecto! Ahora... ¡Abran el portal! Todos los mundos existentes cabrán en la palma de mi mano, y yo... ¡SERÉ EL REY SUPREMO!

Azotó con su sonora risa los alrededores, esperando con ansias el desenlace de esta historia que en cortos párrafos acaba de comenzar.