Tus recuerdos

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—Leo, despierta —susurra Ravi en el oído de su novio, era su turno para comprar el desayuno—. Amor —ronronea en su oreja, el otro se mueve y le da la espalda—. Mi amor, recuerda que hoy tienes ensayo para la obra —deja un besos en su cuello. De inmediato Leo abre sus ojos y se sienta en la cama.

—¿Por qué no me dijiste antes? Voy a llegar tarde —le reprocha enojado, se pone de pie, busca un jeans y se lo coloca con rapidez mientras de fondo escucha la risa de su novio.

—Leo, hoy es domingo no tienes ensayo —le recuerda Ravi mientras se sienta en la cama para poder verle mejor.

Taekwoon voltea con la boca abierta indignado por la broma, Wonsik estalla a carcajadas al verle y al segundo su novio le cae encima haciéndole cosquillas.

—No fue gracioso, idiota.

—Sí lo fue. Lo hice porque es tu turno de comprar el desayuno —el menor se limpia las lágrimas por el anterior ataque de risa.

Leo bufa disgustado y sale de encima de su novio, no sin antes darle un beso de buenos días. Se viste y sale del departamento.

La obra de teatro era por algo que no habían discutido, no tenían porque después de todo es sólo actuación y Leo está muy feliz de hacerlo. Ravi está de acuerdo no es alguien muy celoso.

Leo entra al departamento y ve al menor salíar del baño, deja el café y la bolsa de galletas en la mesa y casi corre a la habitación. Ravi lo ve pasar a su lado pero no le da mucha importancia, agarra uno de los dos café y bebe unos tragos, al segundo escucha los pasos de su novio y siente una toalla en sus cabellos mojados.

—Te resfriaras así —le regaña, Ravi sonríe y voltea para poder verle a los ojos— ¿De qué te ríes?

—Me encanta que seas así conmigo.

—Siempre soy así contigo —afirma con las mejillas rojas mientras seca con fuerza el cabello del menor, quien comienza a quejarse pero termina riéndose.

Termina de secar los cabellos de Ravi y agarra su café junto al paquete de galletas. Ambos se sientan en el sillón que por cierto no tiene la funda ya que el menor la puso a lavar.

—¿No te duele? —le pregunta Leo, su novio le mira y niega con la cabeza.

—Ya no duele —responde antes de beber otro trago— ¿A ti te dolió mucho la primera vez? —Leo le mira sorprendido y parece pensarlo, asiente con la cabeza—. Usas la bufanda que te regale, fue en nuestra primera cita y la única —dice un poco triste lo último.

—Ya tendremos tiempo de tener más citas —afirma Leo, deja su café y las galletas sobre la mesita para quitarse la bufanda, ya que allí hace menos frío, dejando a la vista sus chupetones y mordidas.

Ravi al verlo sonríe y se acerca para darle un beso, su novio le corresponde y antes de que se separe le muerde el labio.

—¿Qué tienes con morderme?

—Quiero un pedazo de ti para mí —confiesa logrando que el menor estalle a carcajadas, pero él lo decía muy en serio—. Ravi —extendie sus brazos dedicándole al otro que se tiré sobre él.

—Mi Taek —dice Ravi, deja su café en la mesita y se lanza sobre el mayor, ambos comienzan a reír. Se sienten como unos niños al hacer eso—. Siempre me gustó tu aroma —aspira, con su rostro pegado al pecho del castaño.

Leo, siente su corazón agitarse como si hubiera corrido un maratón, sonríe y aprieta el cuerpo de su chico, levanta sus piernas sobre el sillón de forma que una queda sobre el regazo de Ravi y la otra por detrás de éste. Se separan para darse un cariñoso beso.

Por cada cosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora