Por cada cosa

Tu tacto

Un chico está parado en medio de la sala de ensayo, se fija que nadie le esté viendo, mira a todos los sitios y después a su reflejo. Se siente nervioso y no sabe por qué, él nunca se ha puesto nervioso a la hora de ensayar. Toma aire antes de comenzar a cantar, se deja llevar y cierra los ojos. Ese era su momento, se siente en paz cuando canta a solas sin público ni personas que le digan que hacer. Antes de terminar la letra abre los ojos y ve, gracias al espejo, que detrás de él está Ravi mirándole con una sonrisa en los labios, está apoyado contra la puerta y tiene los brazos cruzados. Él deja de cantar y voltea a verle, como pidiéndole que salga, ya que ahora se siente aún más nervioso que antes.

—Vete —le ordena Leo, pero Ravi sonríe aún más y se sienta en el sillón.

El moreno, suspira cansado sabiendo que el menor no saldrá, siempre hace lo mismo y él no le entiende, el chico sólo se queda ahí escuchándolo sin decir ni hacer nada. Leo, mira a Ravi desde el reflejo del espejo, cierra los ojos y vuelve a cantar sintiendo su corazón latir a mil al pronunciar cada palabra, es sólo una letra romántica pero el hecho de que alguien lo esté escuchando le pone nervioso. Y ahí se está mintiendo de nuevo. No es por alguien, sino por él. Sí, eso es lo que tanto le incómoda, que precisamente él le esté escuchando. Deja de cantar y se sienta al lado del menor, quien sonríe mientras aplaude.

—Cada día mejor —le felicita Ravi, poniendo una mano en su hombro mientras le mira a los ojos.

—Gracias —susurra mirando la mano del otro en su hombro— ¿Por qué siempre haces esto?

—Porque me gusta escucharte cantar.

Una simple respuesta para un simple momento que para ambos es especial. Ravi, sonríe tan bonito que Leo tiene que desviar la mirada para no sonrojarse.

Ambos lo saben, lo entiende y no lo dirán, es difícil admitirlo y lo es aún más ignorarlo, pero es lindo y cálido por eso ninguno de los dos piensa en perderlo.

Eso es... Amor?

Unas horas más tarde, en el supermercado, caminan los chicos de VIXX haciendo las compras para la semana. Leo piensa en sí llevar de frutilla o de chocolate, ambas les gustan pero no puede llevar dos ¿O sí? Sabe que si lleva dos el líder le regañara y él odia cuando alguien le regaña, más sí es ese tipo "N, es muy molesto" piensa mirando por unos segundos al líder. No es molesto, es cariñoso pero aun así a él le ahoga.

—¿Qué pasa, Leo? —le pregunta Hongbin acercándose y deslizando su mano dentro del refrigerador, solo para sentir el frio en sus dedos. Hacer eso ya era un hábito para él.

—Esto es difícil —dice Taekwoon, mirando los dos potes de helado, el castaño coloca sus dedos congelados en el cuello del mayor, ríe a carcajadas al ver como éste se sobresalta y hace una mueca de disgusto. Antes de que Leo le golpee sale corriendo hacia los demás.

Ravi sonríe por los gesto de Leo, es tan lindo cuando se enoja. Deja de verle cuando Ken le mira divertido y comienza a imitarle, pone sus manos en la mejilla y suspira como un enamorado.

—Ve con él —Ken le empuja hacia el mayor, Ravi se queja pero al final se acerca a Leo y le agarra del brazo, ese gesto es suficiente para que el de cabellos negros despegue su vista de los helados, pero al ver al menor su corazón se dispara. "¿Sólo eso me pone tan nervioso?" piensa sorprendido y avergonzado.

—Ambos ¿Verdad? —dice refiriéndose a los helado, Leo asiente, el menor sonríe y agarra un pote de helado—. Yo llevare éste, así el negro no te molestara —el moreno sonríe por su comentario hacia el líder.

Wonsik, le suelta pero antes le giña un ojo en forma de complicidad, se aleja y dejar el pote de helado de frutilla en el carrito de las compras. Leo, sonríe y agarra el helado de chocolate, piensa que el gesto del menor fue muy lindo y por estar distraído no se da cuenta que un carrito va a toda velocidad hacia él pero no le choca porque Ravi le agarra la mano y le jala hacia él.