ENAMORADA DE... ¿JEFF THE KILLER?

11. ¡Lo voy a matar!

Estábamos ya en el patio, mientras Ly y Lau hablaban,yo estaba acomodada en el pecho de mi novio, hayyy que bien suena, y qué bien se está.
Ryan- Oye, quería decirte que sé que hemos ido muy rápido, pero desde el primer día supe que eras especial, y espero que tú sientas lo mismo.
Empecé a reírme, y éste me miró extraño.
Ryan-¿He dicho algo malo?
Andrea- En primer lugar yo también te quiero, y segundo ¿deveras crees que si no me gustases estaría contigo? No soy tan puta.
Ryan- Sí, es verdad, pero quería estar seguro.
Le di un beso, mientras Lydia y Laura miraban.
Andrea- ¿Y ustedes qué miráis?
Todos empezamos a reír.
*Narra Jeff*
Pensaba ir hacer una visita sorpresa a Andrea, ya sabéis a lo que me refiero. Estaba dirigiéndome hacia su casa cuando noto unos pasos detrás de mí, cuando me giré, no vi a nadie, pero aún sospechaba, me giré como si no supiera nada y rápidamente me volví, y como imaginaba, sí había, pero me sorprendí ya que no me lo esperaba.
Jeff- Pero, ¿¡qué coño hacen ustedes aquí!?
Ben- Naa. Sólo pasábamos por la sona.
Jeff-¡Claro! Y yo he venido a recoger margaritas. No te jode.
Jack- ¡Vale agresivo! Te hemos estado siguiendo....
Jeff- Ya, ya lo veo.
Jack- ¡Ayy! NIÑO. A lo que íbamos te hemos seguido, pero porque te hemos encontrado raro, y queríamos saber el porqué.
Jeff- Mirad, como sé que aunque os diga que os vallais a casa, no lo haréis, podéis venir.
En el patio.
Acabábamos de llegar al patio de Andrea.
Ben-Asi que aquí vive tu amaante.
En ese momento vi a Andrea besándose con el del otro día. Me dieron unas ganas de salir y matarlo.
Jack- Y... ¿dónde esta? Porque yo sólo veo a un tío y una tía dándose el lote.
Jeff- ¡Joder Jack! Porqué no te callas un poquito.
Ben-Huyyyy. Jack, creo que la que se está dando el lote, es Andrea. ¿Estoy en lo cierto?
Los chicos me miraron, justo cuando iva a salir corriendo hacia ese capullo, la cual les dio tiempo de cogerme el brazo.
Ben- Tranquilo Jeff, no puedes salir y matarlo, la chiquilla no te lo perdonaría nunca, y ahí si la perderías.
Jeff- Pero es que ¡es mía! Ya la había hecho solo para mí.
Lo pensé, y el mu hijo puta tiene razón. Para mi suerte, justo en ese momento, ya se estaban despidiendo, con claramente un pedazo de morreo. Cuando se fue ya era la hora de descubrirme.