Capítulo 3:~ Secretos Revelados~

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Antes de disponerse a partir,Katara habló con algunos profesores y se estableció que durante su ausencia,un maestro suplente,conocido como Otoogi,estaría a cargo de su clase.

Hasta el más mínimo detalle había sido cubierto con perfección.

Y tras mirar atrás una última vez,se subió al carruaje en el que Zuko y la pequeña la esperaban.

El reino fuego sería tan diferente de lo que conocía...

El viaje comenzó y en un largo período ninguno cruzó palabra hasta que la morena sintió que no podía más con la curiosidad y preguntó.

-¿Por qué yo?-preguntó con cierto nerviosismo a lo que zuko la observó perplejo.Luego su gesto de sorpresa se suavizó.

-Por que eres una excelente maestro agua,la mejor diría-comentó con orgullo y radiante-además,-prosiguió,carraspeando ligeramente- la única en quien confío con mi vida.-

Katara abrió mucho los ojos ante lo ue parecía ser una confesión.

-"Con su vida"-pensó recordando en como hace algún tiempo,él la había salvado de una muerte casi segura a manos de los feroces rayos de su hermana,Azula.Siendo él el único que se interpusiera,usando su propio cuerpo de escudo y recibiendo aquel inmenso daño por ella.
Y esto último, era un pensamiento recurrente en la morena.

Tras su respuesta,no pudo preguntar más,aunque lo deseara.

Otra de las cosas que la atormentaba era
saber que Zuko tenía a alguien más.
Pero ,y según tenía entendido,los Hinomizu al nacer...

Las palabras del contrario la trajeron de regreso a la realidad.

-Katara,¿qué te sucede?¿te encuentras bien?-cuán genuina sonaba su voz,cargada de preocupación.Su corazón se estrujó,haciéndola sentir culpable del poderoso sentimiento que en ella comenzaba a crecer.
Mordió su labio inferior con fuerza.

-Estoy bien-mintió.Tan solo esperaba que él lo creyera y no indagara más,por lo que estaría enormemente agradecida.

-Muy bien,entonces-el joven le dedicó una amplia y cálida sonrisa.

Le inquietaba la ausencia de la madre de la pequeña.¿Por qué no estaba allí,con ellos?¿Serían ciertos los rumores?
Sea cual fuere el caso,no creía perteniente el preguntar.

El pelinegro observó como katara se removía incómoda y se preguntó si sería por el viaje o si tendría hambre.Por suerte,las sirvientas habían preparado una canasta con muchas cosas apetitosas para el largo viaje.
La misma se encontraba a unos metros de su alcance,por lo que la pequeña fue a buscarla sin necesidad de solicitarlo.
Al regresar,Zuko acarició su cabello con suavidad,sonriéndole con cariño.
La pequeña le devolvió el gesto y se sentó nuevamente con la misma gracia con la que lo había hecho al levantarse.

Katara seguía sorprendida por lo madura y adulta que se mostraba.

-Katara,¿tienes hambre?-inquirió el joven ofreciéndole lo que se mostraba en la canasta-hay muchas cosas apetitosas,si lo gustas.Adelante.

La morena volvió su rostro hacia Zuko y agradeció asintiendo.La verdad es que tenía demasiada hambre.No había probado bocado desde la mañana.

Tomó una hoia de bambú y se sirvió un poco de los pequeños pasteles de arroz.
Todo transcurrió en silencio.
Pero las inseguridades de katara se acrecentaban como la marea.
No pudiendo reprimir su curiosidad por mucho tiempo más,tomó coraje para preguntar.

-Oye...zuko...pude notar que tú esposa no se encuentra aquí...¿acaso ella se encuentra esperándonos en el palacio?-preguntó dando un bocado más a aquel pastel de arroz.

El pelinegro bajó su mano y observó a la pequeña,que desvió la mirada hacia el camino.

-Es un tema que a Hizaru no le gusta que se hable públicamente-carraspeó dubitativo-pero por ser tú,tienes derecho a saberlo,¿de acuerdo?-dijo como si esperara algún tipo de respuesta de parte de la menor,que no llegó.-no solemos tocar éste tema por ser delicado -hizo una pausa para luego continuar-...verás,cuando supimos con Mei que íbamos a ser padres,sentimos gran alegría-sus palabras sonaban dulces y medidas-pero...más adelante nos enteramos de que llevaba en su vientre a una maestra Hinomizu-su mirada se ensombreció con tristeza-Como sabrás,los hinomizu al nacer...absorben la energía vital del portador.Lo sabíamos,fue por eso que buscamos desesperadamente una forma de contrarrestar ese desenlace-zuko se estiró y envolvió la mano de la pequeña con la suya-pero no pudimos encontrar cura alguna.Y conforme pasaban los meses,nos íbamos quedando sin tiempo...para cuando llegó el momento,el cuerpo de mei no pudo resistirlo y...-el pelinegro bajó la mirada y hizaru apretó la mano de su padre,como si buscara consolarlo y éste prosiguió-¿sabes? de este mismo modo fue que tú madre sujetó mi mano cuando naciste."Es preciosa" me dijo con una sonrisa llena de felicidad y luego ella partió-las palabras que empleó Zuko y su gesto ameno cargado de culpa, se quedarían grabadas por siempre en la memoria de la morena y marcarían para siempre la vida de la pequeña.

·~♡HeartBeats♡~·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora