Prólogo

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Dulce alma desolada, perdida entre tantas páginas y palabras, ¡no huyas, no te vayas! Si así me lo permites, te contaré una dulce historia; no, no la obtuve de los libreros de un castillo, tampoco resulta en una leyenda fantasiosa. Sino que narraré los secretos de un ente travieso, una diosa juguetona, entrelazando destinos y destruyendo caminos con tal de no aceptar su derrota.

Oh alma ajena, guarda la compostura. Te llamarán loca si algún día te atreves a contar tan dulce historia lejos de esta tierna casa, porque sus protagonistas no fueron hechos a la par, mucho menos para encajar, pero quizás allí radica la magia, en ser tan ajenos que sus piezas se vuelvan exactas, así como desentonar hasta explotar. ¿Quién sabe? Todo puede pasar. Solo hay un pequeño secreto, un tierno aroma, aquel que recuerda infancias y renace memorias, ¿hueles eso? ¿Un recién nacido no es dueño de ese angelical aroma?

Te he advertido, la vida tiene sus planes bien definidos. Disfruta esta aventura, yo solo soy una guía en este camino.

Hacía no más de un par de semanas que Green Hills se pintaban de color blanco

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Hacía no más de un par de semanas que Green Hills se pintaban de color blanco. El otoño dejó su marca tras tumbar todas las hojas de los árboles y el frío se encargó de escarchar la ciudad, alegrando así el ambiente; pequeños y grandes disfrutaban de tales escenas obsequiadas por la naturaleza, con peleas de bolas de nieve, creando muñecos en las colinas nevadas y patinando en el enorme lago de la ciudad. La típica emoción en aquel mundo llamado Möbius a un mes de navidad.

El team, por su parte, no se quedó atrás: tras invitar a Vainilla, Cream, Cheese y Rouge, —aprovechando el descanso que Eggman pareció tomar—, se dedicaron a disfrutar los primeros días de nieve; Ah, sin olvidar a Shadow, el cual fue obligado a asistir debido a la insistencia de su mejor amiga de convivir un rato y no ser un "aguafiestas". Así que no le quedó más remedio que quedarse allí, tan alejado como le fuera posible y apoyado en un pino junto a Vainilla.

Definitivamente estaría molesto con la murciélago lo que restaba del año.

La primera bola de nieve voló frente al moreno y la coneja, mientras los chicos jugaban, intentando golpearse con ellas. «Patético». Pensó.

El primero en caer fue Knuckles y no solo por los encantos de su hermosa novia, sino también, por un golpe certero que esta le dio entre ceja y ceja; la siguiente fue Amy que recibió una enorme escarchada gracias a que el zorrito y el erizo azul le atacaron al mismo tiempo.

—¡Eso no es justo! —chilló molesta mientras salía del resguardo del árbol que usó de escudo. Los chicos rieron ante su berrinche, provocando que, resignada, se fuera a un costado del equidna.

Las siguientes que salieron fueron Rouge y Cream, ya que una tuvo el mismo ataque que la rosada y a la otra —respectivamente— le cayó nieve de un árbol, haciéndole creer lo contrario; ahora solo quedaban aquellos queridos amigos jugando, igual de competitivos que siempre.

Papalote [Shadonic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora